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Ha pasado un siglo, concretamente 112 años, desde el hundimiento del Titanic y nunca se ha parado de hablar sobre este majestuoso transatlántico. A lo largo de los años han sido numerosos los multimillonarios que han querido replicar este lujoso navío para que vuelva a sucar el mar.
Hace más de una década que el australiano y multimillonario, Clive Palmer, presentó un proyecto para hacer palpable el sueño eterno de construir un nuevo Titanic. Este propietario de cruceros Blue Star Line no ha cesado en su empeño pese a todas las trabas e imprevistos que se han ido encontrando a nivel mundial, según él mismo ha contado en una rueda de prensa a los medios en Sídney. De hecho, se intentó fabricar un nuevo barco en 2012 y posteriormente en 2018.
El Titanic II ahora puede pasar de un sueño a una realidad porque el magnate ya ha anunciado que tienen previsto una fecha para que el barco preste servicio y los viajeros que anhelan subirse a una réplica de este gigante del mar puedan viajar a bordo. Clive Palmer adelanta que la previsión es que el barco comience a zarpar en 2027 viajando por la ruta Londres-Nueva York a través el Atlántico.
La intención es que el Titanic siga el camino original que hizo su antecesor, parta desde Southampton (Reino Unido), pase por un primer puerto de escala en Cherburgo (Francia) para embarcar a más pasajeros, continúe por Queenstown (Irlanda) como último muelle antes de cruzar el Atlántico y finalice en Nueva York (Estados Unidos) donde es su destino final. Ya confesó Cliver Palmer que no le importaba cuánto sería el costo final del proyecto: «Es mucho más divertido hacer el Titanic que sentarme en casa y contar mi dinero», bromeó.
Así será el nuevo Titanic II
Blue Star Line, la empresa del magante australiano, no ha escamitado en explicar detalladamente cómo será este nuevo Titanic. Aunque habrá muchas semejanzas con el original, pues se inspira en él, según las imágenes que han presentado el barco mide 269 metros de largo, 32,2 de ancho (un poco más que el original) y pesará unas 56.000 toneladas.
Se espera que en él puedan viajar 2.345 pasajeros repartidos en nueve cubiertas con 835 camarotes, alrededor de la mitad de ellos estarán destinados para pasajeros de primera clase. Por su parte, los de tercera contarán con un comedor común, podrán subir a la cubierta y disfrutar de las actividades que se ofrecen a bordo como las actuaciones musicales, juegos o bailes.
La réplica del Titanic quiere ofrecer a los huéspedes «un viaje en el tiempo sin parangón, sumergiéndoles de lleno en la opulencia y el esplendor de la vida a bordo del Titanic original». Los viajeros que vayan en primera clase tendrán todo tipo de ostentación como casinos, piscinas o cabinas lujosas, entre otras comodidas.
La empresa australiana que se va a encargar de todo el plan está buscando actualmente licitaciones para encontrar un constructor naval que comience en los trabajos a partir del primer trimestre de 2025. De momento, el objetivo de Clive Palmer es que algún país europeo pueda encargarse de la fabricación porque, como ha confesado él, no se fía mucho de los estándares chinos.
Se animará a los futuros pasajeros a que se vistan como en la época de 1900 para mimetizarse con el escenario. El eslogan está listo y el empresario ya ha comenzado a apelar a los sentimientos de los pasajeros que se quieran subir a bordo con la frase: «El Titanic ll será el barco en el que esos sueños se hagan realidad».
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