El aumento de la temperatura global es un hecho innegable. En su último informe, el Grupo de Expertos sobre Cambio Climático de Naciones Unidas señalaba que el planeta Tierra vivirá un aumento de las temperaturas superior al límite de 1,5 °C, si se mantiene el ritmo actual de emisiones de CO2. Las previsiones, poco halagüeñas, dibujan un escenario de cambios y complicaciones en multitud de ámbitos, y uno de ellos, sin duda, son los deportes de invierno.
Según un estudio de la universidad alemana de Bayreuth publicado en la revista científica Plos One, los días de nieve anuales en las principales regiones de esquí disminuirán drásticamente como consecuencia del cambio climáticoen los próximos 50 años, y una de cada ocho zonas de esquí perderá toda la cobertura de nieve natural a finales de siglo si se mantiene el actual escenario de emisiones de carbono.
“La constante pérdida de espesor y calidad de la nieve no se debe a un cambio en el patrón de precipitaciones, sino al aumento de temperaturas tan drástico que impide que la nieve se mantenga”, afirma el director del área de Climatología y Meteorología del MeteoCat, Marc Prohom. En uno de sus últimos estudios, realizado en colaboración con el Observatorio Pirenaico del Cambio Climático (OPCC), se ha constatado que este invierno, por ejemplo, en la alta montaña del Pirineo se han batido récords de temperaturas elevadas con registros que superan las temperaturas medias en 3 grados. “Es una barbaridad”, afirma Prohom, que señala que cada vez es más habitual que vivamos episodios anticiclónicos en enero..
Afectaciones en las pistas
Este hecho, a día de hoy ya provoca serias afectaciones en las pistas de esquí en las que, según el OPCC, las que se encuentran situadas en cota baja, el inicio de temporada se ha retrasado hasta 50 días, y un total de 30 días en las de cota media. Ello, además de haber provocado grandes pérdidas económicas para las estaciones, ha desembocado también en afectaciones en los calendarios oficiales de competición de la mayoría de disciplinas deportivas de invierno.
“La inestabilidad y las condiciones actuales nos están obligando a modificar los calendarios de competición y entrenamiento”, afirma el Director General de la Real Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI), Olmo Hernán. La cancelación de pruebas deportivas es cada vez más habitual por la falta de nieve o las condiciones meteorológicas desfavorables. “Cada vez nos vemos más obligados a reagrupar competiciones y trasladar a nuestros deportistas al hemisferio sur para preparar la temporada, algo que encarece mucho los costes”, explica Hernán.
En ese sentido, y con el fin de que estos desplazamientos sean lo más eficientes posibles, desde la RFEDI aseguran que se han visto arrastrados a cambiar la forma de planificar la temporada. “Nos hemos visto obligados a buscar soluciones ingeniosas para optimizar las decisiones deportivas y poder aprovechar al máximo los desplazamientos de deportistas para entrenamientos y competiciones”, asegura el directivo.
Más allá de los desplazamientos, la tecnología de creación de nieve artificial se ha convertido en uno de los principales aliados de la mayoría de disciplinas a día de hoy, y su utilización ha permitido que algunos deportistas hayan podido capear algo mejor la escasez en el territorio nacional. “El Snowboard o las modalidaes de salto son más adaptables a las condiciones con nieve artificial, pero hay otras disciplinas que no pueden solventar la falta de nieve con cañones, como el esquí alpino, el descenso o supergigantes que requieren de pistas más largas y mejor condicionadas para poderse llevar a cabo”, zanja Hernán.
Investigación pionera en La Molina
Conseguir perfeccionar la tecnología de creación artificial de nieve es ahora uno de los focos en los que se centra la atención del sector del esquí. Encontrar un método eficiente y cada vez más sostenible es un reto en el que organismos como Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han invertido multitud recursos. El ‘Laboratori de Neu’, es un proyecto pionero en el mundo que tiene como objetivo principal estudiar la aplicación de una nueva tecnología para producir nieve de una forma más sostenible, en menos tiempo, utilizando menos agua y con menos energía. Ya se prueba en La Molina y en un periodo corto de tiempo pretende ser exportado a otras pistas del territorio español.
“Hasta ahora, solo éramos capaces de convertir en nieve el 75% del agua utilizada en el proceso. Con este nuevo método, que permite ofrecer una nieve muy parecida a la natural, se llegará a convertir en nieve casi el 100% y con el uso de nanopartículas de feldespato, que es una sustancia natural presente en la coreteza terrestre, la nieve se podrá crear sin necesidad de que las temperaturas sean tan frías y en periodos más amplios de tiempo”, afirma Toni Sanmartí, el director de FCG Turismo y uno de los impulsores de este proyecto. “La nieve artificial como tal no es un recurso contaminante porque no mezcla más que agua y aire comprimido. Y en todo caso, esa nieve que se libera en el terreno, una vez se funde vuelve a absorberse y a circular”, matiza.