Se la pegó Bélgica ante Eslovaquia. En un partido que debía haber ganado en nueve de cada diez casos, los ‘red devils’ fueron incapaces de perforar la meta de Dubravka. No fue por ocasiones, precisamente. Lukaku decidió desperdiciar todas y cada una de ellas, y cuando acertó, ahí estaba el VAR para negarle la euforia. Los de Tedesco acabaron desesperados ante una Eslovaquia que creyó en sus armas: bien pertrechada atrás y a esperar la sorpresa. Y llegó. La segunda sorpresa de la jornada de hoy de la Eurocopa.
Se las prometía muy felices Bélgica en el inicio. Tanto que incluso decidió que para qué ‘matar’ el partido en los primeros cinco minutos. Lukaku y, sobre todo, Trossard, en una jugada tremendamente clara que no supo definir, tuvieron dos ocasiones clamorosas cuando los espectadores apenas se estaban sentando en el Deutsche Bank Park de Frankfurt. Pero ya saben lo que sucede cuando fallas, y más en estos torneos. Falló Bélgica arriba… y lo hizo también atrás para permitir a Schranz abrir la cuenta tras cazar un balón muerto en el área.
Los ‘red devils’ no se lo podían creer. Siguieron los de Tedesco con sus buenas acciones de ataque y Trossard, otra vez, gozó de una ocasión muy clara tras una mala salida de Dubravka. Sin portero, el del Arsenal la mandó al limbo. Se empeñaba el meta eslovaco con hacer sonreír a Bélgica. Sin embargo, lo que había empezado como un partido totalmente loco, se calmó.
Lobotka asumió los mandos del duelo y Eslovaquia sometió a Bélgica con la posesión. Logró el objetivo: que durante unos minutos pasaran pocas cosas. Ni Doku revitalizaba a los suyos. Hasta el descanso, apenas una ocasión por bando. Pero qué ocasiones. Primero Haraslin, en un voleón que sacó Casteels, y luego Lukaku, en otra jugada que aún no tiene claro qué debía hacer, pudieron mover el marcador de sobras.
En la reanudación, más de lo mismo. Lukaku volvió a monopolizar todas y cada una de las ocasiones de Bélgica, excepto un disparo desde el corazón del área de Bakayoko que Hancko sacó en la línea. Monopolizó las ocasiones, pero también los errores.
El ‘9’ belga erró todas las aproximaciones que tuvo… y cuando logró acertar, en un balón que solo tuvo que empujar y en un gran disparo a asistencia de Openda, el VAR se encargó de privarle el éxito. Fallando lo infallable, Lukaku pudo irse del partido con un doblete, pero el destino se había encargado de dictaminar que el belga no podía salir como héroe de Frankfurt.
Tedesco lo intentó todo desde el banquillo: movió a De Bruyne, metió todo delanteros… pero no hubo forma. Se pertrechó atrás Eslovaquia, se sintió a gusto y solo necesitó que el tiempo fuera pasando. Era el guion de partido en el que podía salir vencedor y así fue. Segunda sorpresa mayúscula de la jornada.