Nadie regresa de repente de la oscuridad. El proceso debe ser pausado, y sólo se puede avanzar reconociendo la bruma, pero también el antiguo resplandor. Ricky Rubio, que nunca pretendió mirar fijamente al sol, está viviendo un nuevo amanecer en una carrera exitosa que él mismo tuvo que detener, pero también comprender.
En el Palau, ante una afición que prefiere disfrutarle a exigirle, y con un entrenador y amigo [Roger Grimau] que mima su progreso, Ricky está liberando su baloncesto. En el triunfo frente al Real Madrid, en su primer clásico en los últimos 13 años y tras 12 temporadas en la NBA, Ricky ni siquiera tuvo que ensayar una sonrisa para mostrar que los demonios van quedando atrás. Y con ellos, los nudos que colapsaban su juego. Fue su mejor partido en su nueva vida como azulgrana (11 puntos, 4 asistencias, 15 de valoración) y el mejor escolta de Nico Laprovittola, desatado en su propia gloria (25 puntos con 4/7 en triples y cinco asistencias).
Competía bien el Real Madrid el partido cuando, a los seis minutos, Ricky emergía para imponer su propio guion. En un santiamén ya había amontonado ocho puntos. Y Laprovittola, que agradecía como nadie que Chus Mateo comenzara a preocuparse por el colapso inicial de Campazzo, se apuntó a lo grande al festival de triples.
Excelencia azulgrana inicial
El juego del Barça de Grimau alcanzó la excelencia en el primer cuarto (27-11), donde los azulgrana, además de negar el juego interior madridista, martilleaban sin cesar desde el perímetro (6/7 en triples por el 1/8 blanco en ese cuarto inicial).
Aunque el Barça, que llegó a alanzar una ventaja de 21 puntos (38-17, m. 15) gracias a un mate que dejó a Poirier sin respuesta ni cadera, se dejó llevar un buen rato. Algo peligroso frente a un Madrid en el que tipos como Llull y Rudy Fernández –que nunca se había enfrentado a Ricky en la ACB– acostumbran a tirar de épica por mucho que la conexión Musa-Tavares no funcionara esta vez. Llull encestó dos triples, uno de ellos inverosímil y al límite de la posesión, y los blancos firmaron un parcial de 0-11 al que Ricky tuvo que dar réplica antes del descanso. El base de El Masnou, pillo como pocos, arrancó a Yabusele una falta que le concedía tres tiros libres. Aunque los de Chus Mateo ya comenzaban a avanzar lo que propondrían tras el paso por los vestuarios, por mucho que Llull soltara antes de marcharse al vestuario: “Nuestra primera parte fue vergonzosa”. Con la mirada perdida y delirante de quien pretende levantarse de entre los muertos.
Los de Grimau, aunque continuaran teniendo bajo control a Tavares o que Jabari Parker se empeñara en protagonizar el ‘highlight’ de la tarde –Campazzo se vio arrasado en un mate del estadounidense–, pagaron la mayor agresividad defensiva blanca , necesaria para que los triples del Barça comenzaran a ser escupidos por el aro.
Deck ya se echaba al monte (14 puntos, 13 rebotes) ante el pesar de Kalinic, que se ganó la cuarta falta. Campazzo, mientras, aumentó las revoluciones, y cazó un par de triples invitando a Sergio Llull a que le siguiera por el mismo camino. El Madrid se acercó tanto (57-54, m. 28) que tuvo que cantar más fuerte un Palau en el que Joan Laporta apretaba el puño con la misma fuerza que el ombligo a su camisa.
Pero ese Madrid que se veía cerca de concretar su levantamiento (73-70, m. 37) al toque de corneta de Deck se estampó, primero, con Willy Hernangómez (además de los puntos, se dio el gustazo de sacar de sus casillas a Tavares con la quinta personal), y, después, con Laprovittola. El argentino, que venía de hundir al Maccabi con un lanzamiento de tres al límite, se sacó del firmamento del Palau otro triple, cuando la posesión moría, que hizo convencerse al Madrid de que aquello acabaría ahí. Más aun después de que Poirier enhebrara una técnica y una quinta falta personal que dejaba definitivamente a los blancos fuera de combate.
De acuerdo. Los clásicos en la temporada regular liguera, a menudo, tienen una importancia relativa, más allá de que el Madrid perdiera el liderato a manos del Unicaja y que los azulgrana se estabilizara en la tercera plaza. Aunque ver a Laprovittola volar, y a Ricky soñar, no tiene precio. La oscuridad es puñetera, pero va quedando atrás.
Ficha técnica
85. Barça (27+18+19+21): Satoransky (3), Laprovittola (25), Kalinic (-), Parker (9), Vesely (11) -equipo inicial-, Hernangómez (10), Rubio (11), Da Silva (5), Abrines (9), Brizuela (-) y Jokubaitis (2).
79. Real Madrid (11+22+25+21): Campazzo (8), Musa (14), Deck (14), Yabusele (10), Tavares (6) -equipo inicial-, Rodríguez (-), Fernández (3), Hezonja (9), Poirier (4) y Llull (11).
Árbitros: Carlos Peruga, Martín Caballero y Francisco Araña. Eliminaron por cinco faltas a los visitantes Tavares (min.36) y Poirier (min.38). Señalaron falta técnica al visitante Poirier (min.37).
Incidencias: Partido de la jornada 28 de la Liga Endesa disputado en el Palau Blaugrana de Barcelona ante 7.726 espectadores.