Más de 10.000 personas. Colas que rodean la Plaza de Toros de Murcia. Caras de cansancio por la larga espera, pero con un brillo inmarcesible de ilusión. Y 16 artistas que, tras su paso por Operación Triunfo, comienzan su andadura musical con una Gira que les llevará a diferentes ciudades españolas. Y esta noche ha sido Murcia la encargada de recibir su talento.
Las gradas vibran cada vez que desde bastidores se asoma un rostro conocido; cuando los 16 artistas pisan el escenario por primera vez, el público estalla. Suena ‘Libertad’, la grupal que abre un concierto compuesto por un total de 40 temas. Las pancartas se elevan por encima de la multitud y dan paso a las linternas de los móviles cuando llega el turno de Omar con ‘La canción más hermosa del mundo’.
A pesar del fabuloso trabajo del equipo técnico, es habitual que suceda algún contratiempo, y esta vez le toca sufrirlo a Denna, que parece no escucharse por el pinganillo mientras canta ‘Dragón’. Es el público quien termina la pieza a viva voz. Pero ella no iba a quedarse con esa sensación, así que decide regalarnos un estribillo a capella que hace las delicias de un auditorio cada vez más entregado.
Son los propios artistas quienes se encargan de presentar a los compañeros y compañeras que suben al escenario con el siguiente tema y esto permite a Omar y a Lucas, cuando terminan de cantar ‘Acalorado’, presentar a Bea y su potente ‘River Deep’, y es entonces cuando nos dan a conocer la feliz noticia de que mañana es el cumpleaños de Bea, así que el público le dedica un ‘Cumpleaños feliz’. Y no ha sido la única felicitación, porque este emotivo momento se repite al finalizar el concierto, con Bea sobre el escenario, móvil en mano, grabando tan especial ocasión.
Manu Guix casi no se separa del piano en todo el concierto, hasta que llega Chiara con ‘Mia’ y, antes de una interpretación impecable, nos recuerda lo que ha significado ese tema para ella: la necesidad de “aprender a no pedir perdón por ser yo misma”. Y finaliza esta autopresentación dedicando el tema al público, “para que todos nos sintamos un poquito más nuestros”.
Las ‘padameras’, Violeta y Denna, suben la temperatura de todo el recinto con su ‘Padam Padam’, mientras el escenario se tiñe de rojo por segunda vez desde la actuación de Omar. Para la tercera tenemos que esperar a ‘Unholy’, con ese rap de Bea que ya nos fascinó en la Gala 3.
Otro color que brilla esta noche es el de las voces de Juanjo y Salma cuando nos regalan ‘A tu vera’ y, como reza un cartel que lee Salma, “Murcia estará eternamente a vuestra vera”. Y Murcia también está a los pies de una Violeta que vuelve a llenar el escenario con ‘Blue Lights’: elegante, precisa y, sobre todo, como reconoce Cris al presentarla, magnética.
“Mirándote a los ojos, juraría…”. Cris inunda el espacio con su voz y muestra su mano temblorosa al finalizar la actuación. El público corea su nombre durante unos instantes y entonces no necesitamos presentación para conocer lo que llega: llegan las cerezas, la complicidad, el tatuaje, las pulseras. Llegan Violeta y Chiara, tan icónicas como siempre, con un outfit que nos transporta a las taquillas rosas y a los ensayos pre y post Gala. Miles de personas levantan sus móviles por primera vez para inmortalizar otro delicioso ‘I Kissed A Girl’.
Violeta entre desde la parte izquierda del escenario con un traje, por supuesto, rosa. Mientras Chiara canta su primera estrofa, Violeta se quita la chaqueta y le lanza un beso desde el banco en el que está sentada. Los gritos del público se intensifican cuando terminan el estribillo y Violeta agarra la corbata de Chiara mientras se aleja. Al terminar, se funden en un abrazo, sonrientes, pletóricas.
Paul y Ruslana levantan de nuevo la Plaza con ‘Criminal’: una letra casi imposible y una coreografía muy exigente. De hecho, Ruslana expresa su incredulidad al ver que el público conoce toda la letra y es capaz de corearla sin errores. “¡Con lo que nos costó a nosotros aprendérnosla!”, recuerda. También llegan momentos de calma, y esta vez es Juanjo quien nos acerca a la inocencia a través de ‘El Patio’. Cuando termina la actuación, recoge una camiseta que le ha lanzado una fan y exclama “¡los Juantin!”, en referencia a él y a Martin. Esa química que les une nos llega con ‘God Only Knows’, la intimidad de la que nos hacen partícipes es un deleite.
Lejos queda el primer pase de micros de ‘Alors On Dance’. Ahora Martin es todo un experto en pole dance. Cuando termina, aún descalzo, solo dice una frase, una que todos estábamos esperando escuchar: “’Escriurem’ ha vuelto”. Y llama a Chiara al escenario, quien aparece con una americana que le coloca a Martin con un gesto que nos deja clara la amistad tan profunda que les une. La letra de la canción es en euskera y en catalán, por lo que, cuando terminan, Martin agradece con un “eskerrik asko” y Chiara con un “moltes gràcies”.
En la recta final, tres canciones son las que no nos permiten dejar de saltar al ritmo de la música: ‘SloMo’ (Ruslana), ‘Session Milo J’ (Paul) y ‘Let’s Get Loud’ (Naiara). La potencia de estos temas solo es comparable con la de los artistas que los interpretan. Y entonces llega la penúltima canción que, igual que la última, es una grupal: ‘Historias por contar’. Esta canción es especial por varias razones: primero, porque es el himno de la edición y, segundo, porque los artistas cantan por parejas, y, si hay algo que al público le encanta, es la complicidad.
‘Quédate’ es la grupal que cierra este concierto. Podríamos decir que hasta Manu Guix la ha disfrutado. Recuperan las gafas de sol, la divertida coreografía creada por Vicky Gómez y una puesta en escena que impresiona. Violeta nos regala otro “poco a yopo”, el público enloquece porque sabía que no iba a decepcionar. Los cañones disparan serpentinas y sueltan algunos globos que llegan al escenario. Con la vista ya puesta en su siguiente parada, Barcelona, el próximo 1 de junio, que ya ha colgado el cartel de “ampliación de aforo”, las 16 estrellas se despiden de Murcia demostrando que, aunque han crecido como artistas, no han menguado como personas, siguen demostrando humildad y humanidad con los “gracias” que aún captan los micros y se pierden entre los vítores del público.