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Mi casa es la tuya (gratis y por vacaciones)

Nochevieja en Río de Janeiro, un fin de semana de enero en Francia, Carnavales en Venecia, Semana Santa en Tokio y Seúl, puente de Mayo en las islas griegas, junio en Nueva York y un viaje de verano por Canadá. Podría ser el catálogo de viajes de cualquier gran turoperador, pero es la agenda de Pedro, Elisabeth y su hija, que han recorrido medio mundo casi gratis gracias al intercambio de viviendas. Sólo en 2023 esta familia, conocida en redes sociales como Trotamundos , hizo 47 trueques, contando sus visitas al extranjero y las veces que prestó su apartamento de Tarragona. «Empezamos en este mundo hace doce años, al principio la gente ni se lo creía. Muchos se gastarán en un viaje grande por Europa, o incluso por España, lo mismo que yo en todos estos. Para nosotros es una forma más libre y económica de viajar. Si no fuera de este modo no nos lo podríamos permitir », admite Elisabeth, maestra de profesión, que reconoce que gracias a esta forma de viajar han estado además en alojamientos increíbles: casas flotantes, sobre los árboles, esculpidas en cuevas e incluso con cenotes privados a modo de piscina.Noticia Relacionada estandar No Intercambio de casas: la opción para ahorrar en las vacaciones de verano ABC Según HomeExchange este año se producirán más del doble de pernoctaciones de este tipoComo ella, cada vez son más los viajeros que apuestan por este tipo de alojamiento para recorrer el mundo. Así lo certifica el último informe de la OBS Business School sobre tendencias tecnológicas aplicadas al viaje, que reconoce que plataformas como Home Exchange, Twin City, Kindred o Third Home son cada vez más populares. Desde la pandemia, confirma Pilar Manrique, portavoz de Home Exchange en España, el crecimiento ha sido exponencial, hasta el punto de que nuestro país es ya el segundo mercado más importante del mundo, sólo por detrás de Francia y por delante incluso de Estados Unidos, donde surgió y se popularizó (gracias en parte a la película ‘The Holiday’) este sistema de huéspedes y anfitriones. Actualmente rozan los 26.000 usuarios, mientras que a finales de 2019 había 7.800, por lo que en apenas cinco años han triplicado el número de usuarios. En 2023, además, rozaron la cifra redonda del millón de pernoctaciones. La estancia media se sitúa entre siete y diez días, con Cataluña País Vasco Andalucía, Valencia y Galicia como destinos favoritos.26.000 usuarios tiene Home Exchange en España, donde hace apenas cinco años contaban con apenas 7.800«Tras el frenazo de la pandemia, las familias han apreciado más esta forma de viajar, se sentían más seguras. Al alojarse en casas privadas no había esa rotación de gente y podían salir de zonas más masificadas. Tampoco podemos olvidar que en una situación de inflación, el intercambio es una forma muy barata de viajar: no hay transacción económica, pagas una única cuota de 160 euros y puedes hacer todos los intercambios que quieras», explica Manrique. En un año en el que veranear en la costa española será un 10% más caro que en 2023 y los apartamentos pueden superar en algunos casos los 3.000 euros semanales, según un informe de Tecnitasa, aliviar los gastos de alojamiento puede ser, para muchas familias, una oportunidad para salvar las vacaciones. Además, Home Exchange funciona con un sistema de puntos que no obliga a que los intercambios sean recíprocos ni deban producirse simultáneamente. Una vuelta al mundo Arriba, los Trotamundos en uno de sus viajes de intercambio de casas. Abajo, Lucía y Rubén, autores del blog 0Algo que recordar’ con su familia. Al lado, Carla y Adrián, de ‘La maleta de Carla’ CedidasOtro de los motivos de este crecimiento, apunta Joan Barceló, profesor de OBS Business School, es que muchos aprovechan el auge del trabajo en remoto para combinar sus vacaciones en el destino con unos días más de teletrabajo. Los saben bien Carla y Adrián, autores del blog ‘ La maleta de Carla’, que han hecho del viaje su forma de vida . Empezaron con el intercambio de casas en 2015, «antes incluso de que se llamase Home Exchange», bromea Carla, porque para ellos era una forma de abaratar el coste de todos los periplos que emprendían y, también, «una forma más sostenible» de recorrer el mundo. También de encontrar un hogar temporal: el año pasado, al volver de una ruta de cinco meses por Asia con su pequeña de 3 años, necesitaban un lugar desde el que seguir trabajando mientras buscaban un piso para alquilar o comprar en su Barcelona natal. Gracias al intercambio de casas dieron con una familia que necesitaba inquilinos para una estancia larga: « Pasamos allí dos meses viviendo, tranquilos y cuidando a las mascotas», recuerda.Lucía y Rubén, dos publicistas que cambiaron la oficina por el mundo de los viajes en 2011, relatan que esta forma de viajar es especialmente atractiva para familias con niños . «Los alojamientos convencionales tienen sus limitaciones. No todos tienen habitaciones para cuatro, por ejemplo, y en estas casas de intercambio al final tienes todo lo que una familia, y sobre todo los más pequeños, necesitan», apunta Lucía, autora del blog ‘Algo que recordar’ y cofundadora del festival Mama Travel Fest. «Además, me parece una manera muy explícita de enseñarles a los niños lo que significa compartir, acoger y confiar. Al final, yo siempre pienso que quien va a venir a mi casa es alguien igual que la va a cuidar igual que yo», admite esta viajera, afincada en Fuerteventura.Más variedadTodo el sistema, explican sus usuarios, se basa en la confianza mutua. Paula y Marcos empezaron a intercambiar su ático de Premià de Mar (Barcelona) en 2021 porque querían viajar pero no tenían un gran presupuesto para ello. «La primera vez que te dan gratis las llaves de un piso en el centro de París alucinas », confiesa ella. Al final, cada estancia se puntúa, y hay un diálogo previo con el anfitrión muy importante. Hay quienes prestan su hogar a cambio de que sus invitados cuiden a las mascotas o rieguen las plantas e incluso quienes dejan detalles de bienvenida. «Para nosotros es más acogedor ir a una casa donde la gente vive. Y el tema de la privacidad a nosotros no nos pesa , aunque hay quien guarda sus objetos de valor en armarios cerrados con llave», puntualiza Paula. En Home Exchange, por ejemplo, cuentan además con un seguro de cancelación por fuerza mayor o daños. La oferta se ha diversificado tanto que hay plataformas especializadas en residencias de lujo, como Third Home, e incluso dirigidas a comunidades concretas, como Behomm , fundada por los diseñadores Eva Calduch y Agustí Juste, que cuenta con un catálogo de 3.200 hogares de creativos y artistas visuales . «Lo que nos diferencia es que nuestra selección está basada en la estética», apunta Calduch, que admite que ellos no utilizan un sistema de puntos, sino que funcionan por intercambio recíproco, aunque no tiene por qué ser simultáneo. «De esta forma haces viajes más humanos , porque dejar tu casa es al final algo íntimo. Y crea adicción», reconoce. Ellos han hecho verdaderos amigos con los intercambios. Y desde la pandemia han visto que su comunidad es cada vez mayor debido al teletrabajo –«al final por 380 euros que vale la cuota puedes estar un año entero en otra casa», plantea Calduch– y a la importancia que está cobrando el turismo sostenible.También sobre ruedasEl fenómeno más reciente son las plataformas de intercambio de caravanas como SwapTheRoad , que fundaron los franceses Sandrine y Julien en 2021. Ellos estaban acostumbrados a viajar con su casa sobre ruedas, incluso en viajes transoceánicos, por lo que cuando la pandemia les obligó a confinarse en Paraguay decidieron aprovechar el tiempo para dar forma a su idea de negocio: una red de intercambio de vehículos que hoy cuenta con mil usuarios y 200 caravanas en 27 países . España es el segundo territorio con más vehículos para compartir, y la oferta «se multiplica día a día», dicen sus fundadores.Carlos Martínez y su novia, durante el viaje que fue el germen de Swapmyvan CedidaTambién de una necesidad viajera nació Swapmyvan, una web que pone en contacto a propietarios de autocaravanas para acordar trueques. En 2022, Carlos Martínez y su novia compraron unos billetes de avión a San Francisco, pero al ver lo que subía el presupuesto incluyendo vehículo y hotel estuvieron a punto de cancelarlo. Entonces se les ocurrió buscar a alguien que les prestase su autocaravana con la promesa de usar después la suya. Consiguieron el intercambio a través de Reddit, y, a la vuelta, decidieron crear una web para ayudar a nómadas como ellos . Ya tienen 800 usuarios registrados. «Hay quien dice que le dan miedo estos intercambios, pero a mí me daría mucho más quedar con un desconocido por Tinder», bromea Martínez.



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