La Supercopa de Europa es una mesa con un mantel a cuadros. Una cena exquisita entre dos viejos amigos, convertidos en enemigos por el fútbol. El mismo que unió a Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, campeón de la Champions; y Gian Piero Gasperini, técnico del Atalanta, inesperado conquistador de la Europa League. Ambos se conocen desde hace demasiado tiempo como para acordarse del momento exacto.
Se aprecian y se entienden como han demostrado en la previa a la Supercopa de Europa (miércoles, 21:00 horas). El debut oficial de Mbappé, pero, sobre todo, un duelo entre dos técnicos de la vieja guardia separados por apenas unos meses (65 de Carletto frente a 66 de Gasp).
El octavo partido entre Ancelotti y Gasperini en los banquillos
“Tenemos una gran relación. Somos amigos desde hace mucho tiempo. Nos conocimos en la Juventus, cuando Gasperini dirigía el equipo juvenil y yo el primer equipo“, contó Ancelotti en la previa al primer título de la temporada. De aquellos tiempos en blanco y negro han pasado tres décadas en las que el de Reggiolo (Emilia-Romaña) se ha convertido en el técnico con más Champions de la historia y el de Grugliasco (Turín, Piamonte) se ha hecho eterno en la ‘Dea’ de Bérgamo.
Sus fotos, unidas a las de José Luis Mendilibar (63 años), campeón de la Conference League con el Olympiacos, fueron el triunfo de una generación que entiende, pero no se obsesiona con el ‘big data’. El fútbol en su fase sentimental, física y sufrida que difícilmente se monitorea. Lejos de ser una versión conservadora, el propósito de Ancelotti y Gasperini en el Estadio Nacional de Polonia se enfrentarán como si todo y nada estuviesen en juego. Desde la irracionalidad de un encuentro que por fechas es de pretemporada, pero que concede un título.
Gasperini y Ancelotti se han visto las caras en el campo y en los banquillos para saber que han cambiado cada uno lo suficiente para no perder el rastro del otro. Como técnicos, el Real Madrid – Atalanta será el octavo enfrentamiento. Todos los demás han tenido Italia como escenario. De las siete veces que se han visto las caras, Carletto ha salido vencedor en tres y ‘Gasp’ en dos, mientras que las otras dos se saldaron con empate.
Ancelotti, Gasperini y el partido que pudo sentenciar a Sacchi
La primera vez que el entrenador del Atalanta venció al del Real Madrid fue siendo como ‘Gasperson’, el apodo y alter ego que adoptó en el Genoa en referencia a Alex Ferguson. Lo elevó a la máxima potencia, como ha hecho con los de Bérgamo, pero sus malas experiencias en el Inter de Milán y Palermo parecían condenarle a ser entrenador de un solo equipo. No tiene nada de malo eso. Hay historias unívocas de amor en el fútbol, como la del Sir escocés, que han dado excelentes resultados. De hecho, el romance con el Atalanta se ha desarrollado en términos parecidos.
Tanto Ancelotti como Gasperini han sabido encontrar su sitio. Uno en lo más alto, donde se ha fijado después de ser rescatado del Everton. El otro ha configurado un equipo de autor junto a Antonio Percassi, presidente del Atalanta. Como en el caso de Florentino, existe una estrecha relación entre el banquillo y el palco. Porque ‘Gasp’ no solo ha conseguido una Europa League, es el responsable del cambio de un club que ha pasado de protagonizar las portadas italianas por estar en el ‘Calciopoli’ (apuestas) a ser un habitual en Europa y protagonizar finales.
A diferencia de Ancelotti, que ganó dos Copas de Europa como jugador, Gasperini fue más bien un jugador modesto que llegó a jugar en el Pescara en la Serie A. Siendo parte del equipo adriático se enfrentó a Carletto, estandarte del Milan de Arrigo Sacchi, en uno de los peores momentos del técnico, azuzado por el garrote de Silvio Berlusconi. Fue un 26 de febrero de 1989, cuando el equipo ‘rossonero’ llevaba varias jornadas sin ganar y lo que es peor, acababa de perder frente al Inter. La afición se volcó con su técnico, que salvó el cuello con un 6-1 donde el único tanto visitante lo anotó Gasperini.
Dos jugadores que pensaban como entrenadores
“Carlo ya era entrenador cuando jugaba. Nunca tuve dudas de que tendría una buena carrera. Cuando debutó en el Parma en el verano de 1996, con 37 años, su director deportivo, Sogliano, me preguntó si estaba listo. Yo le respondí: ‘No está listo, está muy listo’. No me equivoqué“, explicó Sacchi en una entrevista con ‘La Gazzetta dello Sport’, que reunió en la previa de la final de la Supercopa a los dos entrenadores de aquel Milan 6 – 1 Pescara, dirigido por Giovanni Galeone.
“Tal vez no fuese el mejor jugador, pero Piero (Gasperini) también ejercía de técnico en el campo. Aunque he de decir algo: no pensé que sería tan bueno en el aspecto ofensivo. Yo les pedía jugadas locas como las que él hace ahora con el Atalanta, pero me respondía: ‘¿No estaremos arriesgando demasiado, señor?’. Él ha sabido partir de un juego pragmático para ir incluyendo soluciones en ataque”, asegura Galeone.
El ejemplo del entrenador del Atalanta es el mejor para no caer en los dogmas. Y no pedir a un jugador lo que el técnico no quiso o no supo hacer durante su carrera. “Si tuviera que resumir mi filosofía en una frase sería que no creo y nunca creeré en el concepto de esperar que tu oponente cometa un error. La formación no importa, sino con cuántos jugadores atacas o defiendes”, señalaba hace años Gasperini en una entrevista con ‘The Guardian’.
Dos líderes en el mejor lugar posible para ellos
Con esa máxima, el Atalanta se ha soltado la etiqueta de equipo pequeño. En una primera fase voló con el ‘Papu’ Gómez, Ilicic o el incombustible de Roon. En una más avanzada lo ha hecho al ritmo de jugadores como Koopmeiners, ahora en rebeldía por el interés de la Juventus en ficharle. Pero si algo ha conseguido el timonel del Atalanta es imponerse a los nombres de un club que, por su propio modelo de negocio, ve cómo cada mercado hay cambios significativos en todas las líneas.
“Gracias a Gasperini, la Atalanta juega constantemente en Europa y, desde que llegó, también lo está haciendo muy bien en Italia. Del equipo han salido jugadores excelentes e importantes. Por lo tanto, ha hecho un trabajo increíble, y sigue haciéndolo“, defendió Ancelotti en la previa a la final de la Supercopa.
Como era de esperar, Gasperini le devolvió los elogios: “Carlo es una institución en todo el mundo. Lo ha hecho con muchos clubes diferentes y está haciendo cosas increíbles en el Real Madrid. Para nosotros, al menos para mí, será muy especial jugar contra él en esta final, teniendo en cuenta que hace 30 años yo entrenaba al equipo juvenil de la Juventus y él entrenaba al primer equipo. Eso fue hace muchos años, pero será maravilloso volver a encontrarnos en esta final”. La mesa ya está puesta para que dos amigos discutan sobre quién paga la cuenta de esta Supercopa.