La tosferina puede ser una enfermedad grave e incluso causar la muerte en los primeros meses de vida. Desde finales del año pasado se ha producido un incremento extraordinario del número de casos en España y en otros países europeos. No es algo inusual puesto que esta patología es endémica a nivel mundial y se presenta normalmente con brotes epidémicos cada tres o cinco años.
De hecho, desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), señala que la aparición de estos brotes en países con elevados niveles de cobertura vacunal, como es el caso español, se debe a distintas razones, entre ellas, a que “las vacunas de la tosferina actuales proporcionan una protección limitada en el tiempo”.
- En nuestro país se vacuna a los niños contra la tosferina con 4 dosis, (a los dos y cuatro meses y refuerzos a los 11 meses y seis años), lo que les confiere protección en los primeros años de vida frente a la tosferina grave.
- Pero como ocurre con otras vacunas, su efecto protector va disminuyendo con el tiempo
La vacunación durante el embarazo es clave
Pero además de la vacunación a los menores, los pediatras de la AEPap señalan que la vacunación de la madre durante el embarazo es clave para prevenir la tosferina.
- Y es que la administración de esta vacuna durante las últimas semanas de gestación, “proporciona una elevada protección a los recién nacidos hasta que reciben su primera dosis de vacuna a los dos meses, contribuyendo a evitar la elevada morbimortalidad de la tosferina en ese periodo de la vida”, señalan.
El problema es el siguiente:
- Los niveles de vacunación infantil contra la tosferina en España son elevados (más del 95 % de los niños reciben las tres dosis durante el primer año)
- En las embarazadas estos niveles no llegan a las coberturas que serían deseables para evitar casos en menores de 2 meses. Solo un 87,2 % de las embarazadas se vacunaron contra la tosferina en 2022.
Y aunque con los programas de vacunación mencionados y las vacunas disponibles, la tosferina no se podrá eliminar, sí se puede “reducir su frecuencia y gravedad y, sobre todo, evitar los casos de tosferina grave en los primeros meses de vida”, subrayan los expertos.
Por eso “la difusión de noticias sobre casos de tosferina grave y fallecimientos de lactantes por esta enfermedad, nos invita a seguir trabajando para mejorar las coberturas vacunales durante la gestación y para garantizar que todas las mujeres embazadas reciben una información adecuada sobre su importancia”, añaden desde la AEPap.
¿Cuándo debe vacunarse la madre?
La vacunación contra la tosferina debe realizarse entre las semanas 27 y 36 de gestación, preferiblemente entre las semanas 27 y 28. ¿Y por qué en este momento concreto? Porque está científicamente demostrado que el paso de las defensas al feto a través de la placenta tiene lugar en el último trimestre del embarazo.
Más allá de las 36 semanas la vacunación es menos efectiva por el hecho de que el punto máximo de defensas después de administrar la vacuna se alcanza a los 15 días, lo que supone que puede no dar tiempo a que la inmunización completa no se produzca al producirse el parto antes.
Además, los especialistas señalan que la vacunación se debe realizar en cada embarazo, independientemente de cuando se haya recibido la última dosis de vacuna o de si se ha vacunado en un embarazo anterior.
Por todo lo visto, la AEPap hace “un llamamiento a los profesionales implicados en la salud infantil y de las mujeres gestantes a informar sobre los beneficios de la vacunación, facilitando el acceso a las mismas en los centros de Atención Primaria”.
Además, añaden una petición a las autoridades sanitarias para que la tosferina se incluya en los calendarios de vacunación del adolescente (a los 12 a 14 años).