Primera carrerita del año. Más más, el doble. Ayer once vueltas al circuito de Losail, en la noche catarí, bajo 3.600 bombillas. Y, de nuevo, el madrileño Jorge Martín (Ducati), que cuatro horas antes demostró, con una ‘pole position’ velocísima, que por algo es el subcampeón del mundo, ganó la carrera al sprint, de principio a fin, sin oposición alguna, sí, cierto, escuchando cerquita, pero solo cerquita (ni un solo intento de adelantamiento del surafricano) el motor gritón de la poderosa KTM de Brad Binder, otro que aspira al trono grande.
Martín, que lleva meses protestando porque Ducati no le ha catapultado al sillón oficial del equipo de Borgo Panigale, no se dejó impresionar en la salida, arrancó como un cohete en cuanto se apagó el semáforo, se colocó líder, lider, líder y ya no permitió que nadie le inquietase sin sufrir un solo susto. Cuando dice que está listo para no fallar este año, dice la verdad por lo visto.
El interés, pues, de la primera carretira de la temporada, se centró en el resto, ni siquiera en el podio pues Binder estuvo muy, muy, firme en la segunda plata y mereció ser plata de la buena, mientras que Aleix Espargaró (Aprilia), que lleva unos años prodigiosos, remontó cuatro puestos y acabó, no solo resistiendo el acoso de un fabuloso Marc Márquez, quinto en su debut con Ducati, sino que superó, en un precioso interior, al campeonísimo ‘Pecco’ Bagnaia (Ducati), a quien relegó a la cuarta plaza. Otra cosa será este domingo con el doble de vueltas.