Más allá de un puñado de entrevistas y filtraciones a medios y comunicadores afines, Luis Rubiales ha elegido en estos meses su cuenta de X (Twitter), creada tras su beso no consentido a Jenni Hermoso, para lanzar sus mensajes al mundo. No ha sido demasiado prolífico, apenas 15 tuits desde el original, el 1 de septiembre de 2023. Los tres últimos han compartido temática: el lanzamiento de sus NFT contra el “feminismo radical” que, para sorpresa de muy pocos, han sido un fracaso.
El pasado 16 de enero, el expresidente de la RFEF, que está a la espera de que se celebre el juicio por agresión sexual y coacciones a Jenni Hermoso, anunciaba el lanzamiento de sus NFT. Son las siglas en inglés de “token no fungible”, una tecnología criptográfica basada en ‘blockchain’ que representa algo único, no sustituible, de forma que garantiza su autenticidad, así como quién es su propietario. Normalmente, se compran a cambio de criptomonedas como Ether, pero a diferencia de estas no son intercambiables mutuamente, es decir, no son fungibles.
“Este mensaje es para quienes respaldan la igualdad real y no radicalismos ni manipulaciones mediáticas“, aseguraba Rubiales, adjuntando el comunicado de la empresa coreana The Moon Labs, desconocida en el sector (como la gran mayoría de las que operan en él, no es algo llamativo), con la que se había asociado para el lanzamiento de sus NFT, que visualmente se representan con una foto de él cuando era niño, sujetando un balón, a imagen de un cromo.
“Luchando por la igualdad real”
Su socio coreano, en ese comunicado, destacaba que mucha gente está “luchando por la igualdad real y contra el extremismo y el feminismo radical en cualquier parte del mundo”, lo que les llevaba a apoyar a Rubiales “por sus aportaciones al fútbol español y global”. “¿De verdad crees que fue una agresión sexual? ¡¡¡Tenemos que decir NO!!! Cada uno de nosotros lo sabemos en lo más profundo de nuestro corazón. Es un insulto para alguien que realmente ha sido agredido y herido sexualmente en su vida. Sí, Luis cometió un pequeño error, pero probablemente el mayor error fue perder a Luis Rubiales como gestor en el mundo del fútbol“, proseguía el comunicado, lanzado en español y en inglés.
Un día después, el 17 de enero, como presunto homenaje al dorsal 17 que Rubiales solía vestir cuando era futbolista en activo, se ponían a la venta los 170 NFTs de la colección. El expresidente de la RFEF, en su siguiente tuit, anunciaba, dando las “gracias a todos”, que sus NFTs se habían vendido en su totalidad en solo tres horas. Ese es el último tuit hasta la fecha que ha publicado Rubiales en X y también el último de la cuenta @rubiales_NFT, creada como soporte al proyecto y con solo seis mensajes.
La trampa de los NFTs de Rubiales
¿Era verdad que se habían vendido los 170 NFTs en tres horas? Técnicamente sí, pero la cosa tenía trampa. Como explicó El Confidencial en un artículo en el que analizó el lanzamiento de la colección, la mayoría de los NFTs acabaron en manos de cuentas relacionadas con The Moon Labs, la empresa responsable del lanzamiento.
Fuentes del sector explican a este periódico que esta es una práctica habitual en el lanzamiento de algunos de estos activos. El creador busca generar una ilusión de demanda masiva moviendo esos tokens entre cuentas que controlan. Con eso consiguen también inflar el precio de los mismos, para que un potencial comprador futuro tenga que desembolsar más dinero para hacerse con uno de estos activos. Ley de oferta y demanda.
El problema es que desde aquella presunta venta inicial masiva, casi nadie se ha interesado por los NFTs de Rubiales. En concreto, solo se han producido seis transacciones, la última de ellas el 22 de enero, cinco días después del lanzamiento, hace más de mes y medio. Según los datos recogidos en OpenSea, desde el 17 de enero la compraventa de activos digitales de Rubiales ha generado 0,412 ETH, que al cambio en el momento de las operaciones equivalen a poco más de 1.000 euros, con una ganancia del 10% para el creador.
Cuatro de las operaciones se concretaron el día posterior a la salida de la colección, otra un día más tarde y la última el 22 de enero. En total, según el análisis on-chain que realizó El Confidencial, el creador de los NFTs ha ganado poco más de 2.100 euros por la colección, incluyendo los datos de la preventa. ¿Cuánto de ese dinero ha acabado en el bolsillo de Rubiales? Solo él y The Moon Labs pueden saberlo.
Un proyecto abandonado
La cuenta de X está abandonada, la de Discord inactiva y Rubiales no ha vuelto a promocionar sus tokens. En la página web de The Moon Labs no hay ni rastro de este activo y hace más de mes y medio que nadie hace una oferta por uno de los 170 tokens de la colección. Se han llegado a poner a la venta por poco más de ocho dólares y nadie los ha comprado, pese a que se alcanzaron los 200 euros por alguna de esas transacciones iniciales, fueran compras reales de algún usuario interesado o instrumentales.
Fuentes del sector de las criptomonedas explican que no es un caso excesivamente extraño. El lanzamiento de una colección de NFTs es un proceso sencillo y rápido para las empresas especializadas, con escasos costes. La mayor inversión suele hacerse en promoción y en este caso no se hizo, más allá de crear una cuenta en X.
Es posible que The Moon Labs considerara en su momento que Rubiales podría tener cierto tirón mediático y decidiera por ello invertir una cantidad modesta en el proyecto. Constatado su fracaso, lo ha abandonado sin más. Con que funcione una entre varias decenas de proyectos similares, el balance ya es muy positivo. Este no ha sido el caso, así que a otra cosa.
Tampoco, según las fuentes consultadas, era complejo predecir el fracaso. El valor de los NFTs puede residir en su capacidad para generar comunidad (muchos clubes de fútbol se han lanzado a ellos, otorgando ciertas ventajas o privilegios a sus poseedores) o su valor estético, que hayan sido diseñados por un artista en particular. Los NFTs de Rubiales no respondían a ninguna de esas dos posibles funcionalidades, simplemente eran una vía de ‘crowdfunding’ para apoyarle a él frente al “feminismo radical”. Dos meses después, el apoyo del que goza queda más que acreditado.