Se anunció como lo que era, un partido mayúsculo. Dos pesos pesados frente a frente por 27ª vez en Europa. El Bayern aferrado a la única competición que puede evitar una hecatombe, quedarse en blanco por primera vez en doce años. Enfrente un Real Madrid “en transición” capaz de mutar para competir en busca de otra Champions imposible. Dos transatlánticos que se citaron en un escenario deslumbrante, probablemente el mejor estadio de Europa, si no del mundo en estos momentos. Y el espectáculo cumplió las expectativas…
El ruido es ensordecedor, la Curva Sur alemana brama enaltecida por el inicio de partido cuando en la primera pelota Mazraoui se lanza a la aventura por el carril izquierdo. No le sale nadie hasta los tres cuartos, momento en que filtra un pase a Kane, que de primeras deja solo a Sané ante Lunin, quien salva una oportunidad clamorosa. Han pasado 42 segundos. Es un infierno rojo. Tuchel ha disfrazado al Bayern de Real Madrid y los bávaros desatan contragolpes que cogen mal plantados a los blancos, el mundo al revés. Sané dispone de otra ocasión seis minutos después. Otro pase de Kane, con ese alma de 10 en el cuerpo de un 9. Muller pide presión a sus compañeros y Mazraoui roba un balón en el mediocampo que Kane convierte en un disparo desde la medular. El Madrid aprieta los dientes bajo el huracán bávaro. No es el asedio hipnotizante del City, este es más eléctrico. Por momentos parecen el mismísimo Real Madrid.
Ancelotti pasea como un león enjaulado por la zona técnica mientras sus defensas abusan de los pelotazos a un Vinicius que ha dejado a Rodrygo la banda. El Bayern asfixia a Kroos y cortocircuita al Madrid. Todo el banquillo visitante pide calma tras la enésima pérdida en otro pelotazo sin sentido. Los alemanes se anticipan a los delanteros blancos en cada balón y así es muy complicado. El púbico lleva en volandas al Bayern, pero con el paso de los minutos la figura de Kroos se va agigantando. Toni es la chispa que enciende el fuego eterno de este Madrid, el que enfría el infierno muniqués con su pausa.
Gol de Vinicius, monumento de Kroos
Y entonces ocurre. Kroos recibe en el medio y Vini viene a buscarla a la corta, el coreano Kim pica y le sigue buscando anticiparse. Cuando se da cuenta de que es una trampa ya es demasiado tarde. Está muerto. El brasileño lanza entonces un desmarque a su espalda y Kroos saca el Stradivarius para regalarle medio gol en un pase con música al que Vinicius le pone el lazo. Minuto 24. Cero a uno. El Madrid no amaga, siempre pega. Otro gol llegado de la nada. Otro monumento de Kroos. El Allianz enmudece y el Bayern mengua. Tuchel bracea y se desgañita mientras se escuchaban los olés de los 4000 madridistas que corean el rondo en el que ha convertido el Madrid el choque.
Kroos, el niño nacido a orillas del Danubio que se marchó del Bayern porque no era feliz, está destrozando la pizarra de Tuchel cuando el francés Turpin manda a los jugadores a los vestuarios. Antes Kane dispara los corazones con una falta que se marcha por poco. El Bayern no es contundente en las áreas. Justo lo que le sobra al Madrid.
Dos goles en cuatro minutos
Amanece una segunda parte de otro partido. Los inagotables cánticos de la hinchada local no prenden en su equipo, que persigue sombras ante un Madrid que estira el campo o lo convierte en un embudo a conveniencia. Ahora el dilema para Tuchel es si jugar pensando en el partido o disputarlo con la eliminatoria en la cabeza. La respuesta es un ajuste táctico que lo cambia todo. Sané celebra su cambio de banda entrando en diagonal para clavar un zurdazo en la red sin que Mendy pueda hacer nada. El gol inflama el ambiente en el césped y en la grada. Y tres minutos después es Musiala, el otro puñal, quien prueba otra diagonal, esta vez desde la izquierda, recortando a Lucas, que mete la pierna y le trastabilla. Penalti. Kane enciende de nuevo el infierno rojo al transformar el gol. El Madrid se desploma en cuatro minutos y Ancelotti recurre al músculo retrasando a Tchouameni y dando entrada a Camavinga en el medio.
Son los momentos más complicados para un Madrid que deambula por el campo tras besar la lona dos veces. El movimiento de Tuchel en la pizarra produce una hemorragia en los blancos que Carletto trata de cortar cambiando el plan de partido. Toca tomar riesgos. Modric y Brahim al campo con veinte minutos por delante. Kroos y Bellingham fuera. Carlo retira del césped el terciopelo para buscar más verticalidad. Los córners son un suplicio para los visitantes y las urgencias se convierten en prisa, perdiendo balones donde no deben.
Es momento de recurrir al peso de la camiseta. Vinicius recibe una pelota rodeado de rivales, caracolea y da un pase a Rodrygo, ese delantero al que el fútbol sala afiló su repertorio, quien se revuelve y es derribado por Kim. Otro penalti. Vinicius vuelve a batir a Neuer esperando que se venza y marcando por el centro. El orgullo bávaro empata con la inquebrantable fe madridista. La semifinal se decidirá en el Santiago Bernabéu. Justo empate. Batalla descomunal.
Ficha técnica:
2 – Bayern Múnich: Neuer; Kimmich, Dier, Min-jae, Mazraoui; Goretzka (Guerreiro, min.46), Laimer; Sané (Davies, min.87), Müller (Gnabry, min.80), Musiala; y Kane.
2 – Real Madrid: Lunin; L.Vázquez, Rüdiger, Nacho (Camavinga, min.65), Mendy; Tchouameni, Valverde, Kroos (Brahim Díaz, min.76); Bellingham (Modric, min.76), Rodrygo (Joselu, min.87) y Vinícius.
Goles: 0-1, min.24: Vinícius. 1-1, min.53: Sané. 2-1, min.57: Kane. 2-2, min.83: Vinícius (p).
Árbitro: Clément Turpin (FRA). Amonestó con tarjeta amarilla a Mazraoui (min.44) y Min-jae (min.82) por parte del Bayern Múnich, y a Kroos (min.64) y L.Vázquez (min.90+1) en el Real Madrid.
Estadio: Allianz Arena.