El origen del Castillo de Vélez-Blanco se remonta a la época medieval, pero la obra señorial iniciada en 1506 ocasionó la práctica destrucción de la fortaleza anterior para adecuarse a las nuevas exigencias defensivas y representativas de los nuevos señores castellanos. El castillo, con una superficie de casi 2.500 metros cuadrados, está formado por dos construcciones unidas por un puente levadizo que constituye la entrada al segundo recinto.
El primer espacio, levantado sobre la antigua alcazaba islámica, es una fortificación cuadrangular de formas extremadamente simples y cierto potencial artillero. El segundo es un palacio torreado, presidido por una torre del homenaje. El palacio está organizado en torno a un Patio de Honor, obra majestuosa en mármol blanco de Macael, que representa una joya escultórica del arte del Renacimiento.
El patio fue vendido en 1904 y actualmente está expuesto en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Muestra también elementos del estilo gótico tardío con ciertos rasgos mudéjares. Este enclave monumental, fue declarado Monumento Nacional en el 1931.
Historia
Don Pedro Fajardo y Chacón, Adelantado Mayor del Reino de Murcia y primer marqués de Los Vélez desde 1507, llega a Vélez Blanco en 1505 para establecer allí su residencia y la capital de su señorío, habiendo sido obligado en 1503 por Isabel la Católica a permutar Cartagena por Los Vélez, Cuevas del Almanzora y Portilla. El primer paso, tras su llegada, fue el inicio de la construcción del castillo en un momento en que existía una prohibición real de construir nuevas fortalezas para evitar la acumulación masiva de poder por parte de la nobleza.
Para eludir esta prohibición, argumenta que sólo está rehabilitando la antigua alcazaba musulmana que allí existía. En 1506 comienza la construcción del castillo. Las obras, en las que se invirtieron 80.000 ducados, finalizan en 1515. Se baraja, como autor de la obra, el arquitecto italiano Francisco Florentín, con la colaboración de Martín Milanés y la supervisión de Francisco Salazar, alcaide del castillo entre 1503 y 1511.
El castillo fue utilizado como vivienda por don Pedro Fajardo y por su hijo don Luis, pero a partir del fallecimiento de éste último en 1574, los marqueses viven mayormente en la corte visitando el castillo en muy contadas ocasiones durante los siglos XVII al XIX.
En el siglo XVIII, aunque todavía mantenía gran parte de su riqueza decorativa y representaba un símbolo de poder territorial, comienza a permitirse el empleo de sus materiales en otras edificaciones como la iglesia en Vélez Rubio, en la que se reutilizan los cañones de bronce para campanas y las antiguas cubiertas de plomo de los tejados. Esta destrucción se agudizará con la invasión francesa y la Guerra de la Independencia. A partir de aquí será sometido a toda clase de saqueos y expolios, alterando su distribución interior y utilizándose como vivienda por indigentes.
Un patio en Nueva York
A comienzos del XX se despierta el interés por el castillo dentro y fuera de España, especialmente por coleccionistas. En 1904 el propietario del castillo, el duque de Medina Sidonia, vende los elementos decorativos del patio renacentista, así como los frisos y la puerta de bronce de la poltrona y se exportan vía marítima hasta Marsella, la Hispanic Society estaba interesada en adquirir este conjunto.
En 1913 el banquero George Blumenthal adquirió los mármoles para instalarlos en su lujosa mansión en Park Avenue de Nueva York. Siendo presidente del Metropolitan Museum, entre otras obras de arte donó el Patio a esta institución donde fueron instalados en 1964, después de un estudio previo sobre los Fajardo, el castillo y el patio a cargo de la conservadora Olga Raggio. La disposición no coincide exactamente con la original, ya que para adaptarlo al espacio del museo hubo que realizar algunas modificaciones.
En 1931 el castillo es declarado Monumento Nacional, pero a pesar de eso, prosiguió su abandono y destrucción. Las primeras intervenciones de mantenimiento y restauración se desarrollaron entre las décadas de los 60 y los 80. Se hicieron desescombros, se construyó la rampa de acceso y se reconstruyeron algunos forjados, ya que en esos momentos el edificio no tenía ningún tipo de cubierta.
En 1982 se retoman las obras rompiéndose con la línea de restauración seguida hasta ahora. En una primera fase se interviene sobre la Torre del Homenaje y anexos, y en una segunda, de 1994 a 1998, sobre el Patio de Honor. Esta segunda fase tiene por objeto facilitar el uso del castillo para fines turísticos y culturales y en ella se recuperan los volúmenes originales del Patio y de las habitaciones vinculadas a él.
También se reponen los forjados desaparecidos con una estructura vertical de pilares metálicos de tubo de acero con el fin de servir de eje de anclaje de las piezas que se ejecutarán en la futura decoración. En 2005 el castillo es adquirido por la Junta de Andalucía y en 2008 se escaneó el Patio en el Metropolitan Museum.