Nuestro cabello necesita ser cuidado para que pueda realizar sus funciones correctamente. Y es que, aunque muchas personas no lo sepan, el pelo cumple una misión muy importante: desde proteger el cuero cabelludo de los cambios de temperatura, los rayos UVA a mejorar la temperatura corporal.
Pero más allá de sus funcionalidades, el cabello tiene una profunda influencia en la autoestima y es fundamental para muchos para ganar confianza en sí mismos. Sin embargo, en todo lo que rodea el cuidado del pelo, hay determinados mitos que han ido pasando de generación en generación.
Hablamos de los riesgos de irse a la cama con el cabello mojado. Neumonías, catarros, gripes… Es una creencia muy común, aunque no hay ningún estudio científico que evidencie que dormir con el pelo húmedo pueda desencadenar en infecciones víricas del aparato respiratorio como los anteriormente comentados.
No obstante, sí puede producir una serie de consecuencias. Y lo primero que se nota es la falta de brillo y de “vida” del cabello (que se puede solucionar con la aplicación de productos específicos como los acondicionadores).
Además de este efecto indeseado, se podrá observar que se vuelve más frágil y se puede incluso perder volumen.
Por eso, además de recurrir al uso de un tratamiento indicado para estos problemas, se debe acudir a un especialista para que realice una valoración del daño causado y evitar problemas mayores.
Más caspa
La caspa es considerada el peor enemigo de la humedad. El hongo Malassezia, que está presente en nuestra cabeza, se alimenta de los aceites grasos de los folículos capilares para poder renovar las células del cuero cabelludo.
Pero, al estar bastante más húmedo que de costumbre, este hongo se reproduce rápidamente, haciendo que el recambio de células sea mayor y genera la tan indeseada caspa.
Inflamación
La inflamación del cuero cabelludo es otra de las consecuencias de mantener el pelo húmedo por mucho tiempo y dejarlo secar por sí solo. Sin embargo, esta inflamación puede generar escozor y picazón para quien la padece.
Además, al rascar en exceso el cuero cabelludo se pueden producir heridas, lo que puede conllevar, por ende, infección y más picor.
¿Por qué se cae?
En invierno, el cabello se cae de forma natural, ya que forma parte de nuestra herencia como animales mamíferos que un día fuimos. Los especialistas en dermatología insisten en que es un proceso normal de renovación del pelo y que, para tranquilidad de quienes lo sufren, vuelve a nacer transcurridos unos meses “sin necesidad de recurrir a vitaminas ni lociones anticaídas”.
“Los especialistas insistimos en que casi todos los cabellos que se caen durante estas estaciones se recuperan y reaparecerán al cabo de tres o cuatro meses tanto si tomamos suplementos de vitaminas como si no. Es como si a una mujer le dan unas gotas para que se le corte la regla y le dicen que harán efecto en cuatro o cinco días; nuestros folículos necesitan renovarse igual que lo hace el endometrio en cada menstruación”, explica Ramón Grimalt, profesor de Dermatología en la Universitat de Barcelona y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Los dermatólogos indican que la mayor parte de alopecias severas no cursan con un desprendimiento súbito del cabello. Y este es precisamente el mensaje que se transmite a la mayoría de los pacientes que acuden intranquilos a las consultas.
Mayor sensibilidad
El cabello tiene una propiedad denominada higroscópica, que tiene una función principal: absorber la humedad del ambiente. Y al absorber la humedad, el pelo aumenta de tamaño, las proteínas se separan y se disgregan. Y como resultado, mayor exposición a las bacterias, los gérmenes, hongos, y más sensibilidad y dolor ante cualquier manipulación.
Enredos y nudos en el pelo
Sin duda, acostarse con el pelo mojado es sinónimo de despertarse con nudos y enredos en el cabello. Y esto se debe a que la evaporación del agua tiende a originar enredos, nudos y encrespamiento.
Esta situación puede generar otro efecto indeseado: caída capilar como consecuencia de intentar desenredar el cabello. Los especialistas recomiendan, por tanto, recurrir a herramientas indicadas para ello, como los cepillos antienredos.