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La riqueza que tiene la provincia de Huelva es realmente incalculable, siendo una provincia en la que se necesita realmente mucho tiempo para poder conocerla en profundidad. Algunos de los titulares más grandes se los llevan sus excepcionales e interminables playas de arena dorada, que se pueblan cada verano con miles de turistas llegados desde cualquier rincón del mundo.
Pero al margen de esas maravillosas playas, el encanto principal de esta provincia que lo tiene absolutamente todo, se encuentra en sus poblaciones más pequeñas, en sus pueblos. Huelva puede presumir de tener encantadores pueblos, que además cuenta cada uno de ellos con su propia personalidad. Dependiendo de la comarca en la que nos encontremos, podremos disfrutar de un tipo de pueblo u otro.
Los pueblos de Huelva son un paraíso por descubrir, destacando de una manera especial todos esos pueblos que se encuentran en la comarca de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, que se convierten cada uno de ellos en un refugio para disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión, pudiendo visitarlos en cualquier momento del año.
Al igual que pasa con la provincia de Cádiz, en la que es posible disfrutar de lo lindo recorriendo la famosa ruta de los pueblos blancos, que comienza en Arcos de la Frontera y que se adentra en la sierra para visitar enclaves como El Bosque, Grazalema, Ubrique, Villaluenga o Benaocaz, en la sierra de Huelva también es posible componer nuestra particular ruta de los pueblos blancos. Es una ruta que nos llevará por pequeñas poblaciones caracterizadas por contar principalmente con construcciones donde predominan las casas encaladas, las bellas flores colgadas en macetas de las paredes y las calles empedradas.
Gran belleza
Cada una de estas localidades está tocada por la varita mágica de la belleza, tienen muy cerca de ellas interesantes rutas de senderismo que se pueden realizar en cualquier época del año, hay monumentos que nos conectan directamente con la historia y la gastronomía, en la que destacan productos frescos de temporada y por supuesto derivados del cerdo ibérico, se convierte en un arte que no podemos dejar de probar.
Nuestra ruta va a comenzar en el pueblo que se convierte en la punta de lanza de toda esta comarca, el más grande de todos, el más conocido y el que dispone de un mayor número de servicios y al mismo tiempo también ofrece un más que interesante número de atractivos que no pueden pasar desapercibidos para el visitante más exigente. Nos referimos indudablemente a la población de Aracena, santo y seña de la provincia de Huelva y de esta especial ruta.
Simplemente pasear sin rumbo por esta coqueta población se convierte ya en sí en un auténtico placer, pero en nuestra visita no pueden faltar hitos como la subida al cerro del Castillo, al Casino de Arias Montano en el centro de la localidad y por supuesto sumergirnos en la Gruta de las Maravillas, una cueva que es famosa en todo el mundo.
Nuestra ruta va a continuar por una serpenteante carretera panorámica en la que vamos a disfrutar de unas inigualables vistas, marcadas por la verde naturaleza, los olores de la sierra y muchas cumbres que nos vigilan desde la lejanía. En poco tiempo llegaremos a la pequeña localidad de Linares de la Sierra, un pueblo blanco de la Sierra de Huelva en el que parece que el tiempo se ha detenido.
Es un lugar en el que tenemos que agudizar todos nuestros sentidos para disfrutarlo en esplendor, desde el que parten numerosos senderos y en el que no podemos dejar atrás la visita de enclaves como la Fuente Nueva y Lavadero, la iglesia de San Juan Bautista y el curioso arte que cultivan los lugareños creando diferentes figuras en el empedrado.
Después de esta parada tenemos que detenernos, aunque sólo sean unos minutos, en la Peña de Arias Montano, un lugar muy curioso de peregrinación, en el que se encuentra un mirador desde el que podremos disfrutar de algunas de las vistas más especiales de toda la comarca. Será sólo un pequeño alto en el camino en dirección a la localidad de Alájar de la Sierra, uno de los puntos más auténticos de toda la Sierra de Huelva.
Alájar es otro pequeño pueblo, repleto de bellas calles empedradas y de casas encaladas, en las que el mero hecho de dar un tranquilo paseo se convierte en un verdadero placer. No nos podemos perder hitos como la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, la iglesia de San Marcos y por supuesto las bellas fuentes que se encuentran en muchas de las calles de la localidad.
La nómina de pueblos blancos que se pueden disfrutar en esta comarca de la Sierra de Huelva, es realmente inagotable, mereciendo cada uno de ellos una visita sosegada. Lugares como Fuenteheridos, Castaño del Robledo, Galaroza, Jabugo o Cortegana, son ideales para desconectar, hacer actividades en la naturaleza y disfrutar de una gastronomía única. Pero nuestra ruta de hoy va a finalizar en otro de los enclaves más famosos de toda la sierra como es el caso de la localidad de Almonaster la Real.
Se trata de un lugar ideal para terminar este primer acercamiento a la esencia de los pueblos blancos de la sierra de Huelva, y un destino que a buen seguro nos enamorará y al que querremos volver en más ocasiones. Se trata de un precioso pueblo blanco, de apenas 600 habitantes, que se encuentra en las faldas del Cerro de San Cristóbal.
Es un lugar propicio para descansar, para disfrutar de deportes como el senderismo o la bicicleta de montaña y en el que no podemos dejar de visitar un monumento realmente único en toda Andalucía como es la antigua Mezquita de Al-Munastyr. Es un lugar en el que se puede respirar de una manera inigualable la historia de toda esta comarca y que hunde sus raíces probablemente en el siglo XIII.
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