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James Rodríguez aterrizó en Madrid en lo que muchos medios entendieron como una evidencia par certificar su firma por el Rayo Vallecano. Sin embargo, la situación era más compleja de lo que parecía. El estado económico del club y las exigencias del colombiano provocaban que hubiera un distanciamiento. En un primer momento, el Rayo presentó una oferta con una ficha de 1,3 millones de euros por temporada, lejos de los 2 ‘kilos’ que cobraba en su anterior club, el Sao Paulo brasileño. Oferta que no convenció al jugador.
Presa busca dinero
Por eso Martín Presa, el presidente rayista, ha estado buscando patrocinadores e inversores que le ayudasen a subir la oferta para convencer al futbolista, que tampoco veía claro el acuerdo con un Rayo con demasiados problemas internos. La guerra entre Presa y la afición, el abandono del estadio de Vallecas y la situación deportiva del club, cuyas expectativas eran mayores cuando le contactaron por primera vez para “ser la guinda del pastel” en el centenario, parecían haber desencantado a un James que soñaba con volver a jugar en la Liga.
El jugador, que se ha estado entrenando en instalaciones privadas en la exclusiva urbanización de La Finca, en Madrid, fue ofrecido al Getafe, pero el club azulón lo desestimó como confirmó el presidente Ángel Torres: “Nos lo ofrecieron hace un mes y volvieron a hacerlo una semana a través de otro intermediario, pero el míster nos dijo que no era lo que necesitaba“. Esas negativas del Getafe mantuvieron abierta las opciones del Rayo para hacerse con sus servicios.
Y el club vallecano ha seguido estudiando fórmulas para mejorar la oferta y convencer al colombiano para cerrar su fichaje por una temporada antes del próximo viernes. La prioridad de Martín Presa era seguir contando con una estrella mundial en la plantilla, crack además con la misma procedencia que el anterior jugador de postín del club, el delantero Radamer Falcao. Los dos son colombianos y la experiencia con el ‘Tigre’ ha sido muy beneficiosa para el club madrileño, por lo que Presa ha insistido con James hasta convencerle para que firme por una temporada y se convierta en el estandarte vallecano en esta temporada del centenario del club.
Este verano se cumplen diez años del fichaje de James por el Real Madrid. Desde su salida definitiva del Bernabéu, en 2019, antes se fue dos temporadas cedido al Bayern de Múnich, el jugador ha pasado por el Everton, Al-Rayyan, Olympiacos y Sao Paulo. Una trayectoria en la que no brilló especialmente hasta su última estancia en Brasil y la pasada Copa América con Colombia. Esa mejora le ha permitido volver a albergar esperanzas de retornar Europa y volver a jugar a LaLiga, momento en que ha surgido el interés del Rayo para incorporarlo a la plantilla de Íñigo Pérez para esta temporada.
Mientras James deshojaba la margarita, el Rayo se ha reforzado con la llegada de varios jugadores cedidos o libres. Así, se han cerrado las llegadas de Pelayo Fernández, del Barça Atlètic, Gumbau, del Granada, la cesión del jugador del Almería, Embarba, la de Batalla, portero de River Plate, y la incorporación de Pedro Díaz, que estaba libre. Y entra la nómina de bajas aparecen Kike Pérez (cedido al Valladolid), Miguel Crespo (cedido al Fenerbahçe), Andrés Martín (Racing) y Martín Pascual (Atlético B). Vista la entidad del mercado rayista, parece claro que Martín Presa ha puesto todos los huevos en la cesta de James, que finalmente parece haber aceptado la oferta del Rayo, según informan a El Periódico de España fuentes del club.
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