Rafael Nadal se enteró de que le había tocado Alexander Zverev en su debut en Roland Garros mientras jugaba al parchís. Más susto se llevó el tenista alemán cuando se lo dijo su hermano. “Pensaba que era una broma”, desveló. Para ambos no es la mejor forma de empezar este lunes el torneo. Será, sin duda, el partido del morbo. El 14 veces campeón en París ante uno de los favoritos de esta 128 edición y número 4 mundial.
“Sabía que podía pasar al no ser cabeza de serie (Nadal es el 276 mundial ahora). En teoría no es el mejor cuadro y es uno de los rivales más difíciles. Así que, ¿qué puedo hacer? Solo estar preparado para ello. ¿Más nervioso? No. Se puede producir un desastre como en Roma, por supuesto. Pero en mi mente hay otra cosa: la oportunidad de ser competitivo otra vez. No he jugado contra estos jugadores y este nivel desde hace mucho tiempo. No es el estreno ideal, pero es lo que es. Y quiero estar preparado”, destacaba Nadal.
El exnúmero 1 es el primero que se muestra dudoso antes de su debut. “No lo sé. La competición me dice que hace una semana hice un desastre en Roma, perdí 6-1 y 6-3, pero internamente me siento mejor”. A pesar de esa dura derrota ante el polaco a París (8 mundial), Nadal asegura que se siente preparado para el reto. Sus dudas de jugar en Roland Garros se han disipado en los últimos días. “Antes de decidirme a viajar quería chequear mi nivel de tenis, mentalidad y aspectos físicos. Y mentalmente ahora me siento con muy buena motivación, mejor físicamente también y tengo menos limitaciones que hace unas semanas”.
Una recuperación ilusionante
Nadal llegó el lunes a París para preparar a conciencia su último baile en Roland Garros. Ha estado entrenando a tope y jugando sets con rivales de nivel como el estadounidense Sebastian Korda, el veterano suizo Stan Wawrinka, el ruso Daniil Medvedev, el argentino Mariano Navone y este sábado con el joven danés Holger Rune.
Puede ser su último baile en Roland Garros. Es consciente. Pero no quiere cerrarse las puertas de Roland Garros. “Hay muchas posibilidades de que lo sea, pero si me obligáis a que lo diga al cien por cien, pues no. He pasado por un gran proceso de recuperación, sufriendo mucho, hasta encontrarme mejor ahora. Reacciono por mis sensaciones y me siento mejor que hace un año y medio. No quiero cerrar esta puerta al cien por cien. Mi familia y yo estamos disfrutando en este proceso. No he sido capaz de jugar bien físicamente. En un mes y medio a lo mejor siento que vale, es suficiente o no”.
Nadal se muestra optimista de su momento de juego. “Es la primera semana en la que me siento libre de jugar, pensando en la pelota y nada más. He pasado mucho tiempo pensando en qué movimiento puedo hacer o no, eso me ha lastrado muchísimo Estoy entrenando sin limitaciones y eso me anima. No sé si tendrá repercusión el lunes, porque llevo mucho tiempo sin jugar a este nivel”, recalca.
Motivado para competir
“Desde el fondo de mi corazón siento que si no pudiera hacer un buen resultado aquí, no estaría aquí. La motivación está ahí y es una esperanza de jugar bien. Si eso se alarga en el tiempo, creo que puedo seguir siendo competitivo. No quiero sentir que me retiro”.
A una semana de celebrar sus 38 años (3 de junio), Nadal se siente dispuesto a competir. Cree en sus opciones y ¿por qué no? en alargar su carrera un poco más. “Llevo dos años sin jugar por una operación con una recuperación muy larga, me vuelvo a lesionar. Y si me lesiono otra vez en un mes, pues lo sentiré, esto se acaba. Pero hay otros torneos que me he quedado sin jugar. Tengo el apoyo de la familia y quiero explorar hasta dónde puedo llegar. Vamos a ver qué pasa”.
El mejor premio
Estar en Roland Garros ya es el mejor premio. Ha trabajado y ha llorado para conseguirlo. “Estoy agradecido de estar aquí y de darme una oportunidad más. Puede que la última, puede que no. No quiero crear confusión, Tengo más confianza que otros. Vamos a explorar”.
El lunes cuando entró en la central Philippe Chatrier para hacer su primer entrenamiento, en la pista había más de 6.000 aficionados para recibirle y ovacionarle. “El amor que me transmiten es mucho más importante que los resultados, me hace sentir orgullos y no hay palabras para agradecerlo. Es genial sentir el cariño de todos los que están involucrados en el tenis en cada sitio en el que he jugado”.
La última vez que jugó en Roland Garros, en 2022, logró el título y sus condiciones físicas tampoco eran las mejores. “Estaba muy mal del pie, salí cojo de Roma. Pero mi nivel de tenis era muy alto, había ganado Australia y me rompí la costilla en Indian Wells. Me dormí el pie y me permitió jugar. Estar bien y ser competitivo. Ahora la situación es muy distinta. “Esta vez empezamos de muy muy atrás y con dos años más. Soy consciente de que es una utopía. Pero si no tuviera un mínimo de esperanza, no estaría aquí”.
La hora de Alcaraz
Antes que a Nadal este domingo (13.30 horas, Eurosport) le tocará debutar a Carlos Alcaraz, que tendrá un estreno más plácido ante el estadounidense Jeffrey John Wolf (107 mundial). Un rival que solo ha ganado un partido de seis disputados en el circuito esta temporada y que ha accedido al cuadro principal como ‘lucky loser’, tras ser eliminado en la última ronda de la fase previa.
Wolf, de 25 años, logró su mejor ránking en febrero del 2023 cuando se colocó 39 mundial, en una temporada en la que llegó a octavos de final en el Open de Australia, donde cayó ante su compatriota Brian Shelton, en una batalla a 5 sets. En su palmarés solo destaca una final en el circuito, sobre la pista dura indoor de Florencia, que perdió contra el canadiense Felix Auger-Aliassime.
Alcaraz llega a París sin haber resuelto sus molestias en el antebrazo derecho que le han impedido jugar la gira europea de tierra en Montecarlo, Barcelona y Roma, cono solo tres partidos disputados en Madrid. El tenista es consciente de que no llega en las mejores condiciones pero seguro de jugar su primer partido “a un gran nivel”.
No se exactamente lo que pasa en mi brazo. Tengo un poco de miedo de golpear”
La lesión en el antebrazo no acaba de solucionarse y Alcaraz ha mostrado preocupación. “No sé exactamente lo que me pasa en el brazo. Hablo con mi equipo y los doctores y me lo explican, y los escucho, pero luego se me olvida. Me quedo con lo que me dicen que tengo que hacer. Lo que recuerdo es que no iba a durar mucho tiempo, y no siento dolor en la pista, pero sigo pensando en ello cuando golpeo con la derecha. Tengo un poco de miedo de golpear. Espero que cambie para mi primer partido”.