El vitíligo es una enfermedad crónica autoinmune que provoca la pérdida de pigmentación en la piel (y aparecen las características manchas de color blanco). Es la patología despigmentante más frecuente y afecta en torno a un 1,6% de la población.
En España, unas 900.000 personas padecen esta enfermedad, en la que se produce la destrucción de melanocitos, lo que lleva a una pérdida de melanina.
En el Día Mundial del Vitíligo, y con el objetivo de favorecer el conocimiento y concienciación sobre esta afección, se pone en marcha la campaña “Vitíligo: más allá de lo que se ve”. Con ella, se quiere promover la inclusión y el respeto hacia quienes viven con esta enfermedad porque, como explica Luis Ponce de León, presidente de ASPAVIT:
- “El cambio constante que se produce en nuestro cuerpo debido a la despigmentación, más allá de la estética, te afecta mentalmente. En este sentido, la adolescencia suele ser la peor etapa, donde los pacientes tienen que escuchar calificativos como vaca lechera o dálmata, lo que contribuye a la baja autoestima y el aislamiento social de los chavales”.
Cómo afecta el vitíligo a la salud mental
Más allá de las secuelas físicas, el vitíligo tiene un importante impacto emocional en las personas que padecen esta enfermedad. A diario, se enfrentan al estigma social y la discriminación. De hecho, más de la mitad de los pacientes declaran haber sido diagnosticados de algún trastorno mental, como depresión o ansiedad.
Además, tres de cada diez personas con vitíligo tienen ansiedad. Para el doctor José Luis Lopez Estebaranz, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Fundación Alcorcón “es una enfermedad que se caracteriza por la aparición de manchas blancas en la cara y en otras partes del cuerpo de forma simétrica, lo que repercute en la imagen de los pacientes, los cuales de forma habitual son estigmatizados”.
Vitíligo: ¿dónde aparecen las manchas blancas?
Las zonas más habituales en las que suele aparecer el vitíligo son las que más se exponen al sol, como son la cara y las extremidades. También puede extenderse alrededor de los ojos y en las mucosas como el interior de la nariz y la boca.
Según la zona alterada, el vitíligo se divide en diferentes tipos:
- Si la persona afectada tiene manchas despigmentadas en una gran parte del cuerpo, sin llegar a cubrirlo casi por completo, se trata de vitíligo generalizado.
Este tipo es el más frecuente y las manchas suelen aparecer de forma similar en ambas partes del cuerpo del paciente, en lugares próximos entre ellas.
- Cuando la mancha tiene forma de línea gruesa continuada, se denomina vitíligo segmentario.
- Si las zonas de piel despigmentadas se encuentran alejadas entre sí, es un caso de vitíligo disperso.
- El vitíligo localizado se produce únicamente a algunas regiones corporales, siendo uno de los tipos menos frecuentes. En este caso, la piel despigmentada se encuentra en las manos o en la región facial, pero también es común en zonas de apertura corporal como la nariz o las orejas.
Importante infradiagnóstico
Afecta por igual a adultos y niños de ambos sexos y suele aparecer alrededor de los 30 años, aunque puede hacerlo a cualquier edad.
No solamente son lesiones cutáneas, ni un problema estético. Según explica el doctor Estebaranz, se trata de una patología autoinmune con factor genético (se hereda en el 8% de los casos) y también ambiental. “Cada vez conocemos más acerca de esta enfermedad, que tiene una gran incidencia en otros países, como Centroamérica”.
- “No es una enfermedad estética, sino que es inmunológica. Los pacientes con vitíligo tienen otras comorbilidades, tienen con mayor frecuente hipotiroidismo, diabetes y otras enfermedades cutáneas como la psoriasis o la alopecia areata. Como muchas de las enfermedades que se manifiestan en la piel, tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes”.
Falsos mitos sobre el vitíligo
Algo tan cotidiano como ir a bañarse a la playa o a la piscina se convierte en un reto para las personas con vitíligo. El doctor Estebaranz hace hincapié en que “es frecuente que sean señalados o que todo el mundo se fije en ellos. Sigue habiendo falsos mitos sobre esta enfermedad como, por ejemplo, que es contagiosa, lo cual lleva al rechazo y es difícil lidiar a diario con esto”.
Solo está diagnosticado el 0,2% de los pacientes con vitíligo. Lo más preocupante es que “alrededor de un 60% de los profesionales sanitarios de dermatología y Atención Primaria, por desconocimiento, les dicen a estos pacientes que no pueden ser tratados, lo que les frustra aún más”.
Y, a diferencia de lo que mucha gente puede pensar, las personas con vitíligo sí pueden tomar el sol en verano. Con precauciones como todo el mundo, e incluso es una forma de tratar la enfermedad.
Cómo se trata el vitíligo
El vitíligo no es una enfermedad grave, ya que no pone en riesgo la vida del paciente, pero tiene una importante repercusión en la calidad de vida. Aunque no tiene cura, existen varias opciones que pueden ayudar a retrasar e incluso a detener el cambio de color en la piel. Algunas zonas pueden incluso recuperar ciertos tonos de color.
- Los más comunes son los tratamientos tópicos, que se basan en la aplicación de medicamentos o cremas sobre la piel dañada y que incluyen en su composición corticoides o inhibidores de la calcineurina.
- La fototerapia también es una gran aliada para paliar esta enfermedad. Y es que este tratamiento cuenta con mayor evidencia científica a la hora de combatir el vitíligo. El tratamiento consiste en aplicar luz ultravioleta de forma controlada durante un tiempo concreto, en repetidas ocasiones, durante varios meses.
Juan Díaz, director médico general de Incyte Biosciences Iberia, compañía farmacéutica que ha impulsado esta campaña de concienciación junto a la Asociación Española de Pacientes de Vitíligo (ASPAVIT), recalca que “es una enfermedad compleja y aún hay muchas cosas que no sabemos. Trabajamos para poner a su disposición tanto tratamientos innovadores como poner solución a sus necesidades no cubiertas”.