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Cristina Morató destapa lo que historiadores (hombres) no te han contado


Comentaba este miércoles Cristina Morató (Barcelona, 1961), con la confianza que otorga el acogedor espacio de The Apartment en Las Rozas Village, que una chispa se encendió en ella cuando en uno de sus viajes por África preguntó a su guía en las fuentes del Nilo si además de exploradores hombres -como Livingstone- no había llegado hasta allí alguna mujer en esa época. “Sí, claro, Livingstone vino con su mujer”, respondió. “¡Vaya! ¿Y por qué no aparece eso en ningún libro?”, respondió la periodista y escritora. “Y comencé a tirar del hilo y no sólo Livingstone, también Speake o Burton… Claro, en ese momento quedaba mal que pusieran que viajaban con sus respectivas mujeres e hijos. Daban la impresión de ser hombres débiles…”, prosiguió. Y así fue como esta reportera reafirmó la necesidad de convertirse ella misma en ‘exploradora’ de cartas, crónicas y pasajes de la historia olvidadas y desterradas porque una mujer era la protagonista.

Mirada femenina

Cristina Morató se siente, más que nada, periodista. Aunque sus 23 años como exitosa biógrafa ya le hacen competencia a su pasión como reportera. En el fondo, continúa haciendo la misma labor, “contar historias reales, que es lo que más me gusta”, y con esa ilusión presentó este miércoles en el Club de Lectura de ‘ABRIL su último libro, ‘Reinas de Leyenda’, donde sorprende al lector con la narración de cinco vidas de mujeres que no tienen el reconocimiento histórico que merecen: Isabel I de Inglaterra, Catalina de Aragón, Carlota de México, Catalina la Grande y la extrañamente desconocida emperatriz Cixí de China. “Eleanor Roosevelt ya dijo que ‘Las mujeres que se portan bien no pasan a la historia’”, apuntó Morató.

La también escritora y periodista, Inés Martín Rodrigo -ganadora del Premio Nadal 2022- condujo esta hora inspiradora plagada de pasajes con la mirada femenina como protagonista, esa que ha obviado la historia (y sus historiadores). Cristina Morató, como ‘exploradora’, relató bajo el cálido y relajante ambiente que provocan las paredes de The Apartment algunos secretos de cómo se había tenido que “recluir tres años, muy intensos, para dedicarlos a la completa soledad y a ‘Reinas de Leyenda’”.

Cristina Morató e Inés Martín Rodrigo en el espacio The Apartament de Las Rozas Village. / Josefina Blanco

Investigó mediante las cartas que las protagonistas escribían a sus familias, por los diarios de viaje de las damas de compañía o a través de las divertidas crónicas de los diplomáticos -“ríete tú del ‘Hola’”-. Así es como la escritora logra dibujar a cada personaje y, como ella misma indica, “se acerca lo más posible a la realidad” y dista bastante de lo escrito hasta ahora de ellas. “Son datos filtrados por una historia que siempre la han contado los hombres. Cristina Morató desentraña estos retratos y nos los desvela con la cotidianidad por la que pasaron a la historia y que no han sido lo suficientemente honradas”, resumía Inés. “Si ves las biografías que me he leído para hacer el libro, todas estaban escritas por hombres. Y todas juzgan… Creo que se va a encontrar una mirada necesaria, una mirada femenina, que no tiene por qué ser una mirada feminista. Es reconocer todos los hechos”, incide Morató.

‘Reinas de Leyenda’

En ‘Reinas de Leyenda’, la objetividad periodística se adueña de su pluma para saltar la misoginia habitual en las biografías. Cristina Morató dio emoción a esta enriquecedora tarde cuando relató un episodio que resulta clave para entender el liderazgo de Catalina la Grande. Lo descubrió leyendo una carta que esta campesina alemana escribió tras dar a luz a su hijo Pablo en el suelo húmedo de una torre, donde fue abandonada por sus criadas y su suegra en mitad de un charco de sangre y orina. “Preguntó a sus criadas por qué la abandonaron tras el parto y ellas respondieron que les dieron órdenes de cuidar al recién nacido. Y ahí se dio cuenta de que o cogía el mando o la tratarían de ese modo el resto de su vida”, explicaba Morató, quien también añadió que “las únicas fotos que Angela Merkel tenía en su despacho eran la de su marido y la de Catalina la Grande. Si en el diccionario hubiera que poner una imagen a la palabra empoderamiento sería la de Catalina”.

Reinas de Leyendas

Reinas de Leyendas / Josefina Blanco

También se preguntó “cómo puede ser que la emperatriz Cixí, que durante medio siglo estuvo dirigiendo el Imperio Chino -un tercio de la población mundial-, ni siquiera apareciera en los libros de historia. Gobernaba detrás de una tela amarilla de seda porque los hombres no le podían ver los ojos y hablaba en nombre de su hijo -que era el monarca-. Decían que tenía una voz autoritaria y antes de irse quiso dejar una monarquía constitucional -en el siglo XIX- para que se votara, incluyendo a las mujeres. Pero luego llegó Mao y todo lo logrado por Cixí parece que se tapó”.

Catalina de Aragón, “la nuestra, la de Alcalá de Henares, estuvo 24 años viviendo con Enrique VIII y es un personaje muy querido en Inglaterra y al que hoy se le sigue respetando y cuidando mucho a través de su tumba. Y aquí en España no se conoce todo lo que hizo”, continuó. El silencio se mezclaba con la admiración y el asombro que despertaban los episodios que narraba la autora, también de Isabel I y de la imponente Carlota de México. Este encuentro en The Apartment se estaba convirtiendo en un tiempo privilegiado, con la propia ‘exploradora’ de historias relatando bajo un novedoso y necesario foco cómo iba descubriendo a cada personaje.

Antes de cerrar este momento íntimo en este rincón tan especial de Las Rozas Village, Cristina Morató volvió a mencionar a Eleonor Roosevelt para señalar que “en esta vida no hay que ponerse límites. Si estas mujeres, en su época, hicieron lo que hicieron, ahora podemos ser capaces de todo”.



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