Maximiliano Calvo, tres meses internado para dejar la cocaína y cantar letras sanadoras: ‘Hacía bandera de lo bien que me sentaba ser un hijo de puta’
El último año de Maximiliano Calvo ha sido una montaña rusa. Mientras componía su nuevo álbum, luchaba por frenar la adicción que podría acabar con todo. Una marea de emociones que, de no haber entrado en un centro de desintoxicación, hoy hubiese arrasado su carrera. Y lo que es aún peor: su persona. “¿Fumáis?”, pregunta. Es el único pecado que se permite últimamente. Enciende un cigarrillo tras coger el cenicero que coloca justo al lado del teléfono que graba esta conversación. A veces, se oye la ceniza caer. El símil perfecto para alguien que está en proceso de renacer. “Mi vida ha sido un caos por las malas decisiones que he tomado. Ahora, estoy mejor”, dice. De hecho, es capaz de hablar de Barato y romántico sin romperse en dos: estas cinco canciones las terminó justo antes de internar...