Los problemas de tiroides son muy frecuentes a partir de los 40 años.
- El hipertiroidismo se produce cuando la glándula tiroides produce un exceso de hormonas, mientras que el hipotiroidismo se desarrolla cuando esta glándula no produce la suficiente cantidad.
Sin embargo, el estrés también juega un papel fundamental: es una causa directa. “Sin ninguna duda, el estrés se ve implicado en la aparición y empeoramiento de problemas tiroideos”.
Pero “el estrés no es solamente el que se refiere al trabajo, la familia, lo emocional o personal”, explica a ‘Guías de Salud’ el doctor Pedro Pablo Ortiz Remacha, endocrino, especialista en tiroides y pionero en el tratamiento de nódulos benignos de tiroides por termoablación con ultrasonidos.
Y es que, la existencia de estrés y problemas tiroideos ha sido demostrada en muchos estudios científicos, sobre todo por la influencia del cortisol y de otros problemas metabólicos como:
- La diabetes
- Las infecciones crónicas
- Las intolerancias alimenticias
- Las toxinas de nuestro entorno.
“Cuando el estrés está presente, el hipotiroidismo suele ser la etapa final de los problemas tiroideos. Pero, como en ocasiones hay pequeños brotes de hipertiroidismo, es difícil identificar el problema. Además, en muchas ocasiones, el propio estrés tiene manifestaciones similares a problemas tiroideos; lo que empeora el diagnóstico y el control de ambas situaciones”.
¿El estrés agrava los síntomas de los problemas de tiroides?
El doctor lo tiene claro: el estrés empeora y agrava los síntomas del paciente con patología tiroidea. En el hipertiroidismo, el nerviosismo se agrava y la falta de concentración y de productividad son evidentes. “El paciente con hipertiroidismo y estrés nunca acaba las tareas porque pasa de una a otra de forma rápida y no concluyente”.
El doctor Ortiz Remacha señala que “la falta de tiempo para todo, está nervioso y agotado porque no duerme. Anímicamente, su irritabilidad y nerviosismo son el origen de problemas sociales de difícil solución”.
Y como coexisten el hipertiroidismo y el estrés, “habrá que diagnosticar qué porcentaje de síntomas corresponde a cada enfermedad y tratarlos por separado”.
En el hipotiroidismo, por su parte, las causas de su empeoramiento pasan sobre todo por el aumento del cortisol en el estrés.
- “El cortisol actúa en el hipotálamo y la hipófisis reduciendo la TSH (hormona estimulante de la tiroides) y disminuyendo la producción de hormonas tiroideas”.
- “Es importante resaltar que el empeoramiento del hipotiroidismo puede hacer que el tamaño del tiroides aumente, lo que se denomina comúnmente como bocio, y que la aparición de nódulos es más frecuente en este contexto”.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
Al tener el paciente síntomas propios de afectación tiroidea, además de los que aparecen por el estrés, y presentar similitudes o compartir manifestaciones, el diagnóstico se complica. “Tenemos que aclarar la gravedad de la patología tiroidea y la influencia del estrés en ella. La colaboración de pruebas diagnósticas médicas y una valoración psicológica es de gran ayuda y son fórmulas complementarias”, resalta el especialista.
El diagnóstico se realiza a través de un análisis de sangre podemos valorar las hormonas tiroideas T4 y T3 y sus formas libres; además de la TSH y la presencia de anticuerpos antitiroideos o no y su cifra exacta”.
Además, “la realización de tests, entrevistas y el seguimiento por un psicólogo clínico determinarán el grado en que las situaciones emocionales del paciente y del entorno influyen en su tiroides”.
¿Qué podemos hacer para evitar su aparición?
Las medidas de prevención del estrés consisten en retomar nuestros hábitos de vida ya perdidos por los determinantes sociales. Para mantener las funciones tiroideas normales: una adecuada alimentación, la vuelta al ejercicio físico, la adecuada gestión emocional, estar atentos a una vida más sana y menos estresante.
“La alimentación debe ser equilibrada, que nos mantenga el peso, con un aporte de yodo suficiente a través de los distintos productos del mar, limitada en hidratos de carbono refinados, gluten, lactosa o almidón, y evitando los ultraprocesados”, indica el doctor.
Se recomienda, por tanto, suplementos de omega-3, zinc, selenio y magnesio son importantes en este caso. La valoración por un nutricionista formado en tiroides es una pieza clave en la organización de medidas preventivas y de tratamiento.
- “Caminar, correr, hacer bicicleta, nadar… Los ejercicios aeróbicos, disminuyen el estrés y mejoran la calidad del sueño, fundamental para un equilibrio hormonal de las suprarrenales. De todos modos, si la persona no hace ejercicio físico de forma habitual, debe ser el médico quien valore la intensidad y la adecuación al mismo”.
Tratamiento de los problemas de tiroides
Afortunadamente, el tratamiento del hiper e hipotiroidismo con tratamiento farmacológico es posible y relativamente fácil, “si tenemos en cuenta los síntomas del paciente”.
Cuando además existen nódulos en la tiroides, “es importante plantear tratamientos selectivos de termoablación -destrucción por calor- de dichos nódulos. Hay varias técnicas, como la radiofrecuencia, el láser y los ultrasonidos HIFU”. “Yo recomiendo siempre, por su carácter ambulatorio y por ser el único no invasivo, el tratamiento con ultrasonidos”.
Este destruye selectivamente el nódulo a tratar para que no siga creciendo, reduzca su tamaño y evite o mejore los síntomas locales como molestias al tragar o alteración de la voz. Es una técnica que “puede evitar la cirugía en este tipo de pacientes”.