Todo el mundo sigue considerando al murciano Pedro Acosta (GasGas) el auténtico heredero (futuro, a largo plazo, parece ser) de Marc Márquez (Ducati), ocho veces campeón del mundo. El ‘tiburón de Mazarrón’ ha conseguido hoy un podio en la carrera al ‘sprint’ del Gran Premio de Aragón, disputado en Motorland (Alcañiz), pegadito, bueno, a cierta distancia pero a un ritmo parecido de los dos primeros, Márquez y Jorge Martín (Ducati), que con esta ‘plata’ ha recuperado el liderato del Mundial de MotoGP, ya que ‘Pecco’ Bagnaia (Ducati) ha terminado noveno después de que le montasen un neumático delantero defectuoso.
Acosta, que ha impuesto en su equipo Tech3 GasGas un montón de cambios para lograr mejor entendimiento con sus técnicos, ha asegurado que todo ha funcionado mucho mejor. “La gente con la que trabajo ahora, están por mí y me entiendo mejor con ellos”, señaló tras realizar un buen fin de semana “en espera de la auténtica carrera, que es el gran premio de mañana, domingo”.
Cuando le preguntamos si se había sorprendido de la victoria, 1.042 días después, de Márquez en la prueba de hoy al ‘sprint’, ha dicho que no. “Me lo esperaba, sobre todo después del fin de semana que lleva, me alegro por él, no se merecía acabar su carrera como muchos preveían y un triunfo así, un regreso así, va a ser bueno para el campeonato y para los pilotos que estamos despegando”.
“Después de ver como está corriendo durante todo este fin de semana, sí me esperaba que Marc fuese candidato a la victoria. Que Márquez vuelva a ganar es muy bueno para todos, también para los que venimos detrás de él”
Acosta no cerró aquí la lista de elogios, de un campeonísimo que siempre lo ha elogiado y que estaba seguro, a inicios de temporada, que ganaría carreras, en el año de su debut en MotoGP, “porque Pedro no ha ganado sus dos títulos, el de Moto3 y el de Moto2, de cualquier manera, sino imponiéndose con enorme autoridad, así que, con esa trayectoria, destacará enseguida en MotoGP”, señaló Márquez en Catar-2024.
Cuando le insistimos en el hecho de que Márquez parece que ya ha vuelto y esta victoria en Motorland es su confirmación absoluta, el ‘tiburón de Mazarrón’ soltó su facilidad de palabra, esa que siempre da titulares y diverte, reconociendo que “la recuperación que ha tenido, que ha protagonizado, demuestra que tiene un par de huevos muy gordos. Yo me quedo con eso, con los huevos que le ha echado en todo. No en la carrera de hoy, no, en toda su trayectoria tras su grave accidente”.
Agradecimiento de Márquez
Cuando le contamos a Márquez que Acosta había elogiado su coraje y su par de huevos, el ocho veces campeón del mundo agradeció, con una enorme carcajada, las palabras del joven Pedro, que solo lleva 11 carreras en MotoGP por 180 de Marc, y añadió: “Pedro siempre es así, suelto, divertido, pero le agradezco sus palabras porque él está peleando por hacerse un sitio en la parrilla de MotoGP y esa pelea también es digna de elogio”.
MM93 reconoció, al hilo de ese elogio del bicampeón murciano, que “me siento liberado este año porque, tras todo lo que he sufrido, he seguido insistiendo y, sí, puse lo que había que poner encima de la mesa cuando debía hacerlo, cuando decidí cambiar de moto y subirme a la Ducati, aunque fuese la del año pasado, para saber dónde estaba mi potencial”.
“Todos pensábamos que la carrera de Marc se podía acabar y no estaba bien que se acabase así. No le admiro por haber ganado hoy, le admiro por haberle echado dos huevos, y gordos, a toda su delicada situación y salir adelante”
Márquez, recogiendo el elogio de Acosta, añadió: “Me voy acercando a los más rápidos pero, desde luego, todo el mundo sabía que no quería cerrar mi carrera deportiva, no sé, dentro de dos, tres, cuatro, cinco, seis o diez años, nunca se sabe, con dudas en mi cabeza y pensando todo el día qué hubiese pasado si hubiera hecho esto, aquello o lo de más allá”.
El ocho veces campeón del mundo volvió a explicar que, a partir de tomar la decisión de abandonar Honda y abrazar los colores de Ducati, el resto de decisiones han sido, siempre, en la misma dirección: buscar lo mejor en el ámbito deportivo, sin importarle nada más.