Paula Badosa ha llegado a Nueva York con muchos objetivos en la maleta y uno a uno los va consiguiendo. Este domingo, en su primera aparición en octavos en el Abierto de Estados Unidos, superó con solvencia a la china Yafan Wang por 6-1 y 6-2. La catalana se aseguró así la presencia en cuartos, igualando ya la mejor ronda que ha alcanzado nunca en un grande, en 2021 en Roland Garros. Y mantiene vivo su sueño americano.
No hay techo de momento para Badosa en Flushing Meadows, aunque hayan cubierto con uno la pista Louis Armstrong en una mañana calurosa y tan húmeda que Badosa decía luego que creyó “que iba a morir”. Y toda la determinación de la de Begur estaba ahí en un partido que le hizo sudar en una batalla algo más dura de lo que podía sugerir el marcador pero que dominó durante la hora y 22 minutos tras un arranque intenso en el que necesitó nueve minutos para anotarse el primer juego y ocho para romper por primera vez a Wang .
“Me puse a pensar ‘vale, ella es dura, pero yo lo soy más. Si tengo que estar tres horas, lo haré'”. explicaba sobre el encuentro con la china de 30 años, 80 del mundo. “Sabía que tenía que dar un paso adelante, ir a por ello, y ha ido muy bien. Estoy con confianza, me siento increíble en esta pista, con el apoyo de todo el mundo es increíble”.
Duelo en Ashe
Esa confianza y el juego elevado que ha mostrado en la primera semana, la comodidad y la decisión, le van a hacer falta de nuevo el martes, cuando marcará otro hito personal: su debut en Arthur Ashe, la central más grande del tenis, bajo todos los focos y la atención de 24.000 espectadores. Y necesitará todo lo mejor porque su rival será Emma Navarro, el último fenómeno estadounidense femenino, que está teniendo un año de ascenso, este domingo apeaba del torneo a su última campeona: la también estadounidense Coco Gauff, a la que ganó 6-3, 1-6 y 6-3.
Navarro, de 23 años, es ya virtual número 10 (Badosa 20). Y aunque en el único encuentro previo entre ambas, en Roma, la catalana se recupero tras perder el primer set, sabe también que los dos encuentros son muy diferentes, y no solo por el cambio de superficie.
Badosa, en cualquier caso, no se intimida, ni por la rival ni por el escenario, donde puede contar con que el público apoyará a la otra neoyorquina. Al contrario, todo le incentiva. “Me da fuerza, no me da miedo, tengo muchas ganas de ese reto”, explicaba ante la prensa.
“Nací para jugar en los grandes escenarios”, decía también la catalana, primera española en unos cuartos neoyorquinos desde que llegó en 2018 Carla Suárez Navarro. Y Badosa está pletórica y feliz en este viaje muy personal para ella.
Sueños que se hacen realidad
“Hace unos meses pensaba en dejar este deporte porque dejé de creer en mí y no mejoraba mi lesión”, explicaba sobre la pista. “Estar de vuelta entre las mejores del mundo es un sueño hecho realidad“.
“Siempre supe que si la espalda y mi lesión respondían bien yo tenía el talento y sabía que podía volver a lo más alto”, profundizaba luego ya en la sala de prensa principal. “Solo necesitaba que me respondiera lo físico, porque creo que lo mental y el tenis ya estaban ahí”.
Quedan pasos por dar, es muy consciente, y es ahora cuando enfrenta en Nueva York a las jugadoras de más nivel. Pero tiene lógica que de momento Badosa se entregue a celebrar lo avanzado con alegría, incluso haciendo un amago de bailar reguetón en la pista. Porque no podía estar más lejos de la jugadora que se rompió hace 16 meses, o que hace cuatro, tras Madrid, pensó en tirar la toalla, porque “sentía dolor cada día y no tenía sentido”.