Si hay un deportista que sea imagen indiscutible de Madrid, ese es Rafael Nadal. El balear, al que “la vida y el cuerpo llevan tiempo dando señales”, se despidió este lunes de madrugada del Mutua Madrid Open como jugador profesional “en el momento adecuado”, dejando varios registros para la historia. El jugador con más ediciones disputadas (20) y consecutivas (18), con más partidos (74), más títulos conquistados (5)… Desde sus inicios, cuando se el torneo se celebraba en el Rockódromo de la Casa de Campo, en pista dura y bajo techo, hasta la madrugada del 30 de abril, en la tierra batida de la Caja Mágica, el ganador de 22 Grand Slams no ha fallado a su cita con la capital de España, de la que se marcha a sus 37 años dejando un legado inabarcable.
“Mi círculo en Madrid está cerrado”, reflexionaba, sonriente y en calma consigo mismo Nadal tras caer ante Jiri Lehecka. “No me imaginaba estar jugando aquí a mi edad”, decía, echando la vista atrás y recordando la final de 2005, aquella en la que conquistó la primera de sus cinco coronas en Madrid en un interminable partido (3-6, 2-6, 6-3, 6-4 y 7-6 (3) ante Ivan Ljubicic a cambio de poner en jaque su carrera. “Fue el principio de los muchos males que he tenido, porque me partí el escafoides”
“Al día siguiente no podía andar, pero es una de las que más cariño le tengo”, recordó Nadal sobre aquella final que jugó contra con tan solo 19 años y que para muchos es el mejor partido de la historia del torneo. “En aquel momento lo que me preocupaba era ganar esa final y no pensaba en el más allá. Al día siguiente no podía casi ni andar, me rompí en el partido y no lo terminé de notar, fue una de las lesiones más graves de mi carrera. Casi me retira“, recuerda sobre el partido.
Por aquel entonces, el de Madrid era un Masters 1.000 de reciente creación. La primera edición, en 2002, la había ganado André Agassi. La segunda, Juan Carlos Ferrero. La tercera, Marat Safin. Casi nada, solo leyendas, tres números uno del mundo. Y allí lllegó Nadal, que en 2003 y con 17 años había debutado en el torneo con una derrota ante Álex Corretja y en 2024 había ganado su primer partido, para imponer su ley antes en 2005 de llegar a la veintena.
Fue el comienzo de una relación de mucho amor y, a decir verdad, algo de odio. Por el episodio de la lesión y porque, también hay que remarcarlo, las condiciones de Madrid nunca se han adaptado del todo a las del propio Nadal. Los 670 metros sobre el nivel del mar a los que se juega en la capital le han dificultado trasladar a Madrid la tiranía que ejercía en los demás torneos de tierra.
Cuatro títulos en tierra
Tanto que, tras su primer título, hubo que esperar cinco años para volver a verle campeón en Madrid. En 2010, ya en la Caja Mágica y en polvo de arcilla, en una final donde se tomó la revancha de la final del año anterior frente a Roger Federer, añadió la segunda corona a su palmarés, la primera de las cuatro conquitadas sobre tierra batida.
Después llegarían las dos consecutivas en 2013 y 2014, ganando en la final a Stan Wawrinka y Kei Nishikori. Por el camino, una final perdida ante Novak Djokovic en 2011 y posteriormente, otra en 2015 ante Andy Murray. En Madrid, donde es el jugador con más títulos, Nadal también demostró ser humano sobre tierra, siendo el torneo de esta superficie donde más derrotas acumula: diez.
En 2017 llegaría el último entorchado, ganando en la final ante el austriaco Dominic Thiem. Desde entonces no volvió a pisar una final, aunque protagonizó otros momentos icónicos como su primer enfrentamiento con Carlos Alcaraz, en el día que este último cumplió los 18 años, o la despedida ante un público rendido tras caer ante Lehecka en este 2024.
Alcaraz asalta su récord de victorias seguidas
“Ha sido una semana muy especial para mí, he tenido la oportunidad de volver a jugar en esta pista, que me ha dado tanto. Sinceramente, lo único que puedo hacer es dar las gracias. El viaje empezó cuando era muy pequeñito y desde entonces el apoyo ha sido incondicional” explicó Nadal, que reconoció que Madrid era la pista “en la que más querido me he sentido” durante toda su carrera.
Se va de Madrid la leyenda dejando, eso sí, el torneo en buenas manos. Toma oficialmente el testigo y recoge su bandera Carlos Alcaraz, bicampeón ya en la capital y que esta edición aspira a lograr algo nunca visto: ganar tres veces seguidas el torneo. Por el camino, el murciano ya ha mordido otro récord que hasta ahora pertenecía en exclusiva a Rafa.
La sufrida victoria de este martes ante Struff fue la 14ª consecutiva en la capital, igualando el registro que estableción Nadal entre 2013 y 2015. De ganar este miércoles a Rublev, Alcaraz alcanzaría la 15ª y ‘robaría’ el primero de los récords de Nadal. A punto de cumplir los 21 años, el vigente campeón tiene mucho tiempo por delante para ir a por el resto. Aunque a Nadal, a estas altura, no parezca importarle demasiado.