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Y el Girona se transformó en un equipo de ensueño (ya lo ha sido durante una temporada de locos) haciendo vibrar Montilivi, quien se puso a hacer la ola con el 4-2, un 4-2 prodigioso que llevó la firma de Portu, el suplente que ejecutó al Barça para quitarle la segunda plaza y entrar en la Liga de Campeones, al tiempo que el Madrid de Ancelotti, un club que vive en la opulencia, festejaba con serenidad su Liga.
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