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Los fondos de inversión pisan fuerte en el fútbol europeo: ya están en un tercio de los clubs

El desembarco de los fondos privados de inversión, la mayoría norteamericanos, en el mundo del fútbol no cesa desde el fin de la pandemia. El último movimiento, hace apenas una semana, supuso la entrada de la sociedad Arctos Partners en el poderoso PSG, de propiedad catarí, con una participación del 12,5%. El club francés se valoró en 4.250 millones de euros.

Arctos es uno de los más prolíficos inversores de EEUU en deportes profesionales, con mordiscos en los Golden State Warriors (NBA), Boston Red Sox (béisbol), Aston Martin (Fórmula 1) o el Liverpool FC en fútbol. Pero no está solo en este negocio, ni mucho menos. Es un sector al auge. Un informe reciente cifraba que un tercio de los clubs de fútbol de las cinco grandes ligas europeas están ya, parcial o totalmente, en manos de fondos de capital privado.

El paisaje del fútbol se ha transformado por la irrupción de unas sociedades internacionales que han visto en los clubs una vía de negocio. Estos, cuando se vieron necesitados de dinero tras los estragos pandémicos, encontraron un salvavidas en el músculo financiero de los grandes capitales. Su presencia, de alguna manera, ha crecido a la par que el nuevo fenómeno del deporte rey: los multiclubs. El City Football Group -dueño del Manchester City, el Girona y 11 clubs más- sería un ejemplo. Hay bastantes más.

Derechos de televisión

Este asalto al negocio futbolístico empezó por la Premier, que siempre mueve cifras gigantescas, y ya ha llegado a España. En el Reino Unido consta la compra más voluminosa de la historia del fútbol: el Chelsea, adquirido el año pasado por 5.000 millones por la estadounidense Clearlake Capital y el financiero Todd Boehly.

En septiembre, por citar otra operación voluminosa reciente, RedBird Capital Partners, otro mastodonte del deporte, completó la adquisición del AC Milan por 1.200 millones. Ahora el fondo 777 Partners, con sede central en Miami y con acciones en el Sevilla, el Genoa y el Standard de Lieja, está punto de hacerse con el Everton por cerca de 700 millones.

En el fútbol español, como se decía, también se han notado las garras de los grandes grupos privados, empezando por LaLiga, que firmó un acuerdo con CVC Capital Partners, una entidad de capital riesgo británica, para la explotación de una parte de los derechos de televisión a cambio de casi 2.000 millones de euros. La oposición de Barça y Madrid fue notoria. La Bundesliga aprobó este viernes un acuerdo idéntico a LaLiga.

Estos fondos no solo han entrado en los equipos de Primera División. En entidades de Segunda A e incluso de Primera RFEF han accedido con proyectos a largo plazo. El Zaragoza, el Alcorcón, el Leganés, el Castellón o el Algeciras serían algunos casos. Pero las apariciones más notables han sido en los dos grandes del fútbol español con la compra de activos específicos o con préstamos para proyectos de grandes presupuestos.

“Lo que buscan estos fondos es sobre todo dirigir la parte de entretenimiento de un club, incrementar el consumo a su alrededor, y a partir de aquí, como tienen vidas limitadas, de siete 7 a 10 años, elevar su valor para luego abordar una venta”

Marc Ciria – Financiero

Es lo que Joan Laporta popularizó como palancas, ‘cash’ utilizado luego para fichar futbolistas. Por ejemplo, la venta del 25% de los derechos de televisión durante 25 años a Sixth Street Partners, un fondo de inversión californiano, con participación en los San Antonio Spurs de la NBA, que opera igualmente en el Real Madrid con la explotación del nuevo Santiago Bernabéu.

Laporta cerró también la macro financiación de la reforma del Camp Nou con una veintena de grupos inversores cuya identidad el Barça mantiene en secreto, se cree que la mayoría de EEUU. Ha pinchado en hueso, en cambio, con Barça Studios y su venta parcial al fondo alemán Libero. Su dinero no aparece pese a los imposición de plazos.

¿Por qué este impulso?

¿Pero qué es lo que buscan estas sociedades en el fútbol? Explicaba recientemente el ‘Financial Times’ que para los inversores de capital privado, los clubs de fútbol representan activos valiosos por sus trayectorias de crecimiento constante. Según un informe de Football Benchmark, el valor de los 32 clubs europeos más destacados ha aumentado un 96% en el período de siete años comprendido entre 2016 y 2023, algo difícilmente equiparable a cualquier otro sector.

El interés viene dado fundamentalmente por el valor de los derechos de televisión y todo lo que tiene que ver con contenido, terreno con posibilidades aún de crecimiento, desde docuseries para plataformas a formatos digitales como los NFT. La Premier League, sin ir más lejos, anunció hace unos días un nuevo acuerdo televisivo por una cifra récord de 6.700 millones de libras (7.800 millones de euros) en cuatro años a partir de la temporada 2025-2026.

Marc Ciria, financiero y presidente ejecutivo de Diagonal Asset Management, explica que estos fondos lo que “buscan es coger una cuota importante de un club y sobre todo dirigir la parte de entretenimiento. Incrementar el consumo alrededor de este club, y a partir de aquí, como son fondos de vida limitadas, de siete 7 a 10 años, elevar su valor para luego abordar una nueva venta”.

Crear contenidos

Gerry Cardinale, fundador de RedBird Capital, que compró el AC Milan con participación de Yankee Global Enterprise, propietario de los míticos New York Yankees, y de Lebron James, la estrella de la NBA, avaló una parte del argumentó de Ciria en una entrevista en el Corriere della Sera. “Los clubes de fútbol son creadores de contenidos y hay un enorme potencial para que puedan alcanzar su verdadero valor”, aseguró.

El fútbol europeo, salvo algunas ligas como la Bundesliga, no limita las participaciones de estos fondos, como sí hace, por ejemplo la NBA o la NFL, lo que le hace más atractivo a sus ojos. Su entrada ha sido en ocasiones estruendosa, como en el Chelsea y sus más de mil millones en fichajes, sin éxito alguno cabe decir. El PSG, en cambio, espera que Arctos dé un impulso global a su marca, aparte de ayudar a sanar unas cuentas muy deficitarias. Más de 700 millones en números rojos en tres años. Y la Champions, ni olerla.



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