Con los dos títulos de su palmarés muy recientes (la Eurocopa de 2016 y la Liga de Naciones de 2019), Portugal quiere alargar la época ganadora de una gran generación con Robert Martínez (Balaguer, Lleida, 13 de julio de 1973). Fichado tras el Mundial de Qatar, el exseleccionador de Bélgica se asoma al primer gran torneo con el combinado ibérico. Portugal se estrena ante la República Checa, en Leipzig, este martes (18 horas).
-Portugal fue la primera selección en clasificarse. ¿Espera ser la última en marcharse?
-Esa sería la situación ideal. Los primeros pasos fueron para clasificarnos. Las diez victorias sólo nos dan derecho a los tres partidos en la fase final. Fue muy bueno poder adaptar nuestra manera de trabajar mientras ganábamos.
-Una trayectoria arrolladora.
-Estamos con muchísima ilusión, sentimos muchísima responsabilidad y lo tomamos con mucha naturalidad. La experiencia dice que no cuenta cómo llegas, sino que para ir lejos dependes de lo que progresas en esos partidos. Los tres serán ante rivales muy diferentes.
-¿Cómo prevé que le jugarán a Portugal?
-A la República Checa le gusta arriesgar, defender muy arriba, es muy competitiva, con experiencia pero con talento nuevo. Nos jugará cara a cara. Turquía ha encontrado una mezcla muy interesante con un entrenador muy metodológico de la escuela italiana y el carácter y talento emocional que distingue al fútbol turco, con jóvenes que despuntan y jugadores asentados. Y Georgia me recuerda a Panamá en el Mundial 2018: es muy peligroso jugar contra un equipo nuevo, que vive una luna de miel sin ningún aspecto negativo que le afecte y posee un jugador espectacular como Kvaratskhelia.
“Las diez victorias sólo nos dan derecho a los tres partidos en la fase final. La experiencia dice que no cuenta cómo llegas, sino que para ir lejos dependes de lo que progresas en esos tres partidos”
-¿Haber sido la primera mete a Portugal entre las favoritas, esa etiqueta tan fácil de atribuir?
-Mejor eso que sufrir una crítica fuerte. Nos falta mucho, tenemos que evolucionar. Por ejemplo, con saber vivir detrás en el marcador, medirnos con rivales que nos hayan ganado la posesión…
-Señal de haber dominado.
-En la Eurocopa no hay favoritos. Es una competición que ha tenido diez campeones distintos. Eso significa que las diez selecciones creen que pueden ganar. Inglaterra, una de las candidatas, no ha ganado nunca. Yo creo que hay siete candidatas por el nivel de sus jugadores, que están en clubs que conquistan títulos. Hablamos de España, Italia, Alemania, Inglaterra y Francia. Y Portugal y Bélgica también tenemos motivos para creer.
“La Eurocopa ha tenido diez campeones distintos. Eso significa que las diez selecciones creen que pueden ganar. Inglaterra, una de las candidatas, no ha ganado nunca”
-Prefiere hablar de candidatos que de favoritos, de capacidades que no de nombres.
-Sí, esa percepción falsa del campeón, que se presentará y vencerá por 3-0. No es así: habrá una tanda de penaltis, una decisión adversa… En 38 partidos, el campeón es el mejor, y ahí sí puede hablarse de favoritos. A 90 minutos, con diferencias tan mínimas…
-Una competición de eficacia, no de estilos… de ganar como sea.
-Yo creo que el estilo ayuda. La idea te da claridad, porque no tienes tiempo para trabajar con los 26 jugadores. Y la competición es para ganarla, no para que se recuerde un estilo. Por mucho que yo y muchos aficionados nos acordemos de la Holanda de Rinus Michels y Johan Cruyff, que no ganaron.
“El estilo ayuda. La idea te da claridad, porque no tienes tiempo para trabajar. La competición es para ganarla, no para que se recuerde un estilo. Por mucho que nos acordemos de la Holanda de Rinus Michels y Johan Cruyff”
“Si ganas la copa no hay debate. Los resultados siempre justifican el trabajo. Pero como entrenador te gusta saber por qué no has ganado, y si tu equipo lo hizo todo para sentirse orgulloso también te ayuda a sobrevivir en la derrota”
-¿A un entrenador le satisface que se le recuerde, o no?
-Si ganas la copa no hay debate, es el motivo por te involucras en cualquier deporte. Pero como entrenador te gusta saber por qué no has ganado y si tu equipo lo hizo todo para sentirse orgulloso, también te ayuda. No es el objetivo, pero ayuda a sobrevivir en la derrota.
-¿El 10 de 10 es lo que le produce más orgullo o hay algo que no vemos?
-Los resultados siempre justifican el trabajo. Como entrenador, de lo que más orgulloso estoy es del compromiso de los jugadores. Un club y una selección son diferentes. La actitud de un jugador en su club puede cambiar: hay momentos buenos, menos buenos, situaciones de mercado, una relación emocional… En la selección el futbolista aporta la experiencia, el talento y la actitud, y no se puede aceptar que la actitud no sea un 10. Todos los jugadores que han venido, y han sido 31, han tenido un compromiso ejemplar.
“La selección viene a ser un reconocimiento a tu carrera, pero esa carrera y eso que tú representas ha de ayudar al equipo nacional. En la selección no se puede aceptar que la actitud no sea un 10”
-La actitud y el compromiso es algo que se supone en una selección, ¿no?
-No, no, es curioso. La selección viene a ser un reconocimiento a tu carrera, pero esa carrera y eso que tú representas ha de ayudar al equipo nacional. Si vienes o no juegas o no juegas los 90, o no te ponen en tu posición, son circunstancias que ponen a prueba la actitud. El compromiso hace que la actitud sea positiva. Y no es fácil. Las selecciones sudamericanas son diferentes a las europeas; para ellos es una celebración, aquí, la influencia y la exigencia de los clubs ejerce mucha presión. No es tan fácil que el compromiso con la selección sea ejemplar.
-¿Por la interferencia de la selección en la cotidianidad del club? ¿Por viajes y partidos menos confortables?…
-Exacto, es todo. Hay jugadores que en la selección no desempeñan el mismo papel que en su club. El fútbol de club y de selecciones no va ligado de la mano. He estado en las dos sillas y lo entiendo. Cuando pertenecía a un club estaba preocupado cuando se marchaban; ahora, entiendo que los clubs se preocupen porque se vayan. Hay que tener un grado de solidaridad para ayudar al jugador. Con la selección, crece a nivel personal y aumenta de valor: no es lo mismo tener la experiencia de disputar un Mundial o una Eurocopa o no tenerlo.
El fútbol de club y de selecciones no va ligado de la mano. He estado en las dos sillas y lo entiendo. Hay que tener un grado de solidaridad para ayudar al jugador. Con la selección, crece a nivel personal y aumenta de valor”
-¿Cómo se crea el espíritu de equipo con futbolistas de procedencias o clubs distintos?
-Tengo mucha suerte porque el espíritu de representar a Portugal empieza en el sub-15. Hay una línea establecida de ambiente de alto rendimiento y de sentimiento por representar al país. Tenemos 72 portugueses en las cinco ligas más potentes y es el cuarto país en jugadores en la Champions League. ¡Un país de 10 millones de habitantes! El trabajo de formación es espectacular y yo, como seleccionador, me llevo los frutos de esta estructura.
-No ha tenido que hacer un gran casting de 50 o 60 futbolistas.
-Mi paso inicial fue convocar a los 26 del Mundial de Qatar. No quería convocar a nadie que solo conociera al jugador y no a la persona. Fuimos por el camino difícil y con mis colaboradores les seguimos a todos de enero a marzo. No ha sido fácil elegir a los 26.
“Tenemos 72 portugueses en las cinco ligas más potentes y es el cuarto país en jugadores en la Champions League. El trabajo de formación es espectacular y yo, como seleccionador, me llevo los frutos de esta estructura”
-¿Qué diferencias respecto hay respecto a su experiencia con Bélgica?
-Hay muchas similitudes. Hablamos de la mejor generación del fútbol belga, que queda tercera en Mundial del 2018 y hablamos de la portuguesa que conquista la Eurocopa de 2016 y la Liga de Naciones de 2019, con una población similar, un proceso de formación muy bueno, futbolistas en las mejores ligas, capacidad para hablar idiomas…
-Usted incide mucho en las personas y no en los futbolistas.
-El futbolista es una persona que juega a fútbol. Es un futbolista el día del partido, pero en los demás es una persona que juega al fútbol. Por tanto, todos los aspectos que afectan a la persona, afectan al futbolista. Es más importante conocer a la persona, porque el jugador es muy fácil de identificar con las cualidades que le distinguen; lo difícil es ver cómo la persona afronta la diversidad, cómo hace grupo, cómo da lo mejor de sí mismo para el equipo.
“El futbolista es una persona que juega a fútbol. Es un futbolista el día del partido, pero en los demás es una persona que juega al fútbol. Por tanto, todos los aspectos que afectan a la persona, afectan al futbolista”
-¿El equipo aún gravita en Cristiano o por su rol de finalizador y su edad no es así?
-Cada jugador tiene su carrera y su historia y Cristiano es el único que lleva más de 200 partidos con su selección y es el máximo goleador de la Eurocopa. No es el mismo de hace 20 años, pero lleva 20 años al máximo nivel. Su experiencia y su voluntad de ayudar son esenciales. Todavía hoy aporta mucho.
-¿Cómo se conjuga una estrella así con la construcción de un equipo de futuro donde hay que diversificar roles?
-Va ligado. Crear una nueva generación necesita los máximos referentes del presente y del pasado. Cristiano es el capitán y está plenamente comprometido para ayudar a todos. Repito: es compromiso y actitud. Tenemos jugadores de generaciones diferentes y esos dos caminos que menciona van ligados.
“Cristiano es el único que lleva más de 200 partidos con su selección y es el máximo goleador de la Eurocopa. No es el mismo de hace 20 años, pero lleva 20 años al máximo nivel. Su experiencia y su voluntad de ayudar son esenciales”
-¿Ha cambiado la imagen defensiva de Portugal? ¿O el perfil de los jugadores le obliga a jugar al ataque?
-Por un lado, está la manera como yo entiendo el fútbol, que pretende que mis equipos tengan personalidad, quieran la pelota, arriesguen y defiendan rápido y arriba… No sería el entrenador ideal para otros conceptos. Me ofrecieron el trabajo porque sabían claramente lo que soy como entrenador y lo que busco. Estos jugadores necesitan el balón. Tienen mucho talento y vale la pena arriesgar para aprovechar el talento individual que hay arriba y defender espacios grandes y uno contra uno atrás. Esta generación es de un nivel altísimo.
-¿Se frotó las manos cuando se lo propusieron? ¿Pensó: ‘qué equipazo tengo’? ¿Lo tiene?
-Sin duda. Es así. La calidad humana, que no se ve desde fuera, es de un equipazo. De alto nivel, gente muy comprometida, consciente de lo que representa, que son las primeras piedras para construir un equipo ganador. El talento luego, es fácil de ver desde fuera.
-Un equipo para disfrutar.
-Un equipo para disfrutar muchísimo. De ahí la expectativa. Es un grupo al que se le puede sacar mucho partido. Pero mucho partido.
-Dice que ganar es un hábito, pero ¿cuál es la infraestructura de ese hábito?
-Son tres puntos. El primero es el sentido común, es la claridad, que cada uno sepa lo que tiene que hacer dentro y fuera del campo, cuál es su rol, que no haya dudas. El segundo es crear la idea de que los objetivos individuales se consiguen a través de los objetivos del equipo. Y la última es que has de poder medir la mejora, aunque a veces esas mejoras son insignificantes.
“La calidad humana, que no se ve desde fuera, es de un equipazo. De alto nivel, gente muy comprometida, consciente de lo que representa. El talento es fácil de ver desde fuera. Es un equipo para disfrutar, del que se le puede sacar mucho partido”
A los jugadores les motiva dejar un legado. Cuando miras a los jugadores de la Eurocopa de 2016, los de la LIga de Naciones, los primeros jugaron la semifinal del Mundial de 1966. No ha habido otra generación con 10 victorias en la fase clasificatoria y nuestra selección puede hacer lo mismo”
-Usted insiste a sus jugadores con que hagan historia, creen una memoria.
-Es así. No hay mejor memoria que mirar atrás y ver la Eurocopa que jugaste con Portugal, el Mundial al que acudiste… No te puede quedar la sensación de que no lo diste todo, que estabas distraído por tantos estímulos que te rodean… Hay muchas cosas que te restan la intensidad que deberías tener en lo que haces. Y lo que van a hacer es para toda la vida.
-¿Así les motiva? ¿Eso les motiva?
-Sin duda. Cuando miras a los jugadores del pasado, como João Pinto, Rui Costa, Luis Figo, Vítor Baia… dejaron un legado. Los de la Eurocopa de 2016 lo hicieron. Otros ganaron la Liga de Naciones. Los primeros jugaron la semifinal del Mundial de 1966. No ha habido otra generación con 10 victorias en la fase clasificatoria y eso significa muchísimo. Nuestra selección puede hacer lo mismo.