De nuevo, otra vez, por segundo año consecutivo, el piloto madrileño Jorge Martín, de 26 años, en el equipo ‘satélite’ de Ducati, el ‘team’ Prima Pramac italiano, está metido en la pomada, en la pelea por el título grande, el de MotoGP. Lo acarició, lo mereció, ¡claro que sí!, el pasado año y esta temporada ha empezado como un tiro y ya es líder, destacado, con 129 puntos, después de sumar, entre otros, tres triunfos los sábados (Qatar, Jerez y Le Mans) y dos sonadas victorias los domingos: Portugal y Francia. Tiene, ahora, al bicampeón ‘Pecco’ Bagnaia, de 27 años, a 38 puntos, y a Marc Márquez, de 31 años y ocho veces campeón del mundo, a 40 puntos.
“Los dos son buenísimos, los dos son mis rivales, claro, en la pelea por el título mundial”, reconoció ayer ‘Martinator’ al descender del podio. “Eso lo sabía antes de empezar el año y lo están demostrando en cada fin de semana. Creo que los tres tenemos un nivel impresionante y será una larga y hermosa pelea. El reto es muy grande, pues son dos grandísimos campeones, que ya han conquistado este título varias veces, y eso hace que el desafío sea aún más difícil, por eso la recompensa es tan inmensa, tan tremenda. Haré lo que esté en mis manos por conquistar este cetro. Bueno, ya lo hice el año pasado, así que toca repetirlo en este”.
Ser oficial de Ducati
Ni que decir tiene que Martín, pese a que insiste, una y otra vez, que lo que él quiere es ascender al equipo oficial “de verdad” de Ducati “porque Ducati trabaja para ser campeona, de nuevo, desde su equipo oficial”, elogia enormemente el trabajo de todo el ‘team’ Prima Pramac “donde me encuentro muy, muy, a gusto y donde me demuestran en cada entrenamiento, por ejemplo, reconstruyendo mi moto a la perfección cuando me caigo como me ocurrió, el sábado, en la ‘quali’, que solo piensan en ayuarme. Si tu moto no va perfecta, no puedes pelear, de tú a tú, contra estos campeones”.
Con enorme seguridad, con orgullo, con firmeza, Martín no considera que, este fin de semana, en Le Mans (Francia), fuese su mejor fin de semana. “No, no, que va, que va, recuerdo, por ejemplo que, en mi primer año en MotoGP, gané, con récord de la pista, en Austria. Afortunadamente, he tenido muy buenos fines de semana y éste, que es, ciertamente, extraordinario y difícil de olvidar, por haber sido primero en todos los entrenamientos y carreras, formará parte, sin duda, de los buenos, por haber peleado con los dos campeones que he peleado”.
Martín reconoció que ganar en MotoGP es cada vez más difícil. “Hoy he sido el nº 1 y pienso disfrutarlo ¡claro que sí! Pero una cosa tengo clara: no por ganar hoy, soy mejor que el viernes o el sábado, que también gané, de la misma manera que no era un desastre por caerme en Jerez. Pero, sí, hoy he sido el más fuerte y toca que todo el mundo que me rodea lo disfrute y sea feliz. Ya veremos qué ocurre en Barcelona”.
El líder del equipo Prima Pramac explicó que tuvo bastantes dudas en el momento de atacar a Bagnaia, pues salía muy bien, con gran aceleración, de todas las curvas. “No veía el momento de hacerlo. He observado que, en la curva 9, en el tramo 3, era donde más le recuperaba y he pensado que ése iba a ser el sitio ideal para intentarlo, pero nunca llegaba cerca para intentarlo y he cambiado ese punto por la curva 3”.
“En Le Mans, he sido el nº 1 y como cuesta muchísimo ganar en MotoGP, voy a celebrarlo a lo grande, aunque no creo que sea mi mejor fin de semana, ni mucho menos. Antes de empezar el Mundial, sabía que ‘Pecco’ y Marc serían mis rivales”
Y, luego, siguió contando, simplemente se concentró “en no fallar”, en redondear buenas vueltas, aunque era, ciertamente, “imposible” ir más deprisa de lo que se había rodado en cabeza. “Una cosa sí tenía clara: quería trasladarle el problema a ‘Pecco’, que se las viera con Marc y así, ocupado con pelearse con Márquez, no pensaría en devolverme el adelantamiento. Y para conseguir ese segundito de distancia, me he tenido que pelear conmigo mismo pues, repito, no era fácil aumentar el ritmo”, continuó relatando el madrileño, residente en Andorra.
Marc reconoció que, en MotoGP, es imposible seguir la carrera por las grandes pantallas del circuito (“eso sí podías hacerlo en 125cc, pero no aquí, no”), pero Martín contó, con enorme soltura, que, en las dos últimas vueltas, ha pilotaba confiado, eso sí, sin relajarse, “pero controlando la situación de sus dos perseguidores, a través de las pantallas del circuito, comprobando que tenía unos metros de distancia con respecto a ellos, que se peleaban por la segunda plaza del podio”.
Suscríbete para seguir leyendo