“Si salgo sola, soy la zorra. Si me divierto, la más zorra. Si alargo el día y se me hace de día, soy más zorra todavía”. El grito de liberación que Nebulossa ha liderado desde que publicó su canción en diciembre encontró anoche su punto álgido en la primera semifinal del Benidorm Fest: no sólo contó con el beneplácito del jurado, sino el apoyo de un público que coreó el tema de principio a fin. María Bas y Mark Dasousa, desconocidos para la mayoría hasta su participación en el concurso de RTVE, a sus 56 y 49 años, han convertido su alegato feminista en el himno de esta edición. Viralísimos, cómo no, lo normal es que no faltasen en la final de este sábado. Una predicción que, alentada por las cifras millonarias que han alcanzado, quedó confirmada hace escasas horas. El dúo podría representar a España en Eurovisión. Ahora bien, dada la política lingüística del festival, por la que están prohibidos los insultos y los mensajes políticos, ¿estarían obligados a cambiar la letra?
No sería la primera vez que España tendría que hacerlo. En 2008, una audiencia dividida entre ‘La revolución sexual’ y ‘Baila el chiki chiki’ encumbró una propuesta que, parodia por delante, tuvo que deshacerse de las referencias a Hugo Chávez, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Por contra, introdujo a Pau Gasol, Javier Bardem y Pedro Almodóvar entre los citados. La jugada no le pasó factura ya que Rodolfo Chikilicuatre sacó a nuestro país de las últimas posiciones a las que se acostumbró durante una década. Un puesto 16 que nadie logró superar hasta 2012.
Las normas están claras: “No se permitirán letras, discursos o gestos de carácter político. Tampoco insultos ni ningún lenguaje de carácter inaceptable”. Dicho esto, no hay duda de que la palabra ‘zorra’ estaría vetada por la Unión Europea de Radiodifusión (UER). No obstante, hay que tener presente que el objetivo de Nebulossa al usarla es resignificarla. De ahí, precisamente, el mensaje de empoderamiento que transmite la canción. No hay que olvidar además que, tal y como recogen las bases del certamen, éste se sustenta en los valores de universalidad, igualdad, inclusión y tradición para celebrar la diversidad a través de la música. Por lo que ‘Zorra’ podría acogerse a este punto sin necesidad de modificar nada. Sin embargo, existen casos previos que dicen lo contrario. Uno parecido tuvo lugar en 2017, cuando el sueco Robin Bengtsson tuvo que cambiar “I can´t go on when you look this fucking beautiful” por “I can’t go on when you look this freaking beautiful”.
La organización consideró que la expresión “jodidamente bonita” no debía escucharse en horario de máxima audiencia. Lo mismo sucedió con ‘Zitti e buoni’ de Måneskin: bajo esta premisa, tuvieron que reescribir dos de sus versos. Por un lado, de “Vi conviene toccarvi i coglioni” a “Vi conviene non fare piú errori”: los ‘cojones’ se convirtieron en ‘errores’. Y, por otro lado, de “Non sa di che cazzo parla” a “Non sa di che cosa parla”: pasaron de gritar “no sé de qué pollas habla” a “no sé de qué cosa habla”. En el matiz está la diferencia, claro.
Ni Putin ni Facebook
Como buen altavoz que es Eurovisión, numerosos países han intentado mostrar su ideología a través de él. Algo que, desde su fundación, está prohibido. Aún así, los amagos no han faltado. Ucrania, por ejemplo, tuvo que rehacer su apuesta de 2005 por incluir referencias a la Revolución Naranja, un movimiento civil contra la corrupción y el fraude electoral del Gobierno. Cuatro años más tarde, Georgia se retiró de la competición al negarse a cambiar su candidatura. El juego de palabras de ‘We Don’t Want To Put In’, en evidente alusión al presidente de Rusia, fue el detonante. “Nuestra canción no contiene una declaración política, así que no competiremos en Moscú”, señalaron. En 2015, tras las acusaciones de Turquía y Azerbaiyán de negar el genocidio, Armenia retituló su ‘Don’t Deny como Face The Shadow’. Mientras que, en 2022, Moldavia se vio obligada a matizar algunas estrofas de ‘Trenulețul’ por contener el histórico mensaje unionista con Rumanía.
Un caso llamativo tuvo lugar en 2021, cuando la UER descalificó a Bielorrusia por esta cuestión. Tras desvelarse que Galasy ZMesta portaría la bandera nacional, los líderes de la oposición iniciaron una serie de protestas argumentando que la letra se burlaba de las recientes manifestaciones a favor de la democracia. Asimismo, esta oposición se ha extendido a temas que incluían alguna marca comercial: ‘The Social Network Song’ de San Marino (2012) y ‘Cheesecake’ de Bielorrusia (2014) eliminaron las menciones a Facebook y Google Maps, respectivamente.
Una incógnita pendiente
El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, se ha puesto en contacto con la UER para conocer el destino al que se enfrentaría ‘Zorra’ en el hipotético caso de que ganase el Benidorm Fest y, en consecuencia, representase a España en Eurovisión. ¿Tendrían que fulminar esta palabra de su candidatura? “Las reglas establecen que la letra y la interpretación escénica deben adaptarse a la filosofía del concurso, un programa de entretenimiento televisivo de alcance internacional que se emite en horario de máxima audiencia y que, por tanto, no debe contener ningún elemento que pueda desprestigiarlo”, subrayan. Para controlarlo, después de que cada país anuncie su respectiva canción, realizan un análisis exhaustivo de todos estos componentes: “Examinamos cada propuesta para garantizar que cumple con la normativa”. Un procedimiento que, como se observa en los supuestos mencionados, siguen a rajatabla en cada edición.
Sobre el caso de María y Mark, el ente insiste: “No comentamos canciones que forman parte de las preselecciones nacionales hasta que, oficialmente, son seleccionadas para la competición”. Por lo que, si bien ‘Zorra’ no cumpliría con los estamentos fijados por la cita, lo que obligaría al dúo a reescribir ciertos pasajes de su canción, habría que esperar al examen que la UER realizaría una vez se impusiese a Sofia Coll, Almácor, st. Pedro y Miss Caffeina, entre otros. El siguiente paso sería conocer si Nebulossa aceptaría.