Search
Close this search box.

Najwa Nimri: “No me resulta lejano crear a un mafioso, porque si ves Barcelona o Euskadi, la mafia está ahí”

Los personajes que ha interpretado Najwa Nimri (Pamplona, 1972) en las series han dejado huella por su inquietante magnetismo. Inolvidables son la Zulema de ‘Vis a vis’ y la inspectora Sierra de ‘La casa de papel’… Ahora es la paranoica Haruka en la segunda temporada de ’30 monedas’, que estrenó en octubre HBO Max, y continúa en la piel de la seductora y manipuladora madre de ‘Sagrada familia’, serie de la que Netflix ya ofrece su segunda temporada. Hablamos con la actriz y con Manolo Caro (Jalisco, México, 1984), su director, artífice de los peculiares universos de ‘La casa de las flores’ y ‘Alguien tiene que morir’.

La primera temporada era más contenida, aunque ya sucedían, o se intuían, muchas cosas, pero esta se lanza a la acción. ¿Había que precipitar los hechos? 

Manolo Caro (M. C.): Sí, aunque yo la veo como todo un proyecto. En mi cabeza no lo que gesté por temporadas. Es como un tercer acto donde hay que llegar a un punto. Se entra en este ritmo y en esta cosa vertiginosa donde los personajes tienen que salvarse unos a otros y tienen que buscar sobrevivir.

Incluso los personajes secundarios entrarán en acción. 

M. C.: La idea era esa, que entraran a acompañar este ritmo y estas historias, que no vinieran a poner un nuevo arco, sino que entraran a descubrir cuál era el secreto de los Santos y qué estaba pasando. 

Por desgracia para esa madre controladora, sus hijos cada vez permanecen menos encerrados. Aunque la claustrofobia se sigue palpando

M. C.: Sí, creo que tiene que ver con el ADN del proyecto, de personajes que están inventándose una nueva vida y eso te lleva a que traigas mucho pasado colgando y te metas en un microuniverso donde sientes que te estás ahogando, porque en cualquier momento los van a pillar. 

Najwa, Gloria/Julia, quiere mantener a la familia unida como sea. Y maneja a sus hijos como un yo-yó: los suelta un poco, pero enseguida estira para que vuelvan

Nawja Nimri (N. N.): Sí, básicamente tiene una especie de moral que depende más de la necesidad que de otra cosa. De una necesidad que sirve a una cabeza paranoide y de una forma de comunicarse que tiene que ver con chantaje emocional. Única y exclusivamente. Pero todo desde el algodón de azúcar terriblemente caluroso que ha construido para que no puedas escaparte. De alguna manera hemos logrado que se entienda por qué no acaban de poderse ir de este osito de peluche. Y por eso ese final que ha preparado Manolo. 

Tremendo, por cierto.

N. N.: Las salidas eran pocas. Esta es la construcción del personaje que sirve a una historia que tiene este color, esta estructura, estos diálogos, este envoltorio que tiene que ver ahora con un melodrama ahora con un ‘thriller’. Si se viera de seguido, se entendería de la forma que se debe entender. Pero a la vez funciona de una extraña manera, porque acaba encajando todo al final de una forma absolutamente cacharrosa y mágica. Es como un descalabro precioso. 

“En ‘Sagrada familia’ acaba encajando todo de una forma absolutamente cacharrosa y mágica”

Najwa Nimri

Protagonista de ‘Sagrada familia’ (Netflix)

Define a Gloria/Julia como un ser caluroso, un osito de peluche. ¿Por eso siempre viste prendas de tejidos cálidos y tonos pastel o es casualidad? 

N. N.: Aquí no hay nada casual. Eso ha sido este señor y yo poniéndonos un personaje redondo en una estructura brutalista de fondo. Había un halo de París, Texas. Hemos jugado con ello: el pelo era rubio y con ondas y el vestuario de esa manera. Se empezó por las texturas y porque fuera redondo, abrazable. No con aristas.

Esa arquitectura brutalista de Madrid de fondo, así como las casas decoradas según la personalidad del dueño, tienen gran protagonismo. 

M. C. : Sí, es que soy arquitecto y me paso mucho tiempo con el departamento de Producción, de Diseño de Producción, de Arte, porque me interesan mucho los muebles, los accesorios, los colores y en esta serie me interesaba muchísimo el mundo del brutalismo. Y era hermoso cuando veías a Gloria con estos ‘looks’ con un edificio concreto atrás. Esa composición era muy llamativa. 

Gloria es tan magnética y seductora que, aunque el espectador siente rechazo, a veces llega a empatizar con ella. ¿Qué relación ha tenido con el personaje? 

N. N.: Yo no he entrado a ni a juzgarlo ni a valorarlo. Como personalmente soy en general muy poco apegada, para mí ha sido todo un proceso entender a esta persona y hacerla atractiva de verdad. Tuve que justificar todo un montón de patologías para poder interpretar en su código a este tipa. Me costó mucho trabajo. Pero estoy muy orgullosa de cómo ha quedado el resultado final, porque de lo que se trata es de que resultara agradable de ver a una persona que en principio es un infierno. Conlleva un montón de trabajo, porque tienes que ver que esta pasando por un calvario, por un proceso, que debe ser bonito de ver. Ahí teníamos que hacer el pino puente.

Escena de Sagrada familia. NETFLIX


A los chicos los tiene bien atrapados por su complejo de Edipo, y el que vive le es fiel, pero su hija se le rebela.

N. N.: Que es un poco como es la adolescencia de una mujer. Supongo, porque yo tengo un hijo. De la misma manera que no me resulta tan lejano crear a un mafioso. Si ves Barcelona, si ves Euskadi –mírate ‘Patria’– la mafia está ahí. Y los vínculos maternofiliales con chicos puede llevarles a coger una pistola. Lo tenemos aquí al lado, lo que pasa es que no le ponemos nombre. Y aquí, como lo vemos entre colores, se nos hace ficción. Pero, vamos, yo sabía de dónde tirar para meter al niño en vereda. “Cariño, te quiero mucho. Coge una pistola y si hace falta matas por mí. Me encanta que mates por mí”. No es algo tan lejano.  

Gloria/Julia es una mujer tremendamente atractiva, sin embargo no busca hombres. 

M. C.: Es que no tiene tiempo. ¿A qué hora? 

N. N.: Si no, y estaría pillando. 

M. C.: Se podría haber ligado al de los pasaportes. (ríen)

“Las tecnologías le han jugado mal a la ficción, porque antes te tenías que ver y ahora mandas un mensaje y ya”

Manolo Caro – Director de ‘Sagrada Familia’ (Netflix)

Acaba siendo la madre de todos, porque sus vecinos también le piden ayuda. Siempre hay alguien que llama a esa puerta.

M. C.: Siempre llama alguien a la puerta, sí (ríe). 

N. N.: Es una mantis religiosa. El mecanismo de defensa que tiene es el despliegue de pavo real. Como los pavos reales que salen en la serie. Mostrar esa cosa accesible, calurosa y bella es parte de su manera de subsistir. Con maquillaje. 

Por eso el espectador no se libra. 

N. N.: Mola mucho verla. No me pasa con todos mis personajes, pero este me gusta incluso a mí. Yo hago personajes asquerosos, muchas veces, pero con este creo que eso estaba más o menos conseguido. 

La historia discurre en una época en la que no hay móviles. Qué despliegue de modelos de cabinas hay en esta serie… 

M. C.: Puertas y cabinas (ríe). Es que esta historia sería muy complicada de hacer en la época actual, porque tú mandas un mensaje y preguntas: “¿Tú hiciste esto? ¿Lo has asesinado?”. Las tecnologías le han jugado mal a la ficción. Porque antes te tenías que ver. Hasta en las comedias románticas para mandarte al carajo. Ahora mandas un mensaje y ya. ‘Sagrada familia‘ tenía que ocurrir en esa época y necesitábamos de muchas cabinas, porque si no, como todos están huyendo, en los trayectos no podrían encontrarse. 



Source link