Dos filones narrativos conviven en “Martinete del rey sombra”, la última novela hasta la fecha de Raúl Quinto, y obra que confirma lo que su anterior trayectoria, en especial la formidable “La canción de NOF4”, insinuaba ya sin equívocos: que nos hallamos ante una de las voces más sugestivas de su generación, un creador sin temor a transitar por lugares excéntricos, en el más noble sentido del término. La primera línea argumentativa que encierra el libro aborda un tema apenas explorado en nuestras letras, al menos desde el punto de vista de la ficción. Me refiero al antiziganismo español, novelado aquí con ocasión de la Gran Redada, oficialmente denominada Prisión General de Gitanos, la operación de captura, esclavización y exterminio del pueblo gitano intelectualmente concebida por el ministro del rey, el marqués de Ensenada, y ejecutada a partir de la fecha del 30 de julio de 1749. La segunda derivada narrativa se asoma a la vida, al pensamiento y a la acción política de los primeros Borbones españoles en el marco de la victoria de la Casa Borbón-Anjou durante la Guerra de Sucesión. Quinto convoca en estas páginas a los tres primeros reyes de la Casa que ocuparon el trono de España: Felipe V, Luis I y, sobre todo, Fernando VI, el auténtico e inolvidable protagonista de la novela.
Como se puede intuir, los mimbres resultan muy sugestivos. De un lado, el pueblo más vilipendiado, perseguido y unánimemente sometido de la Historia, hasta el punto de que su imagen colectiva admite ser contemplada como epítome del Otro y como manifestación insuperada e insuperable del estigma racial. Del otro, las primeras décadas en España de la Casa que hoy continúa ocupando el asiento de la monarquía, y que desde la perspectiva contemporánea podría parecer que siempre ha estado aquí, entre nosotros, como parte indisociable de lo español y de su carácter, pero que en realidad, tras su implantación, fue admirada durante mucho tiempo como un cuerpo extraño al ser y al sentir nacionales, en especial tras las trayectorias auspiciadas tanto por los monarcas pertenecientes a la Casa de Trastámara como, sobre todo, por los reyes vinculados a la Casa de Austria.
Quinto articula estas dos historias con una voluntad estilística muy firme, amparada por un lenguaje de gran vuelo. Las descripciones de la vida de los gitanos atrapados en los arsenales gaditanos, en el palacio granadino de Carlos V o en la alcazaba de Málaga son notables. No menos espléndida resulta la narración de la vida en la Corte borbónica, con el fiel de la escritura moviéndose entre la exigencia del historiador y la libertad del novelista, hasta plasmar los pliegues de una política mundana y a la vez grotesca, que se mueve entre el fasto casi cesárico de las naumaquias en el Tajo, el trasfondo regenerador de un Siglo de las Luces que nunca prendió del todo en España y la negra noche del alma de unos monarcas abducidos por el delirio, la demencia y el terror escatológico.
Martinete del rey sombra
Raúl Quinto
Jekyll & Jill, 176 páginas, 17,10 euros