“Yo en la tele soy un poco el que hace de todo. Y al final el que hace de todo no hace de nada”, se define, entre risas, Paco Grande, periodista deportivo en RTVE desde hace 38 años. Creador del ‘Conexión Vintage’, uno de los programas de referencia de Teledeporte, ahora se encuentra inmerso en la Eurocopa de Alemania, que la televisión pública ha recuperado tras dos décadas sin emitir los grandes torneos de selecciones.
Una RTVE que está en el punto de mira desde el inicio del torneo continental por las narraciones de los partidos, a cargo de seis periodistas: Juan Carlos Rivero, David Figueira, Paco Caro, Alicia Arévalo, Albert Font y el propio Grande, que hace pareja junto a Carlos Marañón de comentarista en esta Eurocopa. Su estilo en concreto, de “la escuela de José Ángel de la Casa”, le ha puesto en el foco de las críticas en X, antes conocido como Twitter.
Hasta tal punto han llegado las críticas en las redes sociales que Grande, asiduo a interactuar con sus seguidores, ha recriminado a alguno sus formas. “¿Creéis que vais a poder conmigo? Perdéis el tiempo”, escribió en su cuenta personal. “Se ha montado sin buscarlo un debate muy interesante entre estilos“, cuenta al otro lado del teléfono el veterano periodista, que también analiza el presente y futuro de la narración deportiva en esta entrevista.
-¿Tenía en sus planes narrar la Eurocopa?
-Pues la verdad es que no. En estos casos, con acontecimientos de este calibre, hasta que no me dicen “te vas a encargar de esto”, por mucha experiencia que tenga, trato de no pensar nada y aplicar la decepción preventiva. Si me llamaban bien, y si no, pues no pasa nada, un poco por hacer un contragafe. Claro que te ilusiona que te llamen, pero no vale de nada decir “yo ya he hecho cuatro Eurocopas” o cosas así porque depende de muchos criterios.
-Hacía ya tiempo que RTVE no asumía un gran evento de fútbol de selecciones.
-Yo fui uno de los que estuve allí, en la Eurocopa de Portugal hace 20 años. Fui con Patxi Salinas recorriéndonos Portugal y haciendo partidos, en ese caso solo me dediqué a eso. En el 2000 fue el editor del programa, en el 96 seguí a la selección española, en el 88 también. En su día, yo estuve cerca de marcharme a Canal Plus, pero me quedé para vivir esto: Mundiales, Eurocopas, Juegos Olímpicos. Tuve suerte de vivir esas citas y también estuve en el momento en el que ya no íbamos. Y ahora de pronto recuperar los Juegos Olímpicos, el Mundial de Catar, la Eurocopa y volver a estar ahí 20 años después, pues imagínate, me alegro muchísimo por todos los compañeros y por mí también, por supuesto.
-¿En qué narradores se fijaba cuándo empezaba a narrar? ¿Quiénes eran o son sus referencias?
-Lo tengo clarísimo. Cuando era un aficionado, jugador modesto de fútbol y estudiante, siempre me gustaron muchísimo Juan Antonio Fernández Abajo y José Félix Pons (ambos de TVE). Y por supuesto, el gran referente es José Ángel de la Casa. Yo jugaba en Las Rozas y mi entrenador, Benito Caballero, había sido su compañero y me hablaba de él. Y yo me fijé en él desde el principio, y es mi gran maestro. Para mí es el mejor comentarista de fútbol que ha habido, porque equilibra conocimiento de fútbol con la forma de hablar que creo que hay que tener en una televisión pública.
-Ahora a muchos no les gustaría.
-Dicen que no gritaba. Claro que gritaba, pero cuando tocaba. Cuando tenía que hacerlo lo hacía, como el 12-1 a Malta o el gol de Alfonso en la Eurocopa del 2000. Ahora estamos descubriendo una brecha generacional en la narración de los partidos. Y estamos descubriendo que existen dos modelos de narración, de comunicación, de los partidos, es un debate muy interesante. Durante mucho tiempo nosotros narrábamos y nos decían: “No nos cuentes quién la lleva, cuéntanos otra historia”. Y ahora que contamos otra historia, nos piden lo contrario.
-¿Y por qué cree que ocurre?
-Porque resulta que las generaciones más jóvenes, con YouTube, con las redes sociales, en las que vale todo, se han acostumbrado al modelo de la televisión privada, que pueden mantener la línea de comentarios que crean que es mejor para atraer clientes. Una locución que se ha olvidado del lenguaje de la tele y aplica más el de la radio, en la que se trata de llamar la atención desde el primer minuto, donde un saque de banda es importantísimo. Entonces llegamos nosotros, que no tenemos más exigencia que la de la calidad, hablar bien… y se encuentran con ese modelo que no conocen tanto, con el que no están familiarizados. Y nos dicen que somos unos muermos, que no narramos, que somos sosos… Pero también hay otra gente más veterana que se ha levantado y dice: “Esto es lo que me gusta a mí, por fin”.
-Usted tiene muy clara su postura.
-Es un debate apasionante entre dos estilos muy diferentes. Se trata de elegir, y yo elijo el lenguaje de la televisión que creo que es el correcto, pero puedo estar equivocado. El de acompañar, no el de sobreinformar, gritar por gritar ni nada de eso. Para mí, el lenguaje de la tele no es hablar mucho, no es decir todo el rato quién la lleva. Para mí el lenguaje de la tele es pausa, silencio, sonido ambiente, datos, comentario… Y en un momento dado, sí, emoción y tal, pero no todo el rato y, si hay silencio, no pasa nada. Yo sigo un modelo alemán, británico, que son escuelas muy sobrias, yo no seguiría el argentino nunca. Pero en nuestro propio equipo de narradores de la Euro están representados todos los estilos. Desde el mío, que podríamos decir que es el más clásico, el de Juan Carlos Rivero, a Alicia Arévalo o Albert Font, que son más del estilo moderno, pasando por el hombre puente que sería Paco Caro, que conjuga un poco de los dos.
-¿Cuál es la clave?
-Yo lo que no soporto es hablar de manera incorrecta, y más en la tele pública. No podemos entrar construyendo gramaticalmente mal, no podemos olvidarnos de las preposiciones, los artículos… Y no debemos caer en el argot futbolero. Ahora está muy de moda usar la expresión “percute” por la banda. ¿Cómo que percute? Si percutir es golpear. A mí nadie me ha dicho cuando juego al fútbol que percuta. Eso son cosas de los entrenadores que algunos compañeros han adoptado para dar un discurso de élite al fútbol, que no lo necesita. Hay que ser elegante por encima de todo y utilizar nuestra gramática, que es muy rica, sin acudir al “bloque bajo” o “bloque alto” salvo casos determinados. Yo no quiero ser un entrenador, quiero ser un comunicador por encima de todo.
-En las redes el debate se ha vuelto loco.
-Mira, cuando me confirmaron que iba a hacer la Eurocopa. Yo ya sabía que esto iba a ocurrir, la que me iba a caer en las redes, porque lo veo cada día con Rivero. Y me mentalicé, me dije a mí mismo de no entrar a mirarlas. Pero claro, tampoco creo que haya que darles la espalda, porque a veces hay gente que te critica pero te dice cosas que son verdad. Entonces decidí posicionarme en las redes, escuchando a todo el mundo, incluso a los que te dicen que eres un muermo, pero tratando ante todo de evitar el conflicto.
-¿A veces se hace complicado, no?
-El otro día sí que me enfadé con uno, ya no pude más. Me decía que sí se me había muerto el perro, que parecía un muerto narrando. Y le respondí que perro no tenía pero mi madre se acababa de morir ese día hacía justo un mes, y creo que era un motivo más que suficiente para estar seco y serio. Yo dialogo con todo el mundo y leo y escucho, porque para nada tengo la verdad absoluta de la comunicación, y porque realmente me gusta y creo que estamos haciendo un debate interesantísimo sobre cuál es el estilo que debe prevalecer. Si es que el lenguaje de los jóvenes debe apropiarse de las narraciones, o si el antiguo sigue vigente. ¿Por qué lo antiguo tiene que ser caduco? ¿O por qué no cogemos cosas de ambos y volvemos a crear un lenguaje específico de la tele?
-Con Juan Carlos Rivero se están cebando… ¿Cree que es justo?
-La resistencia de Juan Carlos Rivero, por ejemplo, es admirable. Es muy injusto, muchas veces no ha empezado un partido, todavía ni ha hablado, y ya se ha convertido en meme, en chistes, y eso es durísimo. Y él sabe abstraerse muy bien, y es admirable. Yo lo he tomado como ejemplo porque, aunque en menor medida, también me han sacudido. Afortunadamente siento que la mayoría de los comentarios hacia mi trabajo han sido positivos, pero ha habido gente que me ha criticado y he aplicado el modelo de Rivero de tener calma, aunque yo al contrario que él no la tengo. Aunque la gente me ve muy calmado no lo soy. Pero lo bueno es que estoy en una Eurocopa, que estoy trabajando en ella. Siempre va a haber gente que no le gustes, no se puede convencer a todo el mundo.
-¿Es posible abstraerse?
-Hay mucha gente que te busca para picarte y que le contestes, pero siempre es mejor no entrar. Pero a mí me retroalimenta y me sirve para salir al siguiente partido con más energía, porque observo cosas que me han comentado que es verdad que a lo mejor tengo que cambiar. Lo constructivo no me destruye, al revés. Me ayuda a modificar lo que tengo que mejorar. Y lo otro me da fuerza.
-¿Se puede seguir aprendiendo después de tantos años?
-Por supuesto. Que yo lleve 38 años trabajando y allá hecho cinco Eurocopas sirve para que mi madre estuviera muy orgullosa, y yo. Pero no sirve como aval, porque cualquiera vale lo que vale su último trabajo. Por mucha experiencia que tenga, y por mucho que me prepare cada partido, yo cuando empiezan, cinco o seis minutos antes, estoy nervioso. En cuanto empieza se me pasa, pero eso sigue siendo así, y eso me motiva. Es una adrenalina que es buena si la manejas.
-¿El narrador también siente, como los propios futbolistas, que mejora conforme avanza el torneo?
-Sin ninguna duda. En otras Eurocopas cada uno teníamos un grupo. Entonces, aunque estuvieras un poco despistado el primer día, al segundo ya te conocías perfectamente a todos los jugadores y tus selecciones. Ahora es diferente, porque cada día hacemos partidos de un grupo distinto, y siempre estás empezando. Pero aún así, cada día que narras vas limando fallos, por eso el primer día no debes complicarte mucho. En la misma ficha de Excel que yo me preparo para cada partido se puede ver, que cada día es mejor, más sencilla para mi trabajo, más útil y mejor para ver todo al primer golpe de vista, lo que te facilita mucho con selecciones extranjeras que tiene nombres muy complicados.
-¿Cómo se prepara Paco Grande un partido entre dos selecciones como Eslovenia y Serbia, en la que la mayoría de jugadores son desconocidos?
-En esa ficha de Excel de la que te hablo, que es un modelo que ya traigo de otras competiciones. Y colocas los nombres, y debajo la lista de los jugadores con datos interesantes para contar durante todo el partido. Lo fundamental es hacerte la distribución geográfica de los jugadores, porque a primer golpe de vista te parecen todos iguales. Yo lo que no puedo es preparármelo el mismo día del partido, necesito tenerlo todo mascado la noche de antes, como en los exámenes de la Universidad.
-Aún así no se puede acertar siempre.
-Hay cosas en las que a veces fallo. Por ejemplo, esos datos de los que te hablo hay que utilizarlos en el momento oportuno, no volverte loco a dar estadísticas o contar otras historias e irte de lo que pasa del campo. Estás obligado a ir cargado con ellos, pero lo que manda es el campo, y a veces pasa.
-¿Haber jugado al fútbol ayuda a ser mejor narrador?
-Muchísimo, no puedes imaginar cuánto. Cuando tú ves un partido prolongas lo que haces en un campo, aunque seas un jugador de pachangas, lo más básico. Te ayuda a entender las reacciones de los jugadores, de los árbitros… La clave de un buen narrador, como me enseñó José Ángel de la Casa, es anticiparte a las jugadas, ir por delante. Si tú tienes a Yarmolenko de Ucrania que va por la banda, lo nombras pero tienes que estar mirando ya quién está en el área para rematar. Si no, cuando quieres mirar te encuentras a tres en área. Eso lo aprendes por intuición, porque has jugado, porque te gustan las transmisiones… Un poco de todo.