A finales de enero se volvía a hablar de cambio de ciclo en el balonmano masculino español. Una derrota en el Europeo ante Croacia instaló las dudas en el equipo y acabó provocando la eliminación en la segunda fase, fiando las opciones para París 2024 a los Preolímpicos.
En una nueva exhibición de gestión del colectivo, Jordi Ribera decidió que tocaba recurrir a la ‘Vieja Guardia’ y llamó a Viran Morros (40 años e incorporado en pleno Europeo), Antonio García (40), el valenciano Gedeón Guardiola (39) y Joan Cañellas (37). Y la respuesta colectiva ha sido extraordinaria.
Los Hispanos ya habían hecho los deberes el viernes con una exhibición ante Eslovenia (32-22) que se celebró como la ocasión merecía. La clasificación para los Juegos no era matemática, aunque para perderse la cita parisina habría que haber perdido ayer por más de 18 goles contra Brasil, algo quimérico, inviable.
La selección española estará en los Juegos en busca de su quinta medalla olímpica tras los bronces logrados en 1996, 2000, 2008 y2021 en la retirada de Raúl Entrerríos.
Eso sí, hay que recordar que la lista olímpica será de 14 jugadores y que algunos de los que han hecho realidad un nuevo sueño olímpico no podrán estar a orillas del Sena. Y ojalá que en Lille, donde se disputarán los cuartos de final, las ‘semis’ y la final de París 2024.
En el eje del balonmano hace 32 años en Barcelona, Brasil necesitaba la victoria después de dejar escapar el billete en noviembre en los Panam Games (se lo arrebató Argentina) y de la dramática derrota por 27-26 ante Eslovenia. Los balcánicos habían derrotado a Bahrein por 32-26 y necesitaban que los Hispanos los ‘clasificasen’. Entre ellos estaban el genio azulgrana Blaz Janc y un ‘ex’, Jure Dolenec. Con los barcelonistas Thiagus Petrus (notable en defensa como siempre) y Haniel Langaro (intrascendente), la ‘verdeamarelha’ regresó varias veces al partido.