El compositor Tomás Marco ha sido y es una de las mentes más inquietas en el mundo creativo español. Su trayectoria es fabulosa en los más diversos ámbitos. Este músico, que es también un magnífico ensayista, y ha ejercido cargos de gestión con el mayor acierto, tiene en su haber un extenso catálogo que incluye músicas de enorme diversidad.
Ahora se publica un nuevo proyecto discográfico suyo, una partitura para un ballet que se sustenta en el “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” de Federico García Lorca. De la mano de uno de los apóstoles de la música contemporánea española, José Luis Temes, al frente de la Orquesta Ciudad de Granada, se presenta la primera grabación de una obra que Marco escribió en 1985, en un encargo para el Año Europeo de la Música. El compositor se puso de acuerdo con María de Ávila, entonces al frente del Ballet Nacional de España, para crear un ballet de temática lorquiana con el fin de que formase parte del repertorio de la compañía
El cese de De Ávila impidió su estreno tal y como estaba previsto y acabó viendo la luz en forma de pieza de concierto hasta que en 1998 la Companhia Nacional de Bailado de Portugal montó la obra con una coreografía de Rui Lopes Graça, estrenándose en Lisboa y repitiéndose en otros países en una gira que nunca llegaría a pasar por España. Curioso, y muy definitorio de nuestra realidad musical, es que ninguna de nuestras compañías públicas fuese capaz de montar una partitura que lleva por subtítulo “Sinfonía coreográfica en cuatro cantos”. La música es intensa y apasionada, de carácter abstracto y verdaderamente pensada para favorecer el trabajo del coreógrafo. Es un hecho de muy difícil explicación que, a día de hoy, décadas después de su estreno, no figure en el catálogo de los cuerpos estables de danza del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música que debieran tener entre sus obligaciones el cuidado y la protección no sólo de nuestro patrimonio coreográfico, sino también el de las música a él vinculadas.
El trabajo que nos ocupa, además, tiene otro aliciente de gran interés al haberse recuperado la grabación que del poemario realizó uno de los estandartes históricos de la interpretación española: Margarita Xirgu. Este trabajo de recuperación le da al proyecto otro calado porque ayuda, y mucho, a poner la obra en su contexto, a través de una actriz fetiche del propio Lorca, cerrando el círculo de forma ejemplar.
En este país nuestro, tan esperpéntico demasiadas veces en lo cultural, llama la atención que un encargo realizado por una compañía no se llegue a estrenar porque quien lo ha impulsado cesa. Lo que sí deja ver una situación semejante es el desdén endémico que acompaña en su camino a la música española y a sus principales protagonistas. Afortunadamente, empeños como el de José Luis Temes no caen en saco roto y permiten poner esta música al alcance del público con altos estándares de calidad. Ahora sólo nos queda esperar que esta música pensada para el baile consiga el adecuado cauce creativo y no tengamos que esperar otras tantas décadas para poder verlo sobre los escenarios españoles.
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