Jalen Brunson firmó este lunes otra actuación magnífica con 43 puntos y volvió a ser el héroe de unos New York Knicks que sufrieron muchísimo para vencer a los Indiana Pacers por 121-117 y adelantarse 1-0 en la semifinal de la Conferencia Este de la NBA. Brunson, que ya deslumbró en la serie contra los Phildelphia 76ers, resolvió con 21 puntos en el último cuarto un final muy apretado y con varias polémicas arbitrales, especialmente con una falta en un bloqueo cuando Indiana atacaba para adelantarse con solo 12 segundos. El base sumó además 6 rebotes y 6 asistencias, selló un perfecto 14 de 14 en tiros libres y se convirtió en el primer jugador con cuatro partidos seguidos con más de 40 puntos en ‘playoff’ desde Michael Jordan.
Donte DiVincenzo (25 puntos) y Josh Hart (24 puntos, 13 rebotes y 8 asistencias) destacaron en la habitual y extrema minutada de Tom Thibodeau para sus figuras (Hart no descansó ni un segundo en todo el partido). En cambio, Indiana, con un profundo y muy efectivo fondo de armario, estuvo cerca de agotar a los Knicks. Myles Turner (23 puntos) encabezó a unos Pacers con 46 puntos de su banquillo (solo 3 de Nueva York). Tyrese Haliburton solo sumó 6 puntos y 8 asistencias.
En este duelo entre dos clásicos del Este con antecedentes memorables (como los 8 puntos en 9 segundos de Reggie Miller en 1995), se miden dos estilos radicalmente opuestos: la rabia y el sacrificio de los correosos Knicks y el ritmo frenético y ultraofensivo de los explosivos Pacers.
Brunson reina en Nueva York
En un Madison Square Garden a reventar, con un ambiente fabuloso y que ha recuperado la fe en su equipo, los Knicks dominaron el primer cuarto pero sin gran reflejo en el marcador. Brunson impuso su ley con 10 puntos en menos de cinco minutos castigando una y otra vez a Andrew Nembhard. Cuando T.J. McConnell entró con acierto para frenar al base, Hart tomó el relevo con 9 puntos y canastas de puro coraje. Fue precisamente McConnell (6 puntos) quien dio templanza a unos Pacers desafinados que, pese a todo, no cedieron terreno (27-24 tras el primer cuarto).
Indiana creció en el segundo cuarto con una velocidad más en ataque, un punto más en defensa y, sobre todo, ganando el rebote a un equipo como los Knicks experto en pegarse bajo los aros. Turner (9 puntos) tomó el relevo en el coral ataque de los Pacers (los nueve jugadores utilizados anotaron en la primera mitad) y, en general, daba la impresión de que los de Rick Carlisle estaban más frescos y ligeros que unos Knicks a los parecían pesarles las piernas. Haliburton, con un triple, coronó un parcial de 0-9 que podía haber hecho daño a los Knicks camino del vestuario, pero Isaiah Hartenstein se sacó de la chistera una maravilla sobre la bocina desde la mitad de la cancha para dejar el marcador en 49-55. Brunson (18 puntos) y Hart (11) encabezaron a unos Knicks casi sin banquillo (1 punto entre todos). En cambio, McConnell (10) y Ben Sheppard (8) lideraron la sólida presentación de los reservas de Indiana (27).
DiVincenzo despertó de un salto en la reanudación. Brilló con 15 puntos en el tercer cuarto, incluidos tres triples, y dio oxígeno a unos Knicks con síntomas de agotamiento físico y mental pero que llegaron a ponerse por delante. Sin embargo, los Pacers respondieron con un parcial de 0-10, Obi Toppin se lució con un impactante mate frente a su antigua afición y Turner, muy inspirado con 13 puntos en ese periodo, devolvió la puñalada de Hartenstein con un triple sobre la bocina antes del último capítulo (82-87).
Los Pacers amenazaron con romper el encuentro mientras Brunson se tomaba un brevísimo descanso (+9) y Aaron Nesmith destrozó el aro volando sobre Mitchell Robinson. Pero los irreductibles Brunson y Hart acudieron a la llamada y el encuentro llegó al último minuto igualado. Tras un triplazo de DiVincenzo y una canasta de Pascal Siakam, los Knicks perdieron el balón y entonces llegó la polémica falta en un bloqueo de Turner que abrió el camino para que los neoyorquinos sentenciaran el partido desde la línea de personal.