Alzira tendrá participación olímpica por cuarta vez en su historia. En París 2024, Mónica Carrió volverá a estar en unos Juegos Olímpicos. En este caso no será como deportista sino como jueza internacional de halterofilia. “Para mí es más importante esta participación que la de Sidney 2000 como deportista”, comentó entusiasmada Mónica Carrió. Entonces cogió la estela de su hermano Lorenzo, que estuvo en Atlanta 96 y precedió a Gema Peris que participó en Atenas 2004.
La alzireña se convertirá en la primera persona española que habrá participado en unos Juegos como deportista y como juez. “No sé si ya habrá alguien a nivel mundial, pero me alegro de ser pionera en España en esta faceta -como lo fue como deportista al ser la primera mujer halterófila olímpica junto a Josefa Pérez- para que los deportistas pueden ver otra salida tras acabar su carrera profesional”.
Con Mónica el espíritu de Julián Perea permanece vivo. “Fue un visionario impulsando la halterofilia femenina y al dejármelo me animó a convertirme en jueza”.
“Nunca me lo había imaginado cuando juzgaba levantamientos de niños como jueza regional”
Como en el deporte activo, el camino hasta llegar a su particular Olimpo ha sido largo. “Nunca me lo había imaginado cuando juzgaba levantamientos de niños como jueza regional”. En los últimos quince años la ribereña tuvo que pasar exámenes y participar en diferentes competiciones para convertirse en jueza nacional y después internacional de 2a categoría. “Por fin llegué a Jueza internacional de 1a y entonces puedes entrar en el ciclo olímpico. Has de participar en de 6 a 8 competiciones internacionales donde otros jueces van examinándote en las diferentes posiciones posibles”, explicó. Tras los Europeos fue citada para el Mundial sub-17 de Albania el año pasado, estuvo en el junior y sub23 en Heraclion (Grecia) hasta que llegó la gran cita, el Mundial absoluto en Arabia Saudí. “También nosotros tenemos mucha presión para tomar decisiones y para mí, en especial, si son españoles”. Se dio el caso que en el Europeo consideró correcto un alzamiento desde su posición en un lateral. “Pero el opuesto sí vio un pequeño error técnico. Nosotros tenemos por encima otros cinco jueces que valoran los levantamientos con el video si hay duda o reclamación -como el VAR-“, puntualizó.
La sucesora de Lorenzo Carrió ha ocupado otras posiciones como la de controladora técnica donde ve si el levantador cumple las normas de equipación, cinturón, dorsal o mallot. “Aquí se recoge la Challenge card, la tarjeta que da un entrenador si hay queja y quiere revisión”. Otra faceta es la del speaker, que va citando a los halteras y el time keeper o cronometrador, pero si una posición le encanta a Mónica es la de Marshall. “Estás en la zona de calentamiento, viendo la competición por los monitores y observando la estrategia de los entrenadores que deciden si se cambia el peso, lo que resulta muy emocionante”.
Aunque su sueño sería “volver a levantar pesas, tengo claro que este es mi futuro -además de presidir el club de halterofilia Alzira y ser vicepresidenta de la Federación Española”.
Mónica no podrá cumplir su otro sueño, estar en la ceremonia inaugural. “Ya me la perdí en Sidney y por suerte la viví en los Juegos del Mediterráneo de 2018. Como competimos en la segunda mitad de los Juegos viajamos después. Ojalá esté en la clausura”. De lo que también está muy contenta es de que sean los Juegos de la paridad. “En Sidney fue la primera vez que éramos tantos levantadores como levantadoras y ahora también estaremos al 50% en el global de todos los deportes”.