El día de la final de Eurovisión amanece con la duda sobre la posible descalificación del candidato de Países Bajos, Joost Klein, sobre el que pende una investigación por un incidente, y sobre el televoto que finalmente recibirá Israel, que es a la vez una de las favoritas de las apuestas y el único país que ha sido abucheado sonoramente en cada pase.
La idea de una victoria de Israel en el Festival de Eurovisión cogió fuerza a partir de la semifinal del jueves después de que la televisión italiana publicara por error unos resultados “incompletos” del televoto de su país en los que Eden Golan –la candidata israelí– obtenía casi el 40% de los votos. La organización y la televisión italiana investigarán el suceso tras la celebración del festival.