“Una movilización total y colectiva de cada uno” contra “el innoble Barcelona”. Con estas palabras, publicadas el domingo en las redes sociales, el Colectivo de Ultras de París (CUP) ha caldeado el ambiente del apasionante duelo entre el París Saint-Germain y el Barça, en la ida de los cuartos de final de la Champions.
Visto desde España, el comunicado del grupo de aficionados incondicionales del PSG puede suscitar cierto temor sobre el transcurso del partido del miércoles. No obstante, ese mensaje forma parte del folklore del fútbol en Francia, y en muchos otros países. También refleja la voluntad del CUP de convertir el Parque de los Príncipes en una caldera para recibir a los azulgranas, convertidos en uno de los grandes adversarios europeos de los parisinos desde hace una década. La histórica remontada del Barça con el 6-1 en marzo de 2017, la marcha de Neymar a la capital francesa el año siguiente, la llegada de Messi a París en 2022… Todos esos episodios han reforzado la enemistad deportiva entre PSG y Barça.
Bajo riesgo, según las autoridades
A pesar de ello, las autoridades galas no prevén un partido especialmente peligroso. Este lunes por la mañana tuvo lugar la reunión sobre la seguridad del PSG-Barcelona. La Dirección Nacional de Lucha contra el Hooliganismo —un organismo vinculado al Ministerio del Interior francés— considera que la peligrosidad del encuentro se encuentra en el nivel dos sobre cinco. Es decir, no cree que haya grandes incidentes. Unos 300 policías estarán desplegados en los aledaños del Parque de los Príncipes, mientras que otro centenar supervisará la situación en el resto de París. Unos 2.000 aficionados culés viajarán a la capital francesa, entre los cuales no está previsto que haya ultras del Barcelona. Lo que contribuye, según las autoridades, a disminuir el riesgo del encuentro.
Un organismo vinculado al Ministerio del Interior francés considera que la peligrosidad del encuentro se encuentra en el nivel dos sobre cinco
Los ultras parisinos también podrían mostrarse menos efervescentes dentro del Parque de los Príncipes que en otros partidos de Champions. Están advertidos de que, si utilizan sus tradicionales bengalas, la UEFA los sancionará de cara a unas hipotéticas semifinales de su equipo. Más allá del uso recurrente de bengalas dentro del estadio —algo prohibido—, el CUP no ha protagonizado grandes incidentes esta temporada. Bastante más polémicas han resultado las acciones de los ultras del Marsella, Lyon o del Nantes. Uno de los aficionados ‘nantais’ murió en diciembre tras una pelea con un chófer de VTC que llevaba a seguidores del equipo rival.
Polémica pancarta
Los ultras parisinos hicieron correr ríos de tinta hace un año con sus silbidos y manifestaciones contra Messi y Neymar, a los que tachaban de “mercenarios”. Incluso decenas de aficionados llegaron a concentrarse delante del domicilio del brasileño. Aunque el CUP se desmarcó de esa acción, la dirección del PSG la atribuyó a ese grupo, compuesto por unos 3.000 integrantes y sin ninguna ideología política. Los castigó temporalmente al reducir a la mitad las entradas a las que tenían acceso en los desplazamientos del equipo. A finales del 2022, el Gobierno francés disolvió ‘Ferveur parisienne’, la rama más conflictiva de los incondicionales del PSG.
El CUP mantiene una compleja relación con los dirigentes del conjunto propiedad de Catar. Estos ultras se ven como los guardianes de las esencias de su equipo y eso los ha llevado a oponerse a algunas decisiones de la directiva, como la posibilidad de dejar de jugar en el Parque de los Príncipes. Pero también mantienen vínculos directos con la dirección. Hay sospechas de que desde el club los utilizan para influir en el resto de la afición. Por ejemplo, la polémica pancarta colgada el pasado sábado en la que defendían al portugués Luis Campos y criticaban a Antero Henrique, el exresponsable deportivo y que mantiene unas malas relaciones con el actual secretario técnico.
Como otros grupos de ultras, los del PSG tienen un historial de violencia que ensucia la pasión con que viven el deporte rey. La Justicia francesa condenó en 2016 a Romain Mabille, entonces presidente del CUP, a un año de prisión condicional por haber participado en una pelea con aficionados del Reims. Uno de los episodios más graves de los seguidores radicales del PSG tuvo lugar en el otoño de 2018 en el Parque de los Príncipes, cuando intentaron enfrentarse con los del Estrella Roja.
Aficionados parisinos sufrieron, asimismo, la violencia en sus carnes. Dos de ellos fueron apuñalados en Barcelona en 2014. Un caso parecido se reprodujo en Milán el pasado noviembre. Unos episodios que las autoridades esperan que no se reproduzcan este miércoles. Y que el protagonismo recaiga en los Mbappé, Lamine Yamal y compañía.