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Semana Santa en Zamora: tradiciones en estado puro

La provincia de Zamora celebra la Semana Santa con singulares actos y procesiones donde la fe y la emoción se fusionan con ancestrales tradiciones que crean momentos únicos para sus participantes y para los miles de turistas que en estas fechas buscan experiencias nuevas. Momentos como los que se viven en Fuentesaúco, en la comarca de La Guareña, que acaba de estrenar su Declaración de Interés Turístico Regional por su Semana Santa Saucana, cuyas celebraciones comienzan el domingo anterior al de Ramos con el Pórtico, pregón que anuncia los días de Pasión. La imagen de los cofrades nazarenos, con sus trajes morados, corona de espinas en la cabeza, una soga al cuello y su gran cruz impresiona, sobre todo en sus procesiones del Jueves y Viernes Santo. El Vía Crucis de madrugada resulta sobrecogedor en este pequeño municipio en el que todos sus vecinos se vuelcan con las representaciones. Otra de las localidades de la provincia cuya Pasión cuenta con la misma declaración es Toro. En este municipio, cuna de buenos caldos, la bendición de ‘Los Conqueros’, que se produce en la mañana del Jueves Santo, es uno de sus momentos más emotivos cuando estos célebres personajes, también conocidos como ‘cagalentejas’, juran silencio para pedir limosna con sus concas, un recipiente de madera que se utiliza en las bodegas para catar el vino.Silencio es, precisamente, lo que define al Viernes Santo en Bercianos de Aliste, que cuenta con el mismo reconocimiento y también está declarado como Bien de Interés Cultural. A primera hora de la tarde dos sacerdotes proceden a descolgar la imagen articulada de Cristo y la introducen en una urna de cristal. Los penitentes inician entonces el cortejo fúnebre que les conducirá, subiendo por una empinada cuesta, hasta el Calvario, donde un coro popular entona ‘Las cinco llagas’ y el ‘Miserere’, y se efectúa la reverencia ante las cruces.  Noticia Relacionada estandar No Esperanza, Cruz y Miserere Ana Pedrero La Virgen paseó por Zamora cargada sobre los hombros de sus portadores y mecida por La Saeta y por la tarde, las calles se tiñeron del morado de la Vera CruzLos cofrades visten túnica y medias blancas, la mortaja que les acompañará en su último viaje y que ha sido tejida por las novias al prometerse en matrimonio. Procesiones, juramentos, autos sacramentales, rosarios, romances, cánticos o Stabat Mater llenan la provincia desde Benavente a Puebla de Sanabria y Alcañices, pasando por Villarrín, Villalpando, Fermoselle o Carbajales. Como también ocurre en la ‘Perla del Duero’, la capital zamorana, donde la emoción se desborda en el Juramento del Silencio en la tarde del Miércoles Santo, ante el Cristo de las Injurias, o con el impresionante canto del Miserere ante el Yacente del Jueves Ssemana anto.



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