“Esta vez sí, le toca a Bélgica“, “cuidado con el equipo que presenta la selección belga en este Mundial”, “ojo porque parece que este año sí…”, “les toca ganar porque se han juntado dos generaciones brutales”… y así llevan los ‘diables rouges’ una década esperando el momento para hincar el diente a un gran torneo.
Desde el 2014, Bélgica se ha presentado a Eurocopas y Mundiales con un equipo de grandes estrellas, pero al que le ha faltado siempre ese último paso. El que diferencia a una selección ganadora de una aspirante. Al final, eso ha sido el combinado belga: un eterno aspirante.
De Bruyne, Hazard, Lukaku, Mertens, Vertonghen, Witsel… Todos ellos han coincidido en un mismo tiempo formando un combinado que, por nombres, estaba llamado a competir contra cualquiera. A eso, se le fueron sumando otros como Kompany, Fellaini, Carrasco o Tielemans, ofreciendo a Bélgica jugadores capaces de decidir partidos y con la mentalidad suficiente como para estar en cualquier escenario.
Tercera en el Mundial de Rusia
Sin embargo, la realidad es la que es. Quitando el tercer puesto en el Mundial de Rusia 2018, Bélgica ni siquiera ha sabido pasar de cuartos de final en ninguna de las Eurocopas y Mundiales disputados hasta la fecha en estos últimos diez años. En la cita mundialista, en Brasil se quedó en cuartos y, el último en Qatar, no fue ni siquiera capaz de pasar de la fase de grupos. En las Eurocopas, más o menos parecido.
En 2016 y en 2020 apenas pudo llegar a los cuartos de final y ahora, en 2024, ni siquiera ha sabido superar los octavos. Cierto es que se ha enfrentado a Francia, una de las grandes favoritas al título, pero ello no impide que la eliminación vuelva a doler y mucho en territorio belga. Otra oportunidad perdida de llegar muy lejos con los últimos reductos de la ‘generación de oro’. Una generación que costará y mucho repetir, por más que Tedesco se empeñe en decir lo contrario.
“Algunos de sus jugadores se han retirado, pero nuestra Generación Dorada nunca terminará porque ya estamos construyendo algo nuevo con chicos nuevos”, señalaba el seleccionador belga actual. Hay nuevos chicos, pero poco o nada se parecerán a los De Bruyne, Hazard y compañía. Sin duda, el adiós de Bélgica en Alemania a las primeras de cambio supone el adiós a, posiblemente, la última oportunidad de título para esta generación que estaba llamada a hacer algo en el fútbol de selecciones. Sobraba talento, pero faltó determinación. Veremos si siguen De Bruyne y Lukaku.