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Después de la segunda victoria en el Tour de Francia del ciclista eritreo Biniam Girmay, el pelotón afronta una jornada en la que no hay mucho que ganar, pero donde puede perderse cualquier opción.
Los gallos miden sus fuerzas en una etapa trampa. Sus caminos sin asfaltar, normalmente utilizados por los tractores de la zona, serán protagonistas en un recorrido de 199 kilómetros con salida y llegada en Troyes, la capital de un departamento vinícola cuyas estrechas carreteras abandonarán los ciclistas para internarse en las rutas pedregosas que discurren entre los viñedos.
Esta cita dominical en la que el país celebra una decisiva jornada electoral, la Grande Boucle servirá como preludio a una jornada de descanso en Orléans, tras la cual esta ‘Grande Boucle’ se reanudará con otra jornada completamente llana camino de Saint Amand Montrond.
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