Ni media hora estuvo en el césped ante la cómoda goleada sobre Andorra (5-0) en su estreno con la selección española. Pero Fermín López no pierde el tiempo. Le dio Xavi un amistoso el verano pasado en Dallas y lo celebró con un golazo desde fuera del área para batir al Madrid (3-0) que le cambió la vida para siempre. Desde entonces, todo ha ido rápido, extraordinariamente rápido.
Tanto que hace apenas un año estaba jugando en la Primera RFEF completando una excelente temporada con el Linares. Se despedía de aquella atrevida cesión -la gran mayoría no vuelven ni al Barça- con un encuentro ante el San Fernando y ahora disfruta de su impactante estreno con la selección española, camino de colarse en la lista definitiva de 26 jugadores que estarán en la Eurocopa de Alemania.
“Estaba en Primera RFEF y ahora con la selección. No me lo podía ni imaginar algo así nunca, pero el esfuerzo y el sacrificio ha merecido la pena”, Fermín López, jugador del Barça
Ni media hora, una asistencia de gol a Ferran -era el quinto ante la débil y cansada Andorra-, un monumental pase que desencadenó la acción del cuarto tanto, hiperactividad en el campo (20 toques), preciso en el pase (11 buenos de 12 realizados, 92% de acierto) y desparpajo sin sentirse en ningún momento atrapado por la dimensión del momento especial que estaba viviendo. Le fluía el balón y el juego.
La ‘herencia de Xavi’
Era su debut con la selección española. Tiene 21 años y forma parte de la ‘herencia de Xavi’, jóvenes que quedarán como legado suyo en el Barça, al igual que Lamine Yamal, Pau Cubarsí o Héctor Fort. Tal fue el impacto de Fermín en el Barça que el club lo renovó en agosto pasado, un mes después de su gol al Madrid, hasta 2027, con una cláusula de salida fijada en 400 millones de euros.
Y eso que su camino no fue tan directo como el Lamine, Cubarsí o Héctor Fort. Ellos ni salieron de La Masia para ganarse el jornal. A Fermín, en cambio, se tuvo que ir sin saber si algún día volvería. “Estaba en Primera RFEF y ahora con la selección. No me lo podía ni imaginar algo así nunca, pero el esfuerzo y el sacrificio ha merecido la pena”, contó el centrocampista andaluz a los medios oficiales de la Federación, asumiendo “el golpe de realidad” que vivió en Linares.
No se entiende el Fermín actual sin aquel anónimo Fermín. Chico humilde, sencillo, que se transforma nada más pisar el césped. Entonces, aparece la figura de un jugador ambicioso, con un descaro permanente, que se asoma al área con peligro. Ya sea para cabecear tal si fuera un clásico ‘nueve’ o en la frontal para sacar un disparo. Tiene recursos de todo tipo. Disparos secos, furiosos. O disparos suaves y delicados.
12 tantos con el Linares; 11 con el Barça
“Dinamismo, intensidad, llegada de segunda línea, goles… Eso es lo que he intentado hacer este año en el Barça”. Ese es Fermín visto por Fermín. En el Linares, lejos de los focos, donde firmó 12 goles y regaló cuatro asistencias en los 2.905 minutos que disputó en sus 40 encuentros. Así ha sido en el Barça de Xavi, donde alcanzó los 11 tantos (8 en Liga, 2 en Champions y uno en la Copa del Rey) en 43 partidos jugando 1.947 minutos.
“Si estoy aquí es en parte gracias a Xavi”, dice Fermín cada vez que le preguntan por el entrenador que lo descubrió en unos entrenamientos de la ciudad deportiva del Barça y después le abrió la puerta de aquel amistoso de Dallas. Desde allí, ha viajado a la elite echando de menos en el camino a Gavi, su amigo del alma.
Tiene el mismo espíritu guerrero y le añade, además, algo tan valioso y caro como el gol. Hace un año, y en el estadio de Linarejos, Fermín asistió a Álex Sancrís en el 1-0 del Linares sobre el San Fernando ante 5.000 espectadores, lejos del glamour del fútbol.
Ahora, en cambio, asistió a Ferran Torres e inyectó energía -Fermín acelera los partidos, con él siempre pasan cosas en el campo- a una selección que necesita de futbolistas distintos.