Georgia ya puede gritar alto y claro que ha logrado puntuar en una fase final de un gran torneo. Empate histórico de un combinado nacional que le rezará hasta los restos a ‘San Mamardashvili’, héreo caucásico. La República Checa lo intentó de totas las formas y solo logró batir al portero del Valencia con un rebote de Schick. 1-1 y se la jugarán las dos en la jornada final.
Quizás, por apariencia, era de los partidos (el horario tampoco ayudaba) menos apetecibles de toda la fase de grupos de la Eurocopa. Con jugadores del Slavia de Praga, del Al Akhoud, del APOEL, de Segunda División española. Ingredientes que nos hacían presagiar un buen sopor en plena hora de la siesta.
Pero ya desde el primer minuto ambos equipos se han encargado de mostrarnos que para nada iba a ser un tedio ‘infumable’. A tumba abierta, Georgia y la República Checa han protagonizado un precioso correcalles en el que el rigor táctico y el orden han quedado arrinconados. Transiciones rápidas y ambos poteros erigiéndose en héroes, sobre todo un Giorgi Mamardashvili que ha subido esta tarde su caché 5-10 millones tranquilamente. Menudo recital en la primera mitad. Schick, Cerny, Hlozek y compañía tendrán pesadillas con el guardameta del Valencia.
Acoso checo inicial
Los checos ‘acosaban’ el marco georgiano y tanto el arquero valencianista como la defensa achicaban como podían. En el 23’, Hlozek anotaba con la cara el 0-1 para Chequia tras un paradón a bocajarro de Mamardashvili, pero el VAR lo anulaba por una mano del ariete del Leverkusen. Tras otra clarísima de Schick, llegaba la acción clave del primer tiempo.
Centro lateral de Kvaratshkeila, rebote y el balón caía a Kashia, el central, que no acertaba a batir a Stanek. Pero el VAR llamaba al joven colegiado Siebert. Había una mano clara de Hranac. Mikautadze, delantero cedido por el Ajax al Metz este curso, marcaba el 0-1. Antes del descanso, otra mano salvador a de Mamardashvili.
Mamardashivili solo cae de rebote
Tras la reanudación, mismo guion. República Checa apretando. Mamardashvili sacando todo lo que podía. Hasta que los checos, con fortuna pero con merecimiento, lograban el empate. Córner, remate de Lingr de cabeza que pegaba en el palo y Schick, casi por inercia, marcaba con el pecho el 1-1. Recordemos, máximo goleador de la última Eurocopa empatado con Cristiano.
A partir de ese momento, el duelo bajaba muchísimas revoluciones. Se imponía un ‘temor’ a perder y ambos conjuntos empezaban a valorar seriamente el punto. Como en la hora de juego anterior, era República Checa quien ponía algo más de carne en el asador. Y Mamardashvili seguía vistiéndose de héroe caucásico mientras Shick y su ‘banda’ se desesperaban.
Final de infarto
Se embrutecía el tramo final con muchas interrupciones, con amarillas. Con Kvaratskhelia bastante desaparecido (mejor en la primera mitad, pero sin estridencias), los georgianos intentaban sorprender en algún contraataque. Tenían a tocar el primer punto de su historia en una fase final de un gran torneo.
En un final apoteósico, con los checos volcados, inexplicablemente Georgia tenía en el 95′ un tres contra uno. Le caía el balón a Lobjanidze para hacer historia, pero la mandaba por encima del travesaño.