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Siete de los pueblos más bonitos de Portugal, según la Organización Mundial del Turismo

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Viajar a Portugal siempre es una buena idea. Si bien es cierto que Oporto, Lisboa o la región del Algarve son destinos que se quedan en la retina pata siempre, salir de los circuitos principales permite descubrir grandes joyas naturales y coquetas villas que, además, han conseguido el sello de ‘Best Tourism Village’, otorgado por la Organización Mundial del Turismo, que reconoce el cuidado del espacio rural y la preservación de los paisajes, la diversidad cultural, los valores locales y las tradiciones culinarias. Estos son los siete pueblos portugueses que presentan este honorable reconocimiento y que hay que anotar en la lista de imprescindibles del país vecino.

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Imagen del pueblo de Sortelha


aldeas históricas de portugal

Sortelha

De fundación medieval, Sorthelha es una de las aldeas portuguesas más bonitas y antiguas del país que ha sabido mantener su fisonomía urbana y su arquitectura tradicional con casas de piedra de granito –generalmente de un solo piso– inalteradas desde el Renacimiento hasta nuestros días. La localidad está enclaustrada por un anillo defensivo con cuatro puertas de acceso –la de la Villa, la Nueva, la Falsa y la de la Traición– y coronada por un castillo del siglo XIII que cuenta con una torre del homenaje de planta cuadrada ubicada en el centro del recinto. Además de admirar su fortaleza, no hay que perderse la antigua casa consistorial que también funcionó como cárcel, cuya construcción se remonta al siglo XVI, la iglesia parroquial del siglo XIII dedicada a Nuestra Señora de las Nieves que fue, originalmente, de estilo románico y en cuyo interior destacan el púlpito renacentista y los retablos de estilo manierista nacional y los Pasos del Vía Crucis, cinco pasos con motivos decorativos de influencia barroca repartidos por la población y adosados a paredes.

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Vista sobre Manteigas


josé conde-turismo de portugal

Manteigas

Manteigas es un pueblo de montaña, cuya historia está ligada a la lana y el pastoreo, ubicado a los pies del valle del río Zêzere, en el corazón de la Sierra de la Estrella –parque natural y geoparque mundial de la Unesco–, lo que es un punto a favor para aquellos que deseen realizar rutas de senderismo. A anotar es la que va al Pozo del Infierno, una cascada enclavada en un escarpado desfiladero del Ribeira de Leadres, ubicado a unos 10 kilómetros de la localidad, y el paraje de Penhas Douradas.

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Imagen aérea de Ericeira


octavio scholz-pexels

Ericeira

A unos 50 kilómetros de Lisboa, dentro del municipio de Mafra, está Ericeira una comunidad costera conocida por ser todo un paraíso para los amantes del surf, de hecho, fue reconocida como Reserva Mundial de Surf en 2011. Este destino destaca, también, por conservar sus raíces como pueblo pesquero portugués –cuya historia se remonta al siglo XII–, lo que hace que pasear por sus calles empedradas con casas de colores sea una delicia. Entre sus edificios destacados están la iglesia de San Pedro, cuyas paredes interiores están revestidas de azulejos policromados que representan escenas de la vida del santo, el Fuerte de Nuestra Señora de Natividad, construido en 1706 para la defensa del puerto pesquero y de la plata de los Pescadores, y la Casa de Cultura Jaime Lobo e Silva, antiguo casino.

4


Imagen del pueblo de Castelo Novo


aldeas históricas de portugal

Castelo Novo

En el corazón de la Sierra de Garduña, en un paisaje natural de tonos verdes y grises y envuelto por un aura de misticismo, está Castelo Novo, una villa que nació como parte de los extensos territorios donados por los monarcas portugueses a la Orden de los Templarios.

Aquí no hay que perderse la capilla de Santa Ana, construcción de los siglos XVI/XVII en la que destaca el campanario en arco de medio punto y la influencia vernácula presente, la capilla de San Antonio (siglo XVI) que guarda una imagen del santo patrón del siglo XVII, la torre cuadrada, único vestigio del castillo, la iglesia de Nuestra Señora de la Gracia, del siglo XVIII, y la capilla del señor de la Misericordia, levantada en la segunda mitad del siglo XVII, según cuenta la leyenda, como agradecimiento por alejar una gran plaga de langostas que consumía los cultivos de la región.

5


Imagen del observatorio Dark Sky de Cumeada


turismo de portugal

Cumeada

En el municipio de Reguengos de Monsaraz se ubica Cumeada, la primera aldea rural astroturística de Portugal donde nació el Observatorio Oficial Dark Sky Alqueva. Esta aldea presenta una combinación perfecta entre lo tradicional y lo nuevo, así como un entorno natural envidiable con el embalse de Alqueva, conocido como El Gran Lago, como su punto de mayor interés por ser centro de referencia de la zona para realizar actividades acuáticas.

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Imagen del pueblo de Castelo Rodrigo


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Castelo Rodrigo

La pequeña aldea de Castelo Rodrigo domina, desde la cima de una colina, la llanura que se extiende hacia España, al este, y hasta el profundo valle del Duero al norte. Este coqueto pueblo, que según cuenta la tradición fue fundado por Alfonso IX de Leao para donarla al conde Rodrigo González de Girón, presenta el clásico trazado medieval con calles empedradas y robustas murallas que conservan las marcas de algunos episodios de disputas territoriales. Lo mejor para descubrir este rincón es hacerlo a pie. Paso a paso, uno puede descubrir algunos de sus imprescindibles como son las ruinas del palacio de Cristóbal de Moura (figura clave de la diplomacia durante la crisis de sucesión de 1850) que se levantó sobre la antigua alcazaba, la Torre del Reloj, la picota, declarada Monumento Nacional desde 1922, la iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, un edificio del siglo XIII que representa un ejemplar de transición entre el románico y el gótico y la cisterna medieval, edificio que transmite la herencia e influencia judías –se cree que pudo haber sido una antigua sinagoga–.

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Imagen de la villa de Madalena


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Madalena

Considerada como un refugio cultural y natural y ubicada en el corazón de la isla de Pico, Vila da Madalena es un tesoro por descubrir. Este destino, capital del vino de las Azores, es una de las diez regiones vitivinícola reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Su estampa principal está presidida por su puerto pesquero, el principal de la isla, y la iglesia de Santa María Madalena, construida en el siglo XVII y en cuyo interior destacan los paneles de azulejos historiados, la capilla mayor y las imágenes votivas. Así mismo, se puede optar por realizar una excursión para ver ballenas, una de las actividades estrella del lugar.

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