Este fin de semana, Benicasim (Castellón) celebra la XIII edición de Benicàssim Belle Époque, una fiesta (mercado modernista, exposición de vehículos clásicos, espectáculos musicales, recreaciones, concursos de fotografía y pintura rápida, pasacalles…) que nos trasladan a una época poco conocida por los turistas que llenan la playa o el FIB (próxima cita: 17-19 julio de 2025). Cualquier estancia es una buena excusa para descubrir la zona de las villas, construidas en su mayor parte por la burguesía del primer tercio del siglo XX, aunque la primera data de finales del XIX.
Este año la fiesta mira al mundo del cine, al esplendor cinematográfico de la época dorada de las Villas de Benicàssim. En el 70 aniversario del estreno de ‘Novio a la vista’ (1954), de Luis García Berlanga, protagonizada por Josette Arno y Jorge Vico, habrá una exposición sobre la película y la grabación en el pueblo, que causó un revuelo general y ayudó en gran medida a dar a conocer sus playas y el hotel Voramar. Será una de las muchas películas que podrán recordarse en las villas durante el fin de semana.
La mayor parte de las celebraciones tendrán como escenario el Paseo Pilar Coloma, que va desde el hotel Voramar -construido en 1930- hasta la Escuela de Vela, con pocos chiringuitos y decenas de muestras de arquitectura superior. Al cabo, se trata de ‘poner en valor’ -como se dice ahora- una época, a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando llegó el ferrocarril y cambió la vida de esta costa cercana a Castellón capital.
Hacia 1872, el ingeniero Joaquín Coloma Grau dirigía las obras de la línea de tren de Almansa a Valencia y Tarragona. Benicasim era una parada en el camino que se alargó más de lo esperado por la difícil orografía del terreno entre esta localidad y la cercana Oropesa. Desde la playa se aprecian las elevaciones montañosas que separan los dos municipios, que en su momento exigieron la construcción de trincheras, terraplenes, puentes y tres túneles.
La esposa del ingeniero, Pilar Fortis Mas, y su familia, pasaron el verano en aquella costa virgen y con mínimas instalaciones para un turismo que no existía. Dicen que Doña Pilar aportó 15.000 pesetas de su dote para construir una residencia veraniega que, en su honor, llamó Villa Pilar. Fue la primera de estas edificaciones que hoy engalanan el paseo marítimo. En total hay cincuenta y una catalogadas, y de ellas diecinueve señalizadas, construidas entre 1879 y 1965, entre ellas Villa Elisa, construida en 1942, palacete que acogerá la exposición en torno a ‘Novio a la vista’.
Villa Pilar se construyó sobre un terreno que Joaquín Coloma compró a don Bautista Contell Villarroig el 13 de septiembre de 1879. Pronto aquella residencia tuvo compañía. Otros amigos del matrimonio Coloma compraron terrenos y edificaron allí sus residencias de verano. Villa Teresa, del ingeniero Mauro Serret, o Villa Cándida, del banquero Vicente Carles. En el paseo se diferenciaban tres zonas: la norte, a la que se conoció como ‘infierno’ debido a las fiestas que allí se organizaban; la sur, o ‘corte celestial’, con vecinos más tranquilos, y el centro, el ‘limbo’.
La vieja vía del tren fue abandonada en 2003 a raíz de la puesta en servicio de una gran variante adecuada para la alta velocidad. Parte del recorrido, en la Sierra de Oropesa, es desde su inauguración en agosto de 2009 la Vía Verde del Mar, una ruta fácil para hacer a pie o en bicicleta que va de Benicasim a Oropesa. El km 0 está en la Playa de Voramar, muy cerca del hotel. Luego son 5,7 kilómetros de ida y lo mismo de vuelta, sin desnivel.