España es un equipo. Una frase que Luis de la Fuente se encarga siempre de recordar y que sus jugadores han interiorizado al máximo. El mejor ejemplo se puede ver en el reparto de los premios al mejor jugador del partido, conocido con las siglas del MVP.
Ninguno de los futbolistas de España ha repetido trofeo. En las seis victorias ha habido seis ganadores distintos. Un hecho que demuestra como el colectivo está por encima de las individualidades.
El primero en ganarlo fue Fabián Ruiz en el impresionante debut con la goleada ante Croacia. Fabián estuvo en todas partes, marcó un golazo de cabeza a centro de Lamine y se ganó a pulso la distinción.
Su sucesor fue Nico Williams con un partido portentoso ante Italia. La selección se impuso por la mínima pero mereció golear. Nico fue el autor de la jugada que acabó en el autogol italiano. Pero no recibió el premio solo por esta acción. Fue un incordio constante los 90 minutos.
España cerró el grupo ante Albania. Y apareció uno de los teóricos actores secundarios: Ferran Torres. El ‘Tiburón’ se tomó el partido como una final, como hace siempre, y marcó el gol de la victoria a pase de Dani Olmo. Su potencia por la banda derecha deslumbró al jurado de la UEFA.
A la que llegaron los cruces apareció la figura imperial de Rodri. El jugador del Manchester City ayudó a levantar el complejo partido frente a Georgia con un gol desde fuera del área, además puso pausa y sentido común para culminar una remontada que resultó cómoda.
La primera gran final para España fue frente a Alemania en cuartos. La lesión de Pedri dio la oportunidad a Dani Olmo, quien se salió. Marcó de un certero disparo y asistió a Mikel Merino para el tanto de la victoria. El MVP no podía ser para otro futbolista.
En el sexto encuentro y sexta victoria, el protagonismo fue para Lamine Yamal. El barcelonista enganchó a España al partido con un golazo, tuvo una actitud defensiva economiable y no paró de intentarlo. El MVP nuevamente fue merecido y por consenso.
Por tanto, España sabe cómo jugar sus bazas, repartir las responsabilidades y que todos sientan que pueden ser los mejores sobre el terreno de juego.