Search
Close this search box.

La violencia ultra sacude al fútbol francés a nueve meses para los JJOO


“Asco y vergüenza”. Ese fue el rotundo titular de ‘L’Equipe’ el lunes. La única forma de acompañar la foto en la que Fabio Grosso, entrenador del Olympique de Lyon, aparecía con la cara totalmente ensangrentada. La consecuencia del apedreamiento del autobús del equipo del sureste de Francia por parte de los ultras del Olympique de Marsella que obligó a la suspensión del partido. La sublimación de la violencia que se ha convertido en rutina en la Ligue 1, que vuelve a proyectar una caótica imagen justo cuando negocia la venta de los derechos audiovisuales para el exterior. Y lo hace a apenas ocho meses de los Juegos Olímpicos de París 2024, cuya ceremonia de inauguración y varias modalidades tendrán lugar en las calles de la capital.

“Necesitamos prohibir los estadios para estos idiotas, que arruinaron la fiesta de 67.000 espectadores. Hay que vetarles la entrada a los estadios por cinco años. ¡Lo mismo que esos saludos nazis y canciones homófobas que derraman odio! O los gritos de ‘mono’. ¡Fuera! No pueden tener cabida en nuestros campos. ¡Qué vergüenza! Eso es lo que quiero decirles”, declaraba Amélie Oudéa-Castéra, ministra de Deportes y de los JJOO de Francia. Los insultos xenófobos a los que se refiere partieron de los seguidores del Lyon en el conocido como ‘Choc des Olympiques’.

La renuncia de Marcelino en el Marsella

No era la primera ni será la última vez de unos y de otros. En marzo de 2018, la UEFA acusaba a los ultras del Lyon de desplegar símbolos nazis y agredir a un hombre negro. Hace apenas unas semanas, los aficionados marselleses amenazaban de muerte a los españoles Pablo Longoria, presidente del club, y a Marcelino García Toral, su entrenador. “Soy consciente de que no todo es perfecto, al igual que estoy a punto de embarcarme en el periodo más difícil de mi mandato, pero sigo decidido a continuar mi misión”, aseguraba el máximo mandatario frente a la presión ultra.

Los ultras del Olympique de Marsella son los que más incidentes protagonizan en Ligue 1. Europa Press


El asturiano renunció: “Las condiciones de trabajo no son las adecuadas para desarrollar nuestra profesión con normalidad”. Porque los entrenadores, e incluso las directivas, se ven obligados a rendir cuentas cada semana a los sectores más extremos. Después de la agresión, Grosso, con el rostro vendado, salió a saludar a los aficionados que se quedaron durante horas esperando en el Vélodrome por motivos de seguridad. El Lyon, uno de los grandes del fútbol galo, ocupa una inusual última posición. Grosso asumió el cargo tras la destitución de Laurent Blanc y un periodo de interinidad.

Por su parte, Gérald Darmanin, ministro de Interior francés, confirmó que se habían practicado “nueve detenciones” y que “cinco policías” habían resultado heridos. Asimismo, defendió la actuación de los cuerpos y fuerzas de seguridad y se alineó con la titular de la cartera de Deportes, Oudéa-Castéra, señalando a los clubes: “Les corresponde gestionar a su afición”. Finalmente, Darmanin recordó que durante la temporada “se ha prohibido tres viajes de aficionados, dos de ellos relativos al Olympique de Marsella”.

El fomento de los ultras por parte del PSG

Sin embargo, el estado francés no se plantea prohibir por decreto los desplazamientos visitantes, como sucede, por ejemplo, en la liga argentina, “porque eso generaría más problemas”. Pero la conflictividad en los estadios es una constante al alza. Esta misma temporada, el encuentro Montpellier-Clermont tuvo que ser interrumpido en el tiempo de descuento por el lanzamiento de petardos que alcanzaron a Mory Diaw, portero del equipo visitante. A finales de la pasada campaña, Christophe Galtier, técnico por aquel entonces del PSG, se enfrentó con la grada de su exequipo, el Niza, que desplegó una pancarta contra su madre, “quien tiene 83 años y acaba de superar un cáncer”.

En Nantes existe un conflicto abierto entre el director de seguridad del club, David Amaré y la Brigade Loire, cuyos emblemas fueron prohibidos. Esto sucedió después de una negligencia de Amaré y el departamento que comanda, incapaz de intervenir ante el ataque que sufrió un seguidor del Marsella. Debido a la tensión del momento, al padre del aficionado le dio un infarto. Los ultras del equipo de la segunda ciudad más poblada de Francia estuvieron involucrados esta misma temporada en un ataque a dos hinchas del Tolouse en un área de servicio.

En el ‘Derby du Nord’, que enfrenta a Lille y Lens, la seguridad está siempre reforzada. Sobre todo después de que en 2021, una pelea en pleno partido entre hinchas violentos provocase la detención del partido. Ese mismo año, Álvaro González, defensa español del Olympique de Marsella, sufrió una agresión al intentar frenar un asalto al entrenamiento. Este verano, los aficionados más radicales del cuadro parisino amenazaron a Vlahovic, delantero de la Juventus que sonaba para reforzar al equipo de Luis Enrique. “Si vienes, te cortaremos los tres dedos”, pintaron en una pancarta, en referencia a la celebración que realizó el delantero con su selección, Serbia, y que defiende la autoridad sobre Kosovo.

Fabio Grosso saluda a los seguidores del Olympique de Lyon después de la agresión. Olypique de Lyon


Los ultras del PSG amenazaron la pasada campaña a Messi y a Neymar, entre otros, que acabaron saliendo del equipo en el periodo estival. El caso de los parisinos es paradigmático de cómo la ‘bestia ultra’ fue alimentada por los propios clubs. La directiva del equipo de la capital fomentó el crecimiento del colectivo Kop of Boulogne. Cuando Canal + llegó al accionariado se fomentó la creación de otro grupo (Auteuil) para tener dos acciones. Las consecuencias fueron catastróficas. En 2010, la muerte de un miembro de la Kop llevó al presidente Robin Leproux a prohibir los abonos a todos los ‘hooligans’. En 2017, Nasser Al-Khelaïfi decidió devolver los carnés a una fuerza de choque difícil de instrumentalizar.

El Mundial de rugby como ejemplo para el fútbol

De ahí que las autoridades apunten siempre a los clubes. En 2009, el Ministerio de Interior creó una división policial específica para la lucha contra la violencia ultra. Desde 2016 existe una ley que regula las relaciones entre las altas instancias y los aficionados. Pero la situación sigue igual o peor. Solo la pandemia consiguió relajar la tendencia y la vuelta del público a los estadios provocó un efecto rebote, con récord de partidos a puerta cerrada, cierres de tribuna o restricciones a la circulación.

Este repunte de la violencia ultra llega a menos de ocho meses para los Juegos Olímpicos de París, que, además, estarán más en la calle que nunca. La ceremonia, que tradicionalmente se realiza en el estadio olímpico de la ciudad anfitriona, en esta edición tendrá lugar en el Sena, el río que cruza París. En el recuerdo del aficionado de fútbol todavía está la pésima gestión de la final de Champions de 2022, en la que la UEFA fue declara responsable del caos generado.

De ahí que, pese a su feroz crítica, Amélie Oudéa-Castéra, ministra de Deportes y JJOO, concluyó su posicionamiento sobre los incidentes del Olympique de Marsella – Olympique de Lyon asegurando que “el fútbol no es un caso perdido, pero haría muy bien en mirar a otras disciplinas, particularmente el rugby“. Francia acaba de cerrar con éxito la celebración de la Copa del Mundo del deporte del oval, que transcurrió entre el 8 de septiembre y el 28 de septiembre. “Cuando vemos cómo ha transcurrido este torneo, sabemos que es posible hacerlo con el fútbol, pero para eso se necesita un trabajo colectivo decidido, con acciones legales y extremadamente severas, tanto de los clubes como de la liga”.

Uno de los ‘tifos’ desplegados por los ultras del PSG. Europa Press




Source link