Unos 6.000 aficionados, según datos oficiales, acompañaron ayer por la tarde a la plantilla del Hércules en la recepción oficial que le dedicó el Ayuntamiento de Alicante con motivo de su ascenso a Primera Federación.
El equipo alicantino certificó este domingo, tras superar al Lleida en el Rico Pérez ante 30.000 aficionados, el ascenso a Primera Federación, rompiendo una dinámica de malos resultados deportivos que se prolongaba en los últimos 13 años.
Los seguidores recibieron al equipo, que llegó en un autocar descapotable, con fuegos artificiales, cánticos, banderas y bufandas a su llegada al edificio, decorado con una gran pancarta con la leyenda «Hércules campeón!» y los escudos de la entidad y de la ciudad. El alcalde de Alicante, Luis Barcala, el concejal de Deportes, Toni Gallego, y el presidente del club, Carlos Parodi, fueron los encargados de recibir a los jugadores a pie del autocar.
La afición herculana, en un ambiente más relajado y sosegado que el domingo, corearon los nombres de todos los jugadores y aplaudieron todos sus discursos. También hubo cánticos para el Elche, eterno rival deportivo.
Ya en el Saló Blau, Gallego recordó a los jugadores y técnicos que hicieron vivir en la ciudad «un día histórico que nunca vamos ni olvidaréis». El presidente del Hércules, Carlos Parodi, destacó que con el paso de las horas «aún emociona más la cantidad de gente que celebró ayer el ascenso» y aseguró que si el club hubiera tenido capacidad «hubiéramos llenado dos estadios ».
Por último, los jugadores salieron al balcón para dirigirse a los aficionados. Alvarito, Carlos Abad y Samu Vázquez —jugador del Albacete al que los seguidores pidieron que renueve su cesión— y el capitán Nico Espinosa fueron los más aclamados, junto al entrenador, Rubén Torrecilla. «Es un orgullo, hemos logrado algo histórico y merecido. Os hemos despertado y esto no queda ahí. Seguimos trabajando para conseguir grandes cosas», aseguró el entrenador, clave en un ascenso histórico.