Varapalo judicial a la investigación abierta contra los Casuals, grupo ultra del FC Barcelona nacido en el seno de Boixos Nois. La Sección Novena de la Audiencia de Barcelona ha estimado el recurso presentado por la defensa de uno de los acusados y ha delimitado la copia de los teléfonos confiscados a tres sospechoso a un determinado periodo de tiempo. Este acotación la debería haber hecho y no la hizo el juez de Cornellà que inició las pesquisas. Este error abre la puerta a la anulación de pruebas esenciales y a que decaigan una gran parte de las acusaciones que se vierten contra los implicados en la trama, algunos de ellos en prisión.
La Audiencia de Barcelona limita la copia de los teléfonos móviles confiscados y abre la puerta a la anulación de pruebas esenciales
El 9 de junio de 2023, los Mossos d”Esquadra desplegaron un macrodispositivo para detener a 25 personas, entre ellos a los principales miembros de los Casuals.
La acotación temporal de las pesquisas la debería haber hecho el juzgado de Cornellà que abrió el caso
Las pesquisas contra esta organización se iniciaron a raíz del ataque, el 28 de noviembre de 2021, contra el bar Los Cazadores, de Cornellà de Llobregat, donde había aficionados del Espanyol. El juzgado de Cornellà que investiga este asalto y uno posterior confiscó cinco teléfonos móviles de tres investigados y autorizó el 27 de abril de 2022 el volcado y clonación del contenido de estos terminales. Los agentes hicieron una copia de la memoria y pudieron sacar de ella la información que desembocó en las detenciones de junio de 2023. Esta macrocausa contra el grupo radical de seguidores del Barça la tramita el Juzgado de Instrucción número 12 de Barcelona por varios delitos.
El juzgado de Cornellà confiscó cinco móviles de tres investigados y autorizó el volcado y clonación de su contenido
Ahora la Audiencia de Barcelona ha estimado en parte el recurso presentado por el abogado Albert Carles Subirats, defensor de uno de los principales implicados, y limita la extracción de datos de los móviles a la investigación del asalto al local, en concreto entre el 23 de noviembre de 2021 (días antes del asalto) y el 15 de enero de 2022 (después de una segunda acción en el mismo bar).
Gracias a la operativa, los Mossos pudieron incriminar a más miembros del grupo radical del Barça
Por esta razón, este letrado ha solicitado al Juzgado de Instrucción número 12 de Barcelona que expulse del procedimiento el “material indebidamente acopiado”. Es decir, el que no se halle entre esas dos fechas y que provocaron importantes decisiones judiciales, como pinchazos de teléfonos o la instalación de micrófonos en los vehículos de algunos sospechosos. Gracias a esta operativa, los Mossos pudieron incriminar a más miembros del grupo radical del Barça en otros delitos, como extorsión y organización criminal, que no tienen nada que ver, según la defensa, con el asalto al bar Los Cazadores de Cornellà. Si el juez acepta esta petición, las principales líneas de investigación contra los Casuals quedarían tocadas.
La limitación
La Audiencia de Barcelona considera en su resolución, a la que ha tenido acceso El Periódico de Cataluña, del Grupo Prensa Ibérica, que la limitación temporal en la copia de los datos de los teléfonos móviles confiscados “resulta ineludible para un adecuado control judicial” de esta medida por “estar en juego derechos fundamentales”, debiéndose restringir la autorización de “forma proporcionada a los hechos objeto de investigación” (los asaltos al bar de Cornellà) y durante el tiempo que pudieron cometerse. El 28 de noviembre del 2021, antes de un partido del Espanyol, se produjo una pelea en el local en la que participaron entre 8 y 15 personas. Días después, el 8 de enero de 2022, apareció en la persiana del bar la pintada “Casuals FCB”. El tribunal, sin embargo, amplía unos días ese periodo de tiempo para asegurar la investigación.
La Audiencia considera que la limitación temporal “resulta ineludible para un adecuado control judicial”
Los investigadores subrayan que “hay indicios de que se trata de dos acciones coordinadas, premeditadas y concertadas por parte de personas vinculadas a los Boixos Nois”. Los Mossos consideran que estas dos actuaciones “pueden estar motivadas por venganza” de este grupo de aficionados a unos hechos ocurridos días antes, el 23 de noviembre de 2022, en el Bar Sabroso de Barcelona.
La defensa de los acusados considera que el proceso se nutrió “en exceso” del “desproporcionado” uso de micrófonos en dos vehículos
La Audiencia de Barcelona entiende que “resulta razonable” que, si el detonante del asalto al bar de Cornellà fue este altercado, sea el 23 de noviembre la fecha límite inicial para la copia de información de los teléfonos móviles intervenidos. Y la última, una semana después del 8 de enero, día en que apareció la pintada, ya que tras hacerla “se pudieron efectuar comunicaciones relacionadas con la misma”, subrayan los magistrados.
El resurgir de la organización
Según el atestado policial incorporado en la principal causa contra los Casuals, que tramita el Juzgado de Instrucción número 12 de Barcelona, los Mossos, en colaboración con la Policía Nacional, y después de meses de vigilancias y escuchas telefónicas, concluyeron que la organización Casuals FCB, que ya fue desarticulada en 2010, había vuelto a activarse después de que sus principales líderes abandonaran la prisión y se adaptaran al ‘boom’ cannábico que se vive en España, y en concreto Cataluña, desde 2015.
La operación librada en junio del año pasado contra ese resurgimiento del grupo fue bautizada policialmente con el nombre de Hydra, el ser mitológico de varias cabezas que era capaz de regenerarse cada vez que cercenaba uno de sus cuellos. Fueron detenidas 27 personas y varios ingresaron en prisión. Al líder, Ricardo Mateo, los agentes no lo encontraron en su domicilio, aunque resultó arrestado al cabo de un mes.
La causa del Juzgado de Instrucción número 12 fue abierta por un abanico de presuntos delitos, desde homicidio, a secuestro y extorsión, pasando por tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal, entre otros. Este proceso judicial, según la defensa de los acusados, se nutrió “en exceso” del “desproporcionado” uso de la instalación de micrófonos en dos vehículos supuestamente utilizados por uno de sus cabecillas.