Levantado entre 1767 y 1785 por orden del III duque de Berwick y de Liria, don Jacobo Fitz-James Stuart y Colón, el Palacio de Liria es una de las residencias privadas más importantes de Madrid. Esta construcción, un edificio de estilo neoclásico, planta rectangular y alargada con un cuerpo bajo almohadillado que sirve como basamento de las columnas y pilastras toscanas que abarcan dos plantas y que en sus inicios contaba con cuatro pisos y 200 estancias, es considerada por muchos como ‘el hermano pequeño’ del Palacio Real y razones no faltan. En su diseño y construcción intervinieron grandes nombres como Louis Guilbert o Ventura Rodríguez.
Por desgracia, durante la Guerra Civil española el edificio sufrió varios incendios que destruyeron todo su interior quedando en pie exclusivamente sus cuatro fachadas. Aunque la mayor parte de la colección de pintura que se guardaba bajo sus muros se logró salvar, se perdieron más de 70 cuadros de gran valor, muebles, lámparas y otros muchos objetos, así como prácticamente todo el archivo administrativo. Las tareas de recuperación se prolongarían más de 15 años.
Este edificio es de estilo neoclásico y planta rectangular
Finalizada la contienda, llegó el momento de la reconstrucción que corrió a cargo del XVII duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart, quien seleccionó para los trabajos al inglés Edwin Lutyens, arquitecto al que se le deben algunos notables elementos como el actual zaguán principal, la escalera o la capilla, elementos que fueron ejecutados por Manuel Cabanyes. Las obras se prolongaron hasta 1956, por lo que fueron los XVIII duques, doña Cayetana Fitz-James Stuart y don Luis Martínez de Irujo, los que las finiquitarían.
En la actualidad, este majestuoso edificio, sede de la Fundación Casa de Alba y residencia del XIX duque, alberga una espectacular colección de arte, una de las más destacadas del mundo, y un valiosísimo patrimonio documental. Una curiosidad destacable es que a pesar de que en la actualidad el palacio está ubicado en el centro de la ciudad, en el número 20 de la calle de la Princesa, lo cierto es que en sus inicios se situaba a las afueras, cerca de la puerta de San Joaquín, la cual marcaba el límite de Madrid por el noroeste.
Qué esperar de una visita completa
La familia de Alba decidió abrir al público el palacio en 2019 y desde entonces gracias a las visitas guiadas se puede vivir la historia de uno de los más distinguidos linajes de España a través de documentos, cuadros, esculturas, tapices y otras obras que en él se conservan. La colección histórico-artística fue incorporándose gracias a la labor de mecenazgo y coleccionismo de los duques de Berwick y de Alba durante más de 500 años. Las visitas, que se realizan en grupos con inicio cada 30 minutos y tienen una duración de 65 minutos, cuentan con música clásica como hilo conductor.
Imagen de una de las salas interiores abiertas al público
Entre las diferentes estancias que se pueden ver están el Salón de baile, la sala del Gran Duque, el salón Estuardo o el Italiano. Mención especial merece la biblioteca, un espacio que pese a verse gravemente afectado durante el incendio de 1936 donde se perdieron más de la mitad de sus fondos, cuenta con más de 18.000 volúmenes, entre los que se incluyen verdaderas joyas, así como algunos autógrafos de Colón y el último testamento de Fernando el Católico de su puño y letra.
Además, la propiedad cuenta con el jardín privado más grande del centro histórico de Madrid. A lo largo de los años estos espacios verdes han ido sufriendo modificaciones, al igual que el inmueble, hasta llegar a su configuración actual. Así, el frontal es de estilo romántico inglés y está compuesto de un prado central con centenarios magnolios, cedros, castaños, tejos o cipreses y rodeado de caminos, mientras que el trasero fue rediseñado por Jean Claude Nicolas Forestier, en 1916, recuperando la impronta clasicista que formaban el parterre, la fuente central y arboledas decoradas con esculturas antiguas y modernas.
Por primera vez desde su apertura al público, los meses de junio, julio y agosto se ofrecen visitas guiadas por sus jardines para explorar su rica historia, evolución, paisajismo y flora.
Imagen de los jardines del Palacio de Liria
Información práctica
– Las plazas son limitadas por lo que es recomendable hacer la reserva con tiempo a través de la web del palacio.
– Fechas: de martes a domingo los meses de junio, julio y agosto.
– Horario: en junio y julio a las 10.15 y a las 10.30 y en agosto en turnos seleccionados durante todo el día.
– El precio de la entrada de los jardines es de 7 euros, mientras que si se desea completar con la visita al palacio es de 23 euros.
– Dirección: Calle de la Princesa 20, Madrid.