Carlos Alcaraz y Daniil Medvedev entrarán este viernes en la central de Wimbledon (14.30 horas, Movistar) con un recuerdo muy distinto desde la última vez que lo hicieron, ya hace un año, también en semifinales. Ese día el tenista murciano logró una victoria que le abrió las puertas a la final donde, dos días después, ganaría el título ante Novak Djokovic. El ruso no se ha olvidado de la contundente derrota con la que se marchó de la pista (6-3, 6-3, 6-3).
Alcaraz está a un paso de donde quería estar cuando llegó a Londres. “Estamos en el camino correcto. Queremos más, tenemos hambre de más, queremos llegar a la final”, lanzaba como reto antes de enfrentarse de nuevo a Medvedev.
En los enfrentamientos entre ambos el tenista murciano sale con ventaja de 4-2. Se presenta como campeón del torneo, con mejor ránking (3 frente a 5) y más Grand Slams en su palmarés (US Open 22, Wimbledon 23 y Roland Garros 24) por solo uno su rival (US Open 21). Una superioridad que también le hace favorito en las apuestas (1,28 euros por su victoria contra 3,75 por el ruso).
Dos estilos diferente
Pero en la pista, desde el primer punto, ambos saben que de poco valdrán las estadísticas. Va a ser un duelo táctico entre dos tenistas con estilos muy distintos. Explosivo, Alcaraz; metódico, Medvedev. Un partido que no tendrá nada que ver con el de hace un año, según retaba el tenista ruso tras deshacerse de Jannick Sinner, remontando cinco sets y quitando del camino al rival, teóricamente, más temible para Alcaraz.
“Como con Sinner, Carlos debe saber que puede ganar o puede perder, pero que estaré para luchar hasta el final, que será una lucha dura. Un gran partido. Genial para los aficionados, genial para mí, genial para mi rival”, decía Medvedev.
“Para ganar a Alcaraz necesito estar en mi mejor momento. Jugar mejor, ya está”.
El tenista ruso tiene claro cómo ganar. Y para conseguirlo destacaba como imprescindible “presionar con el saque, hacer ‘aces’, tirar saques a la línea para ganar el punto y tener menos problemas”. Consciente de que Alcaraz es un rival “duro, que pega fuerte, sabe cortar y disparar desde cualquier posición, que sabe jugar muy bien al tenis. Para ganar necesito estar en mi mejor momento. Jugar mejor, ya está”, sentenciaba.
“Si queremos ganarle hay que buscar estrategias para incomodarle, hacerlo salir de su ruta, para que dude y cometa errores”, insistía Gilles Cervara, el entrenador francés de Medvedev, que estuvo viendo junto a su pupilo la semifinal del año pasado y repasando los anteriores seis partidos. El recuerdo de la victoria en las semifinales del pasado US Open meses después de la derrota en Wimbledon animan al tenista ruso.
Reconocimiento al ruso
“Es genial que mis rivales piensen que puedo hacer grandes golpes desde cualquier posición de la pista. Desde el ataque o la defensa que soy capaz de volver o de lanzar un golpe increíble que será un ganador”, decía orgulloso pero destacando también el especial juego de Medvedev.
“Sera un partido muy duro. Medvedev es como un muro, es capaz de llegar a todas las bolas. Sabes que por mucho que golpees, la bola va a volver. Es lo más especial que tiene”, destacaba el tenista murciano, que este jueves optó por no entrenar, como hace habitualmente los días previos a los partidos de Grand Slam.
Está a dos partidos de revalidar el título y conseguir el ‘doblete’ Roland Garros-Wimbledon el mismo año como Rod Laver, Bjorn Borg, Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djkovic parece un objetivo un poco más cerca aunque, como insistía Juan Carlos Ferrero “ahora estamos muy enfocados con Medvedev. El título es algo que todavía queda muy lejos”.